* Nombre que significa "espíritus traviesos o burlones" y que está asociado al movimiento de objetos físicos en casas o lugares "encantados".
Respuesta: Ya hemos comentado en la entrada anterior como Jesús declaró que la aparición de los espíritus de difuntos eran un fraude de los seres intermedios rebeldes. Al parecer hasta la época de Cristo la gran mayoría de los fenómenos paranormales incluyendo a los poltergeist eran causados por los seres intermedios rebeldes.
L.U declara sobre las capacidades físicas que a nivel general poseen los Seres Intermedios:
"Existen apenas fuera de los límites de la vista mortal y cuentan con
suficiente libertad de adaptación para hacer, a voluntad, contacto
físico con lo que los humanos llaman «cosas materiales». Estas criaturas
singulares tienen ciertos poderes sobre las cosas del tiempo y del
espacio, incluyendo a las bestias del reino".
Cómo notamos, pueden influir en las cosas materiales, el espacio-tiempo e incluso en los animales. Algunos estudiosos del L.U también han sugerido que el origen del mito de los duendes está basado en éstos seres intermedios. Ahora bien, sobre los seres intermedios leales y fieles se declara:
Gran parte de los fenómenos más concretos que se atribuyen a los ángeles
han sido ejecutados por los seres intermedios secundarios. Cuando los
primeros maestros del evangelio de Jesús fueron encarcelados por los
ignorantes jefes religiosos de aquella época, un verdadero «ángel del
Señor» «abrió por la noche las puertas de la cárcel y los sacó». Pero en
el caso de la liberación de Pedro después de la muerte de Santiago por
orden de Herodes, fue un ser intermedio secundario que llevó a cabo la
labor atribuida a un ángel.
Pero conste que los seres intermedios no están implicados en las
sórdidas acciones que acontecen bajo la designación general de
«espiritismo». Actualmente en Urantia los seres intermedios, que son de
reputación honorable sin excepción, no están relacionados con los
fenómenos de la así llamada «videncia»; y no suelen permitir que los
humanos presencien sus actividades físicas, que algunas veces les son
necesarias, ni otros contactos con el mundo material, tal como son
percibidos por los sentidos humanos.
Sobre los seres intermedios rebeldes ahora se dice lo siguiente:
Tras la muerte de Adansón, los seres intermedios secundarios restantes
se convirtieron en influencia extraña, desorganizada e independiente en
Urantia. Desde aquel momento, hasta los tiempos de Machiventa
Melquisedek, llevaron una existencia irregular y desorganizada. Este
Melquisedek pudo dominarlos en parte, pero siguieron haciendo muchas
travesuras hasta los días de Cristo Micael. Durante su estadía en la
tierra, todos tomaron la decisión final acerca de su propio destino,
poniéndose la mayoría leal a la disposición de los seres intermedios
primarios.
Al parecer efectivamente éstos seres intermedios secundarios son el néctar del cual surgen las leyendas de los duendes traviesos. Algunos estudiosos nos sugieren que solo una raza de éstos seres intermedios secundarios (no los primarios) son de baja estatura y cuando se han dejado ver, han generado la historia de los duendes. Urantia declara sobre ambas clases de seres intermedios rebeldes:
La mayoría de los seres intermedios pecaron durante la rebelión de Lucifer. Al hacer una balance de la desolación de la rebelión planetaria, entre otras pérdidas, se descubrió que, de los 50.000 originales, 40.119 se habían unido a la secesión de Caligastia.
En un principio hubo 1. 984 seres intermedios secundarios, y de
éstos 873 no quisieron sumarse al régimen de Micael y fueron
debidamente internados en relación con la adjudicación planetaria de
Urantia el día de Pentecostés. Nadie puede predecir el futuro de estas
criaturas caídas.
Ambos grupos de seres intermedios rebeldes
están ahora detenidos aguardando la adjudicación final de los asuntos de
la rebelión del sistema. Ellos, sin embargo, realizaron muchas rarezas
en la tierra antes de iniciarse la dispensación planetaria presente.
Estos seres intermedios desleales, sobre
todo los asociados de Beelzebú, el jefe de los seres intermedios
apóstatas, podían dejarse ver a los ojos mortales bajo ciertas
circunstancias. Pero no hay que confundir a estas criaturas singulares
con los querubines y serafines rebeldes que también estaban en la tierra
hasta el momento de la muerte y resurrección de Cristo. Algunos de los
escritores más antiguos tuvieron a estos rebeldes seres intermedios por
espíritus malignos y demonios, y a los serafines apóstatas, por ángeles
malos.
Sobre la detención de éstos seres y las posesiones malignas trateremos en una entrada posterior.