lunes, 21 de mayo de 2012

El dogmatismo terco de la ciencia

(1138.5) 103:7.7 Lo que la ciencia y la religión en desarrollo necesitan es una autocrítica más penetrante y audaz, una mayor conciencia de la condición incompleta de sus estados evolutivos. Los instructores de la ciencia y de la religión están a menudo, en conjunto, demasiado seguros de sí mismos y son demasiado dogmáticos. - Urantia Book

Alfred Wegener fué un visionario tachado de loco al visualizar que Africa y América una vez formaron un solo continente. Esto fué en 1912.   Los principales críticos de Wegener eran los geofísicos y geólogos de los Estados Unidos y de Europa. Los geofísicos lo criticaban porque los cálculos que habían llevado a cabo sobre los esfuerzos necesarios para desplazar una masa continental a través de las rocas sólidas en los fondos oceánicos resultaban con valores inconcebiblemente altos. Los geólogos no conocían bien las rocas del hemisferio sur y dudaban de las correlaciones propuestas por el científico alemán. A pesar del apoyo de sus colaboradores cercanos y de su reconocida capacidad como docente, Wegener no consiguió una plaza definitiva en Alemania y se trasladó a Graz, en Austria, donde fue más ampliamente reconocido. Pero mucho dicen que murió triste sin poder demostrar la teoría de la Deriva Continental.


Wegener propuso que inicialmente existía en la superficie de la Tierra un supercontinente continuo, Pangea, el cual se habría partido durante la Era Secundaria (hace 260 millones de años  a 65 millones de años) y sus fragmentos empezaron a moverse y dispersarse. Llamó a este movimiento horizontale Verschiedung der Kontinente (desplazamiento horizontal de los continentes). Más tarde ese proceso fue denominado deriva continental.

Para apoyar su hipótesis Wegener reunió una cantidad impresionante de datos que extrajo de diversas ramas de las ciencias naturales, incluyendo la geofísica, la geología, la paleontología y las ciencias biológicas. Wegener utilizó como demostración de la deriva continental la coincidencia fisiográfica de las costas de los continentes que cercan el Atlántico. Demostró que al yuxtaponer tales estructuras presentan similitudes y se acoplan como si fueran las piezas de un rompecabezas. Este acoplamiento no es sólo en la forma de las costas sino que, además, coinciden también los tipos de rocas y otras estructuras a ambos lados del atlántico. Wegener demostró también que lo mismo sucedía entre la India, Australia, Sudamérica y sur de África y que esto sólo se explicaba si estas masas continentales habían estado unidas.


En su tesis original, propuso que los continentes se desplazaban sobre el manto de la Tierra de la misma forma en que uno desplaza una alfombra sobre el piso de una habitación. Sin embargo, la enorme fuerza de fricción implicada, motivó el rechazo de la explicación de Wegener, y la puesta en suspenso, como hipótesis interesante pero no probada, de la idea del desplazamiento continental. En síntesis, la deriva continental es el desplazamiento lento y continuo de las masas continentales.


Solo con las primeras observaciones de la Tierra desde el espacio con los satélites y tras mucho debate ¡ solo en 1960 su trabajo fué aceptado! La teoría de la deriva continental, junto con la de la expansión del fondo oceánico, quedaron incluidas en la teoría de las placas tectónicas, nacida en los años sesenta.