sábado, 19 de enero de 2013

Pablo de Tarso y el Dios Desconocido

Altar al "Dios Desconocido"
20 A los judíos me hice como judío, para ganar a los judíos; a los que están bajo la ley, como bajo la ley (aunque yo no estoy bajo la ley) para ganar a los que están bajo la ley; 21 a los que están sin ley, como sin ley (aunque no estoy sin la ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo) para ganar a los que están sin ley. 22 A los débiles me hice débil, para ganar a los débiles; a todos me he hecho todo, para que por todos los medios salve a algunos. 23 Y todo lo hago por amor del evangelio, para ser partícipe de él.   - 1 Corintios 9:20-23

Tal como Pablo describe, el realiza varias adaptaciones de su mensaje a los pueblos de sus días. Cuando él visitó Atenas hizo la siguiente observación:

Porque mientras pasaba y observaba los objetos de vuestra adoración, hallé también un altar con esta inscripción: AL DIOS DESCONOCIDO. Pues lo que vosotros adoráis sin conocer, eso os anuncio yo. - Hechos 17:23

Pablo utilizó el mismo ídolo del "dios desconocido" como puerta para penetrar en la mente de los griegos. Además de los doce dioses principales y las innumerables deidades menores, los antiguos griegos adoraban a una deidad que ellos llamaban Agnostos Theos, es decir: el dios desconocido. Pablo jamás quizo en su mente vincular al Dios verdadero con una deidad griega, él sabia que era un símil para generar un apertura en los griegos. Pero con esto Pablo generaba una maniobra arriesgada. Para muchos investigadores, Pablo sin querer provocó una especie sincretismo religioso. Muchos griegos sin duda no captarían del todo el trasfondo de lo que dijo Pablo y se produciría una asociación paulatina para introducir las ideas helénicas en el cristianismo de las décadas siguientes.

Rafael Argullol nos comenta las repercusiones de la jugada audaz de Pablo:

Hace 2.000 años Pablo de Tarso vio esto con una claridad difícil de superar. Hombre de convicciones firmes, no era un gran orador, pero al parecer, con su actitud y su fe, tenía una enorme capacidad de persuasión. Se impuso en las ciudades de Oriente Medio y Asia Menor. Sin embargo, tuvo grandes dificultades en Atenas. Konstantino Kavafis, en un precioso poema, ha evocado el enfrentamiento entre el predicador cristiano y los filósofos atenienses. Aunque Atenas era ya tan solo una pequeña ciudad de provincias del Imperio Romano seguía contando con potentes escuelas estoicas, epicúreas y cínicas. Los filósofos, grandes argumentadores, desarmaban al infatigable Pablo.

Hasta que este tuvo una ocurrencia genial: recordó haber visto, a las afueras de la ciudad, el altar al dios desconocido. En realidad, en la antigua Grecia, este tipo de altares no eran insólitos y en ellos se conmemoraba a los dioses sin nombre propio, un poco como en nuestra Fiesta de Todos los Santos o en nuestra Tumba al Soldado Desconocido. Pero Pablo se agarró a lo que le pareció una oportunidad y explicó que él, precisamente, anunciaba la venida de aquel dios desconocido. La estratagema surgió, al parecer, cierto efecto entre los oyentes y, aunque san Pablo abandonó Atenas sin el predicamento obtenido en otras ciudades, había logrado colocar la piedra angular del edificio en construcción. El altar estaba vacío pero pronto se llenaría con un nuevo dios que despertaría el entusiasmo de las multitudes.

El Libro de Urantia también nos comenta este efecto provocado por Pablo:

(2071.1) 195:1.1 La helenización del cristianismo comenzó intensamente en ese día memorable en el que el apóstol Pablo se puso de pie ante el concilio del Areópago en Atenas y habló a los atenienses sobre el «Dios Desconocido». Ahí, a la sombra de la Acrópolis, este ciudadano romano proclamó a los griegos su versión de la nueva religión que se había originado en la tierra judía de Galilea. Y había cierta extraña similitud entre la filosofía griega y muchas de las enseñanzas de Jesús. Tenían una meta común: ambas buscaban el surgimiento del individuo. Los griegos, en lo referente a un surgimiento social y político; Jesús, en lo referente a un surgimiento moral y espiritual. Los griegos enseñaban ese liberalismo intelectual que conducía hacia una libertad política; Jesús enseñaba ese liberalismo espiritual que conducía hacia una libertad religiosa. Estas dos ideas juntas constituyeron un nuevo y poderoso código para la libertad humana; presagiaron la libertad social, política y espiritual del hombre.

Es curioso, pero el mismo Pablo que atacaba la filosofía, sin querer años antes había generado el impulso para que los mismos griegos abrazaran el cristianismo y lo adaptaran mucho más de lo que el mismo Pablo enseñó.

(2071.3) 195:1.3 1. La mente griega estaba dispuesta a tomar prestadas ideas nuevas y buenas, incluso de los judíos.

(2071.4) 195:1.4 2. Pablo y sus sucesores estaban dispuestos a negociar, y sabían hacerlo con astucia y sagacidad; eran hábiles traficantes teológicos.


Y así de alguna forma nació el cristianismo helenizado y en los siglos posteriores su desviación se acentuó mucho más.

 No era desconocida para los griegos la idea de una deidad en cuerpo humano. La idea de Jesús como una nueva deidad en cuerpo humano era algo que los griegos inevitablemente tenderían a mezclar con sus ideas pre-existentes y en los siglos siguientes surgiría la idea del culto a Jesús como el Dios Supremo.

Esto ilustra que la jugada de Pablo de "hacerse gentil" para "ganar a los griegos" provocó una mutación que escapó a sus intenciones originales. Esto llevó a que en los siglos siguientes de forma mucho más directa se vinculara al Jesucristo de Pablo en reemplazo de una deidad griega solar.

No me cabe duda entonces que la utilización de la ilustración del sacrificio y la expiación usada por Pablo para su público judío esparcido en la diáspora  en las naciones gentiles o en la Judea, con el tiempo mutó y fue interpretada por otros como una teología oficial sobre el sacrificio de Jesús, tal como se analizó en una entrada anterior.

Así se construye la religión y la historia.....