sábado, 26 de enero de 2013

Nuestra etapa no es eterna

En varias entradas pasadas hemos hablado de las ideas de la vida eterna perpetua en la carne. Los "millones" que nunca morirían en los años veinte ahora no están. El tiempo es el demoledor de muchas expectativas erradas. Tal como hemos visto, la Vida Eterna es mucho más que un premio en una parcela por toda la eternidad. El tiempo nos demuestra la inevitable verdad del cambio.

Por lo general en nuestra etapa adulta creemos que hemos alcanzado la plenitud de nuestro crecimiento. Hemos sido bebés, niños y luego crecido hasta la adultez. Sin embargo, ese no es nuestro fin. Hemos llegado a pensar que la vejez y muerte no es un estado natural debido a creencias pre-concebidas (algunas ya analizadas en las entradas anteriores) y tendemos a rechazarla y no pensar en esa etapa humana. No queremos aceptar que de alguna forma seguimos cambiando y transformándonos.

"Durante la vida la voluntad mortal, el poder de la personalidad de decisión y elección reside en los circuitos materiales de la mente; a medida que procede el crecimiento mortal terrestre, este yo, con sus invalorables poderes de elección, se vuelve cada vez más identificado con la entidad emergente alma morontial; después de la muerte y después de la resurrección en el mundo de estancia, la personalidad humana está completamente identificada con el yo morontial. El alma, de este modo, es el embrión del futuro vehículo morontial de la identidad de la personalidad". - 111:3.2

¿Puede nuestra Alma ser una especie de "embrión"? ¿Cuál es el objetivo de nuestro soporte físico material? ¿Cómo debemos analizar las diferentes etapas de la vida?

El ejemplo de una oruga nos puede ayudar a comprende la existencia humana:

Primera. El huevo. La hembra deposita los huevecillos de uno en uno en cada hoja de la planta de la que se alimentará la oruga.

Segunda, Larva u oruga. Pasada la incubación, la larva rompe la cubierta del huevo y sale a cumplir con su único fin, el de comer y crecer, razón por la que su cuerpo está ocupado casi en su totalidad por el tubo digestivo; asimismo y para el mismo cometido, la oruga está dotada de prominentes mandíbulas, las cuales se modificarán por completo en el estado adulto.

Esta etapa es similar a la del ser humano. Desde niños seguimos creciendo ...

Tercero. Crisálida o capullo. Una vez que ha terminado el estado larvario se inicia el pupal, en el cual el insecto se inmoviliza, no se alimenta y experimenta profundos cambios en los tejidos de todo su cuerpo para constituir las estructuras que lo convertirán en otra criatura.

Esta etapa de aparente paralización, envejecimiento, achicamiento y muerte es similar al estado de la vejez. Cuando los años pasan tenemos la sensación de estar preparándonos para entrar en una "crisálida". Nuestros movimientos son más lentos y notamos que el cuerpo pronto entrará en su descanso. Finalmente la muerte es similar al estado de inacción de la oruga en la crisálida.

Cuarta. Imago o adulto. Cuando llega la etapa de salida del adulto, la cubierta de la crisálida se quiebra. Con las alas estrechas y contraídas emerge por fin la mariposa que, con los movimientos de su cuerpo logra que fluya la hemolinfa, líquido que al penetrar en las venas de las alas hace que éstas se desplieguen totalmente y alcancen su máximo tamaño. Instantes después, la mariposa está en plena condición de iniciar su gracioso vuelo.

La resurrección representa ese renacer desde el interior de la crisálida. La resurrección nos hará emerger como mariposas.

En resúmen y tal como se observa en la lámina, la oruga crece desde un estado pequeño hasta la etapa adulta. Luego comienza a encojerse y llega a un estado de inmovilidad y es recubierta por las secreciones que la cubren como crisálida. Esta última se parece a un estado de muerte, y luego la mariposa se levanta maravillosa emergiendo desde el interior.

Según los documentos de L.U, nuestro cuerpo material no representa nuestro verdadero yo. En la resurrección se nos otorga una forma gloriosa que refleja hacia afuera el estado interior del hombre. Por ejemplo, una persona que tenía defectos físicos pero era muy bondadosa, es levantada con un cuerpo nuevo en dónde se transforma en belleza externa esa bondad interior.

Pablo dice en Romanos 7:24b “¿Quién me libertará de este cuerpo de muerte?”
 
Filipenses 3:21 Pablo dice, “el cual [Cristo] transformará (metamorfosis) el cuerpo de nuestro estado de humillación en conformidad al cuerpo de su gloria”.

Pablo expresa el deseo de ser liberado del cuerpo, en Romanos declara el anhelo de "ser puestos en libertad de nuestros cuerpos por rescate”. (Ro 8:23.) Y en Filipenses habla de la transformación a un cuerpo glorioso.

Porque sabemos que si nuestra casa terrestre, esta tienda, fuera disuelta, hemos de tener un edificio procedente de Dios, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos.Porque en esta casa de habitación verdaderamente gemimos, deseando con intenso anhelo ponernos la que es para nosotros procedente del cielo, para que, realmente habiéndonosla puesto, no se nos halle desnudos - 2 Corintios 5:1-3

Por lo tanto siempre tenemos buen ánimo y sabemos que, mientras tengamos nuestro hogar en el cuerpo, estamos ausentes del Señor, porque andamos por fe, no por vista. Pero tenemos buen ánimo y preferiblemente nos place bien ausentarnos del cuerpo y hacer nuestro hogar con el Señor. Por lo tanto, también tenemos como mira nuestra, sea que tengamos nuestro hogar con él o estemos ausentes de él, ser aceptos a él. Porque todos tenemos que ser puestos de manifiesto ante el tribunal del Cristo, para que cada uno reciba su retribución por las cosas que haya hecho mediante el cuerpo, según las cosas que haya practicado, sea cosa buena o vil. - 2 Corintios 5: 6-6-10

 El cuerpo no es nuestro. Lo tenemos como una inversión para un propósito postrero: para usarlo de modo que mostremos a Dios como el tesoro que todo lo satisface —para glorificar a Dios. Para eso es el cuerpo. (ver Filipenses 1:20; Romanos 6:13, 19). El cuerpo que tenemos es un valioso regalo que hay que cuidarlo, pero claramente es un vehículo temporal que hay que utilizarlo para hacer el bien durante la vida limitada que poseemos en la carne.

La vejez por lo tanto deberíamos aceptarla y no evadir nuestra responsabilidad hacia la vida. El sabio escribió:

Eclesistés 8:15 Por tanto, alabé yo la alegría; que no tiene el hombre bien debajo del sol, sino que coma y beba y se alegre; y que esto le quede de su trabajo los días de su vida que Dios le concede debajo del sol.

La vida en el primer mundo de estancia.
Vivir con responsabilidad, con amor, con integridad, alegría y sentido común es la clave de la existencia. Utilizar la fuerza del amor y la bondad durante la vida es acumular realmente tesoros en los cielos para la vida futura.

Al resucitar en el primer mundo de estancia notaremos que nuestro cuerpo es muy similar a nuestro primer cuerpo en  la carne. Es un cuerpo sólido, que come, duerme y bebe agua. Sin embargo, algunas funciones han sido modificadas. Ya no experimentamos la evacuación de desechos tal como lo hacemos ahora ni tampoco sudamos. Y nuestro aspecto externo será más radiante y hermoso en directa proporción con la bondad y belleza interna que teníamos en la carne. Algunos resucitan con un aspecto radiante que les recuerda cierta etapa plena de su vida. Por ejemplo, si alguién fué especialmente feliz y autorealizado a los 40 años, resucitará con ese aspecto, pero mejorado y radiante. Y nuestro entorno será superior a nuestras ideas sobre el paraíso. En verdad será como estar en la plenitud de un mundo establecido en luz y vida.

No osbtante, la resurrección con un cuerpo glorificado morontial en el primer mundo de estancia solo será el comienzo de un largo peregrinaje:

(542.1) 48:1.4 La vida morontial primitiva en los sistemas locales es muy parecida a la de vuestro presente mundo material, tornándose menos física y más verdaderamente morontial en los mundos de estudio de la constelación. A medida que avanzas a las esferas de Salvington, logras cada vez más los niveles espirituales.

(542.2) 48:1.5 Los Supervisores del Poder Morontial son capaces de efectuar una unión de las energías materiales y espirituales, organizando así una forma morontial de materialización que es receptiva a la superposición de un espíritu controlador. Cuando atravesas la vida morontial de Nebadon, estos mismos pacientes y hábiles Supervisores del Poder Morontial sucesivamente te proveerán con 570 cuerpos morontiales, siendo cada uno una fase de tu transformación progresiva. Desde el momento en que abandonas los mundos materiales hasta que se te constituye como espíritu de primera etapa en Salvington, sufrirás tan sólo 570 cambios morontiales separados y ascendentes. Ocho de estos ocurren en el sistema, setenta y uno en la constelación, y 491 durante la estadía en las esferas de Salvington.
Una proyección artística del cuerpo
que tendremos
tras los 570 cambios.
(542.3) 48:1.6 En los días de la carne mortal el espíritu divino reside en ti, casi como una cosa aparte —en realidad una invasión del hombre por el espíritu otorgado del Padre Universal. Pero en la vida morontial el espíritu se volverá una parte real de tu personalidad, y a medida que pasas sucesivamente a través de las 570 transformaciones progresivas, asciendes del estado material al estado espiritual de la vida de la criatura.

(542.4) 48:1.7 Pablo supo de la existencia de los mundos morontiales y de la realidad del material morontial, pues escribió: «Poseen en los cielos una sustancia mejor y más duradera». Y estos materiales morontiales son reales, concretos, tal como «la ciudad tiene sus cimientos, cuyo constructor es Dios». Cada una de estas esferas maravillosas es «un país mejor, o sea, un país celestial».

Solo moriremos una vez. Pero en nuestra larga carrera ascendente, tendremos 570 cuerpos solo en el universo local de Nebadon. Y habrán muchos otros cambios en la carrera posterior desde Uversa hasta el mismo Paraíso.

Nuestra aventura eterna nos presentará cosas inimaginables que jamás hemos concebido en el corazón. La carrera por la eternidad escapa a nuestras concepciones sobre lo que es el Paraíso y el Cielo. La vida se extiende por la eternidad, por las glorias eternas de la "vida que realmente lo es".