domingo, 5 de agosto de 2012

Ampliando la visión sobre lo que no se ve

Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. - Hebreos 11:3

En entradas anteriores hemos hablado de la auténtica realidad. Al parecer nuestra pequeña realidad cotidiana es una "anormalidad" en medio de la creación. Incluso las galaxias, estrellas y otros elementos visibles como nebulosas son una fracción pequeña de la realidad. Los científicos nos hablan de la materia oscura y energía oscura. No hay que confundirla con los agujeros negros. En realidad es una especie materia desconocida que no emite suficiente radiación electromagnética para ser detectada con los medios técnicos actuales y tampoco es visible por los telescopios, pero cuya existencia se puede deducir a partir de los efectos gravitacionales que causa en la materia visible. Esta materia y energía oscura se encuentra en medio o circunda a la misma materia visible.

El gráfico nos muestra la proporción de la auténtica realidad que ha dejado pasmados a los astrofísicos. Un 96 % de toda la creación en el universo es materia y energía oscura de una naturaleza desconocida para los humanos, pero que de alguna forma interactúa con nosotros. El 3,6 es gas intergaláctico y solo el 0,4% son estrellas y planetas como la Tierra. El Libro de Urantia declara que la Isla del Paraíso y otras esferas arquitéctónicas ascendentes invisibles para el ojo del humano terrestre, son la mayor parte de la realidad, la auténtica realidad. También el libro habla de unas islas oscuras que se encuentran en los grandes espacios.

Hablando sobre los mundos construídos con material moroncial (un material o estado de materia/espiritual desconocido en la Tierra) se dice:

(520.1) 46:1.5 Por lo tanto se podrá reconocer que dichos mundos sede central no son luminosos en el espacio; si Jerusem estuviese muy cerca de Urantia, no sería visible.

A medida que avanzamos en la ascensión universal la cantidad de éstos mundos gigantes es mayor, incluyendo a los mundos de naturaleza "espiritual" pero que son tan reales y más estables que nuestro pequeño planeta.

Incluso al llegar a la Isla del Paraíso, Urantia declara que:

(118.1) 11:0.1  Esta Isla central es el cuerpo más gigantesco organizado de realidad cósmica en todo el universo maestro. El Paraíso es una esfera material así como también una morada espiritual. Toda la creación inteligente del Padre Universal reside en moradas materiales; por lo tanto, el centro del control absoluto debe ser también material, literal. Nuevamente debe reiterarse que las cosas y los seres espirituales son reales.

(125.4) 11:8.1 La atracción inescapable de la gravedad mantiene eficazmente aferrados a todos los mundos de todos los universos de todo el espacio. La gravedad es la atracción todopoderosa de la presencia física del Paraíso. La gravedad es la cuerda omnipotente en la cual están ensartadas las fulgurantes estrellas, los soles llameantes y las esferas rodantes que constituyen el ornamento físico universal del Dios eterno, quien es todas las cosas, llena todas las cosas, y en quien radican todas las cosas.
.
(125.5) 11:8.2 El centro y foco de la gravedad material absoluta es la Isla del Paraíso, complementada por los cuerpos oscuros de gravedad que rodean Havona y equilibrada por los depósitos de espacio inferior y superior.

En realidad la auténtica realidad supera de forma inmensa a lo que creemos ver y conocer. La ciencia se ha asomado tímida ante la evidencia y se ha asustado. Inevitablemente están chocando contra lo que no deseaban hallar.

Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. - Hebreos 11:3

El texto es magnífico. Pablo declara la realidad de la materia oscura. Lo que vemos procede de lo que no se ve. Y la fe es el pasaporte para entrar a la auténtica realidad.

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. - Hebreos 11:1

Lo más interesante es que para los habitantes de las otras moradas y los mundos espirituales perfectos de felicidad de Havona e incluso del Paraíso Central, nosotros somos una pequeña anormalidad, algo fugaz que llega a ser un pequeño reflejo que no afecta en lo más absoluto la felicidad y realidad que impregna a toda la creación. Nuestras luchas y problemas son pequeñísimos en contraste con lo verdadero en el universo.

Considero que los sufrimientos del tiempo presente no son nada si los comparamos con la gloria que habremos de ver después.- Romanos 8:18

Cuando miremos el propósito de Dios desde arriba, nunca más dudaremos de su vasto y amoroso cuidado. La auténtica realidad en gloria y amor nos consumirá.

Cuando pasemos al otro lado, veremos la realidad gradualmente desde el lado del 96% que no será considerado materia oscura y desconocida. Y lo que será visto como irreal y fugaz será nuestro estado actual. Será cómo haber despertado de un sueño y la claridad de la verdadera realidad se impondrá.