miércoles, 6 de junio de 2012

El Destino Inevitable del Planeta Tierra

El destino de la Tierra es un mundo maravilloso. Es lograr la etapa de "luz y vida". Observemos las declaraciones de Urantia Book sobre el tipo de mundo que será la Tierra en el futuro:

(624.7) 55:3.1 Estos mundos son como el Paraíso en comparación con los tiempos primitivos del hombre primitivo durante la edad pre-Príncipe Planetario. Describirías instintivamente este reino —si pudieras ser transportado repentinamente a un planeta en esta etapa de desarrollo— como el cielo en la tierra.

(626.10) 55:3.21 La gran dificultad que enfrenta a Urantia en el asunto de lograr el elevado destino planetario de luz y vida corresponde a los problemas de enfermedad, degeneración, guerra, razas multicolores, y multilingüismo.

(629.10) 55:5.1 Las criaturas mortales que viven en un mundo sacudido por el pecado, dominado por el mal, egoísta y aislado, tal como Urantia, difícilmente pueden concebir la perfección física, el logro intelectual, y el desarrollo espiritual que caracterizan a estas épocas avanzadas de evolución en una esfera sin pecado.

(629.11) 55:5.2 Las épocas avanzadas de un mundo establecido en luz y vida representan la cumbre del desarrollo material evolucionario. En estos mundos cultos han desaparecido la pereza y las fricciones de las eras primitivas anteriores. La pobreza y la desigualdad social han casi desaparecido, la degeneración ya no existe, la delincuencia raramente se observa. La locura prácticamente ha dejado de existir, y la debilidad mental es una rareza.

(629.12) 55:5.3 El estado económico, social y administrativo de estos mundos es de orden perfeccionado y elevado. Florecen la ciencia, el arte y la industria, y la sociedad es un mecanismo que funciona suavemente, de elevado logro material, intelectual y cultural. La industria se ha vertido en gran parte al servicio de los objetivos más elevados de dicha civilización maravillosa. La vida económica de dicho mundo se ha vuelto ética.

(630.1) 55:5.4 La guerra ya es cosa de la historia, y ya no existen ejércitos ni fuerzas de policía. El gobierno está desapareciendo gradualmente. El autocontrol está lentamente volviendo obsoleta la promulgación humana de leyes. El grado de gobierno civil y reglamentación obligatoria, en un estado intermedio de la civilización en avance, es inversamente proporcional a la moral y espiritualidad de la ciudadanía.

(630.2) 55:5.5 Las escuelas han mejorado considerablemente y están dedicadas a la capacitación de la mente y a la expansión del alma. Los centros de arte son exquisitos y las organizaciones musicales estupendas. Los templos de adoración con sus academias asociadas de filosofía y religión experiencial son creaciones de belleza y grandeza. Las arenas al aire libre de asambleas para la adoración, son igualmente sublimes en su simplicidad de decoración artística.

(630.3) 55:5.6 Las disposiciones para el deporte competitivo, el humor, y otras fases del logro personal y de grupo son amplias y apropiadas. Un rasgo especial de las actividades competitivas en tal mundo altamente cultural se refiere a los esfuerzos de individuos y grupos por sobresalir en las ciencias y filosofías de la cosmología. Florecen la literatura y la oratoria, y el idioma tanto ha mejorado como para ser simbólico de conceptos así como también expresivo de ideas. La vida es refrescantemente sencilla; el hombre por fin ha coordinado un elevado estado de desarrollo mecánico con un logro intelectual inspirador y ha dominado ambos en un exquisito logro espiritual. La búsqueda de la felicidad es una experiencia de regocijo y satisfacción.

(631.4) 55:6.8 Pero ¿es que puedes imaginar qué clase de mortales evolucionarios aparecen ahora provenientes de los mundos que desde hace mucho tiempo existen en la séptima época de establecimiento de luz y vida? Son tales como éstos que concurren a los mundos morontiales de la capital del universo local para comenzar sus carreras de ascensión.

(631.5) 55:6.9 Si los mortales de la perturbada Urantia tan sólo pudieran visualizar uno de estos mundos más avanzados largamente establecido en luz y vida, jamás volverían a dudar de la sabiduría del esquema evolucionario de creación. Aunque no existiese un futuro de progresión eterna para la criatura, aun entonces los soberbios logros evolucionarios de las razas mortales en dichos mundos establecidos de logro perfeccionado justificarían ampliamente la creación del hombre en los mundos del tiempo y del espacio.

(599.7) 52:7.11 Fue acerca de la conclusión de la misión final de los Hijos Instructores (por lo menos esa sería la cronología en un mundo normal) acerca de que Juan escribió: «Yo vi un nuevo cielo y una nueva tierra y el nuevo Jerusalén que bajaba de Dios saliendo del cielo, preparada como una princesa adornada para su príncipe».

(600.1) 52:7.12 Ésta es la misma tierra renovada, la etapa avanzada planetaria, que el antiguo visionario visualizó cuando escribió: «'Pues así como los nuevos cielos y la nueva tierra que yo crearé durarán ante mí, así también vosotros y vuestros hijos perduraréis; y sucederá que de una luna nueva a otra y de un sábado a otro, toda la carne adorará ante mí', dice el Señor».

(600.2) 52:7.13 Son los mortales de dicha edad aquellos que se describen como «una generación elegida, o un sacerdocio real, una nación sagrada, un pueblo excelso; y vosotros esparciréis las alabanzas de Aquél que os ha llamado de la oscuridad hacia esta maravillosa luz».

(600.3) 52:7.14 Sea cual fuere la historia natural especial de un planeta específico, sea que el reino haya sido totalmente leal, teñido de mal, o maldecido por el pecado —sean cuales fueren los antecedentes— tarde o temprano, la gracia de Dios y el ministerio de los ángeles inaugurarán el día del advenimiento de los Hijos Instructores Trinitarios; y su partida, después de su misión final, inaugurará esta maravillosa era de luz y vida.

(600.4) 52:7.15 Todos los mundos de Satania pueden unirse en la esperanza de aquél que escribió: «Sin embargo nosotros, de acuerdo con su promesa, esperamos un nuevo cielo y una nueva tierra, en la cual mora la rectitud. Por lo tanto, amados, ya que buscáis estas cosas, sed diligentes para que aquél os pueda encontrar en paz, sin manchas ni culpas».