En las entradas anteriores hemos vislumbrado una correcta y revolucionara comprensión sobre lo que es el trabajo. No olvidemos que el nombre del Dios hebreo significa "el Causa que Llegue a Ser", siendo un Dios trabajador, creativo y productor dinámico. Nosotros somos una extensión hecha a su imagen que causamos y creamos.
Las personas con posiciones superiores tienen la responsabilidad de cuidar a sus empleados y asegurarse de que sus derechos sean respetados. En las cartas apostólicas a los amos se les dijo que trataran a sus esclavos con justicia y equidad. Eso fué una revolución para el mundo del primer siglo.
Esta es la clave para ser un agente de cambio que promueva la hermandad entre los hombres, sobre todo si estás iluminado con la buena nueva. Los nuevos empresarios deben potenciar la creatividad y autorealización de sus empleados, por sobre la productividad frenética que nos deshumaniza. Las empresas exitosas no son las que solo producen más, sino las que logran un potencial creativo que produce un sentido de logro y satisfacción en todos los empleados, por que todos han contribuido a la meta. Esto como consecuencia genera por añadidura mejores resultados.
Como empresario no solo debes generar y compartir los éxitos con los empleados en sentido económico al aumentar proporcionalmente sus sueldos en base a la mayor ganancia. Es correcto, ético y sabio que hagas esos aumentos. Pero más que el dinero, la clave se encuentra promover el disfrute y la realización por la meta obtenida por el equipo. Esto genera un enfoque espiritual y tremendamente poderoso en tu trabajo. Jamás debe perderse ese sentido de logro común y las empresas harían bien en motivar expansivamente, más que utilizar las herramientas paralizantes del temor y la ansiedad. Atrás está quedando en la humanidad la vieja táctica de las amenazas, el miedo y la inseguridad.
Un buen jefe es capaz de hacer que cada persona brinde lo mejor de sí misma en pos de los objetivos de la empresa o institución, uno incapaz no sólo amedrentará a sus subalternos, sino que afectará su compromiso con la organización y creará un clima laboral adverso.
Cada día debería existir un espacio para motivar. Ser creador, significa estar libre del temor. Nunca como jefe o empresario olvides que tu empresa es una entidad para co-crear con tus semejantes asociados, con tus hermanos mortales en la aventura de la Tierra. Tu empresa no podría existir sin ellos. Agradéceles y ayúdales en lo posible. Se te retribuirá por mil. Personas agradecidas y contentas con la co-participación, producen y crean mucho más que personas preocupadas y no incentivadas.
Las empresas lícitas y éticas son aquellas que entienden que su misión es más que simplemente "ganarse la vida" y "generar dinero". El dinero es un fruto y llega solo por mil si las cosas se hacen con conciencia creativa, pero no debe ser la motivación principal. Tu empresa puede constituirse como un herramienta valiosa que presta servicio a la humanidad. Así deseas que tu empresa sea una entidad de excelencia, que presta buenos servicios y productos. De esa forma, creas un círculo virtuoso en dónde los clientes saben que no solo obtienen un elemento, entienden que obtienen el mejor elemento posible. Esto evitará caer en prácticas deshonrosas y poco éticas que a la larga aniquilarán tu empresa.
Sembramos para el futuro. Contribuye al cambio de la humanidad estés donde estés.