lunes, 4 de junio de 2012

La razón de nuestra existencia

En una entrada pasada hemos vislumbrado una pequeña pizca de la auténtica vida que nos aguarda. En verdad "Ojo no ha visto, ni oído ha escuchado, ni han subido en corazón de hombre, las cosas que Dios ha preparado para los que le aman" (1 Corintios 2:9). Finalmente es imposible traducir los detalles de algo que solo podremos experimentar.

Y aún así, esto hace que nuestra vida ACTUAL sea extremadamente valiosa e importante. Hay cosas que nunca más volveremos a experimentar. Hay pequeñas grandes cosas únicas de este mundo y de ésta vida en la carne. NO MALGASTEMOS LA VIDA con preocupaciones innecesarias, con la propaganda nefasta de los medios que nos hacen pensar solo en lo negativo. Hay miles de cosas a nuestro alrededor que hacen que nuestra vida sea significativa.

Mientras más podamos llenarnos de esa alegría de vivir y contagiémos a otros, estaremos obrando como Cristo lo hizo en su estancia en la Tierra. Seremos seres unificados en acción y en obra en cuanto a Vivir la seguridad de la Paternidad de Dios.

La vida tiene esas pequeñas grandes cosas, cómo tomar el carrito de compras, saludar a las estrellas, o disfrutar de la lluvia y sentir como nos empapa el agua. El olor del pan horneado, las sonrisas de los niños pequeños, las flores, sentir el olor de la tierra mojada, observar el mar,  el saborear algo delicioso, el utilizar el perdón como herramienta para sembrar amor y reducir el odio, etc.

Por supuesto, de eso se trata, de no olvidar nuestra capacidad de asombro, esa es la jugada maestra de Jesus de Nazaret y el Padre Universal mientras permanecemos en la carne, cuando se desborda nuestra capacidad de asombro con éstas pequeñas grandes cosas, es cuando VIVIMOS.

El sumergirnos en el momento presente, con cada detalle, con nuestra respiración, mover los dedos, cada acción. Estamos vivos sencillamente para VIVIR y amar con integridad y altruismo.

De esta forma al hablar de la Paternidad de Dios somos testimonios vivientes del creador. Eso en verdad es ser un testigo de Dios y su contacto con nosotros.  Una armonización exquisita de Vivir y practicar lo que creemos.

Por eso, esta vida es para VIVIRLA y llenar tesoros en los cielos. Entonces habremos avanzado algo en nuestra capacitación durante ésta breve jornada en la carne. Nos iremos llenos.

VALOREMOS esta breve etapa. No dejemos que los medios, las noticias o el temor nos roben la alegría del vivir o la certeza del cuidado de la seguridad de Abba en nuestra vida.

Rodéate del arte, de las cosas bellas de la creación, de canciones alegres y optimistas, de reflexión positiva incluso durante las arduas jornadas de trabajo. De ver incluso las obligaciones como bendiciones y como oportunidades para manifestar a través vuestro un aspecto de Dios.

Algún día entenderemos que somos una proyección de Dios en los mundos del tiempo y del espacio. Dios se manifiesta en nosotros cuando "conectamos" con el nivel elevado de sentimientos y pensamientos. Entonces la obra de Dios se hace en la Tierra. El Padre se expande mediante sus Hijos Creadores, las personalidades celestes en los mundos superiores,  y en los mundos del espacio y tiempo a través de sus Hijos humanos creados a su imagen y semejanza. De esa forma Dios obtiene la experiencia de la niñez e infancia que no tuvo. Somos socios de Dios. El Padre completa el círculo a través nuestro.

El nos cubre y nos proteje. ¡Que gran misión tenemos en esta vida! No la malgastemos.