viernes, 21 de diciembre de 2012

El Reino y su transformación

El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo;
 el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas. - Mateo 13:31,32


Notamos como Cristo nos habla del Reino de Dios como un organismo vivo que es pequeño, crece y se expande hasta transformarse en un gran árbol que beneficia a otros seres vivos.

Esto nos muestra que el Reino no es algo ya terminado que se establece, sino  algo que crece y se expande a través de las edades.

(1568.5) 140:1.2 «El nuevo reino que mi Padre está a punto de establecer en el corazón de sus hijos terrenales será un dominio eterno. No habrá fin a este gobierno de mi Padre en el corazón de los que desean hacer su voluntad divina. Os declaro que mi Padre no es el Dios de los judíos, ni de los gentiles. Muchos vendrán del este y del oeste para sentarse con nosotros en el reino del Padre...

(1569.4) 140:1.7 «Lo que vuestros ojos contemplan, este pequeño núcleo inicial de doce hombres comunes, se multiplicará y crecerá hasta que finalmente toda la tierra se colme con alabanzas a mi Padre. Y no será tanto por las palabras que vosotros habléis, sino por la vida que vosotros viváis que los hombres conocerán que habéis estado conmigo y que habéis aprendido sobre realidades del reino. Y aunque no deposito cargas pesadas sobre vuestra mente, estoy a punto de depositar sobre vuestra alma la responsabilidad solemne de representarme en el mundo cuando yo dentro de poco os deje, así como ahora yo represento a mi Padre en esta vida que estoy viviendo en la carne». Y cuando hubo terminado de hablar, se levantó.