miércoles, 30 de enero de 2013

La Atlántida/ Dalamatia

Una de las cosas que me convenció de la autenticidad del Libro de Urantia es que presenta su propia presentación de la historia sin recurrir a un sincretismo de ideas. Por ejemplo, es común entre los Rosacruces y en los grupos New Age asi como en los textos de la esoterista Blavatsky,  señalar que la Atlántida y Lemuria eran ciudades de una Civilización perdida. Sin embargo, Urantia Book no acepta la designación "Atlántida" o "Lemuria" como historicamente correctos, sino más bien como interpretaciones posteriores de los egipcios y los griegos hasta llegar a Platón.

La palabra Atlántida no es mencionada en el Libro de Urantia.  Y tampoco ofrece una explicación directa sobre el origen de la historia de la Atlántida. Sin embargo, ciertos lectores perspicaces han encontrado estas similitudes con lo expresado por Platón. Urantia describe así al Edén:

“…una península larga y angosta —casi una isla— que se proyectaba hacia el oeste desde las riberas orientales del Mar Mediterráneo.” 823:1

Aquí Urantia nos habla del Jardín de Edén. Si bien esto difiere considerablemente con lo expresado por Platón, en cuanto al lugar no difiere en el sentido que tanto la Atlántida y el Jardín del Edén, fueran una península. La palabra griega usada por Platón es “Nesos” que puede significar tanto isla como península. Platón se refiere a una civilización de hace más de 12 mil años aunque podría ser una civilización de 4 mil o 3 mil años ya que las leyendas antiguas tienden a ser imprecisas en las fechas, el Libro de Urantia se refiere a una civilización de 37 mil años.
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Platón dice que Poseidón descendió de los cielos a su Isla(Atlántida).

Urantia dice: “ARRIBARON Adán y Eva a Urantia, contando hacia atrás del año 1934, hace 37.848 años. Llegaron, cuando el Jardín estaba en plena flor. Hacia el mediodía y sin previo aviso, se posaron suavemente sobre la superficie del planeta…”

Platón dice que algunos de los edificios son simples pero que en otros se han puesto piedras de diferentes colores para agradar a la vista.

Urantia dice: “Y aunque las estructuras del Jardín eran sencillas, eran muy artísticas.” 824:6

Platón dice que la Atlántida poseía gemas preciosas, oro, plata, cobre y hierro.

Urantia dice: “En las montañas que cercaban el Jardín abundaban las piedras preciosas y metales…” 823:5

La Biblia también habla de las tierras que rodeaban el Edén y las describe con "oro, bedelio y ónice" (Génesis 2:10-13).

Platón: “Tras un violento terremoto y un diluvio extraordinario, en un día y una noche terribles, la clase guerrera se hundió bajo la tierra y la isla de Atlántida desapareció, hundiéndose en el mar. Aún ahora el océano es allí intransitable e inescrutable”.

Urantia: “…se sumergió hasta el fondo oriental del Mar Mediterráneo, llevando consigo bajo las aguas toda la península de Edén; esta acción estuvo relacionada con la actividad violenta de los volcanes circundantes y la sumersión del puente terrestre entre Sicilia y África.”

Ahora bien, hay más similitudes entre Dalamatia y la Atlántida

Platón describe a la Atlántida como "una Ciudad con círculos concéntricos y muros que estaban hechos de roca roja, blanca y negra sacada de los fosos, y recubiertos de latón, estaño y oricalco. Poseidón dividió la ciudad en 10 reinos".

Urantia dice sobre la Sede del Príncipe Caligastia:

(743.5) 66:3.4 La ciudad se trazó en diez subdivisiones, con las sedes centrales de los diez consejos del séquito corpóreo situadas en el centro de cada una de estas subdivisiones. En el centro de la ciudad estaba el templo del Padre invisible. La sede central administrativa del Príncipe y sus asociados estaba dispuesta en doce cámaras agrupadas contiguamente en torno al templo mismo.

(743.6) 66:3.5 Todos los edificios de Dalamatia eran de un solo piso, con excepción de la sede del consejo, que era de dos pisos, y el templo central del Padre de todos que, a pesar de ser pequeño, tenía tres pisos.

(743.7) 66:3.6 La ciudad representaba lo mejor de aquellos días primitivos en material de construcción —el ladrillo. Se utilizó muy poca piedra o madera. Se mejoraron considerablemente la construcción de viviendas y la arquitectura de las aldeas cercanas merced al ejemplo dalamatiano.

Parece ser que Platón exageró un poco con respecto a los materiales de la Atlántida.

Ahora notemos sobre el impacto de Dalamatia:

(743.10) 66:4.1 La llegada del séquito del Príncipe produjo profunda impresión. Bien que se requirieron casi mil años para difundirse las nuevas al extranjero, las enseñanzas y la conducta de los cien nuevos residentes influyeron sobremanera en las tribus próximas a la sede central mesopotámica. Y gran parte de vuestra mitología subsiguiente nació de las leyendas tergiversadas sobre estos días pasados en que estos miembros del séquito del Príncipe se repersonalizaron en Urantia como superhombres.

Platón habla de que los Atlantes se rebelaron contra los dioses y entraron en una guerra civil interna. Entonces sufrieron el castigo de la inundación de la Ciudad.

Y sobre el destino de Dalamatia Urantia nos dice lo que ocurrió tras la rebelión de Caligastia:

(758.7) 67:5.2 Poco después de la rebelión, todo el séquito de la sedición acometió una vigorosa defensa de la ciudad contra las hordas de semisalvajes que sitiaron sus murallas como resultado de las doctrinas de libertad que, prematuramente, se les habían impartido. Muchos años antes de sumergirse la hermosa sede central bajo las olas meridionales, las tribus descaminadas y mal educadas de las regiones apartadas de Dalamatia ya se habían abalanzado sobre la espléndida ciudad en asalto semisalvaje, impulsando hacia el norte al séquito secesionista y sus asociados.

(759.2) 67:5.4 Azotó a Dalamatia una marejada ciento sesenta y dos años después de la rebelión; se sumergió la sede central planetaria bajo las aguas del mar; y no volvió a emerger esta tierra, hasta borrarse casi todos los vestigios de la noble cultura de aquellas espléndidas épocas.

(759.3) 67:5.5 Al sumergirse la primera capital del mundo, no albergaba sino a los tipos inferiores de las razas sangik de Urantia, renegados que ya habían convertido el templo del Padre en capilla consagrada a Nog, el dios falso de la luz y el fuego.

Conclusión

Todo indica que las historias de Lemuria y la Atlántida son una narración distorsionada que combina la historia de Dalamatia y el Jardín de Edén, y que ésto fué lo que llegó de forma alterada a Platón.