domingo, 3 de junio de 2012

La vida es bella

Por Michael Berry, Columbus (Ohio, EEUU)
.
En los primeros 55 años de mi vida eterna, he experimentado muchos acontecimientos impactantes, de “cambio de juego”: primero la conciencia de la vida física, la primera decisión moral, el primer día de colegio, el primer jonrón, cumplir 13 años, ganar una pelea a mi hermano mayor, Daryl, ser carga bates de los Mud Hen de Toledo, la graduación de los seres queridos, el primer amor, el primer beso, la pérdida de la inocencia, formación en secretaría para casa, ser capitán del equipo de beisbol del instituto, dar mi vida a Dios, la verdadera apreciación de mi familia, irme de casa, el primer día en un trabajo de verdad, vivir en la playa, hacer nuevos amigos, las realidades de la salud familiar, regresar a casa, la sonrisa permanente de mi madre, la graduación de los amigos, el matrimonio (al fin) y la luz orientadora de mi madre y mi hermano, por nombrar solo unos cuantos. Y aunque no me di cuenta en aquel tiempo, hace 35 años, el acontecimiento que más cambió mi vida sucedió cuando descubrí El libro de Urantia, o cuando él me encontró (no estoy seguro de cómo fue).

El libro de Urantia me ha enseñado todo lo que realmente necesito saber. Me ha revelado las verdades y misterios más profundos de la vida y me ha presentado a muchos lectores maravillosos de El libro de Urantia. Ha hecho que cobre sentido definitivamente el pasado, el presente y el destino eterno de la humanidad. Es mi guía de la vida espiritual y la fuente de todo lo eternamente significativo. Me ha enseñado los bellos atributos de una vida estupenda y el valor de ser bueno, razonable, sabio, fiel, misericordioso, tolerante, sincero, confiado, confiable, agradecido, valiente, esperanzado, paciente, compasivo, leal, desinteresado, humilde, audaz, curioso, intrépido, amable, justo, recto, servidor de los demás, amante del trabajo, con sentido del humor, alegre, ferviente, entusiasta, positivo, tranquilo, pacífico, libre del ego, escaso de orgullo, devoto y adorador, por nombrar solo unos cuantos.

Qué bendición y privilegio ha supuesto vivir la mayoría de esta primera vida conociendo solo unas pocas de las asombrosas verdades absolutas que Miguel conoció cuando vivió esta vida aquí en la tierra como Jesús. Qué fantástico ha sido que El libro de Urantia me haya hecho consciente del fragmento de Dios que vive dentro de mí, y de que puedo tener una relación personal con Dios a través de su don divino…que Dios mora dentro de mí y me lleva hacia Dios en cada paso del camino, y que, al elegir cooperar con Dios y hacer su voluntad, la vida sigue después de la muerte física.
.
Estaré siempre agradecido de que El libro de Urantia me haya enseñado a prepararme para la vida eterna; a atesorar todos los días de la vida; a amar la verdad; a desear hacer el bien a los demás; que la vida es una carrera sin fin de aventura, una vida eterna de expectación, un viaje eterno de descubrimiento; y simplemente a amarnos los unos a los otros.

¡Me encanta El libro de Urantia!

No cambien, hermanos míos. Espero con ilusión crecer con ustedes durante toda la eternidad y convertirnos en espíritus perfeccionados en el Paraíso.
.
¡La vida es bella!