viernes, 8 de febrero de 2013

El Ajustador de Jesús y nosotros

"Yo y el Padre somos uno"- Juan 10:30

Estas palabras de Jesús han generado ríos de tinta durante casi dos milenios de interpretación teológica. Para los trinitarios es la prueba suprema de que el Padre y el Hijo son el mismo ser. Para los simpatizantes con el arrianismo, Jesús siempre seguía siendo el Hijo, pero sus palabras significaban unidad de propósito y objetivo.

La Revelación de L.U nos aclara que la exclamación de Jesús era parte de su experiencia personal de su filiación total con Dios, experiencia que nosotros también podremos tener algún día. El conocimiento de la existencia de los Ajustadores del Pensamiento nos aclara muchas expresiones que fueron dogmatizadas a la rápida.

Los Ajustadores son una especie de monitores y fragmentos que nos conectan con el Padre. Imaginemos que una persona está en una central de TV y millones lo pueden "tener" en el interior de sus hogares mediante los monitores de TV. Esta burda comparación nos acerca un poco a comprender que el Padre está en nosotros a pesar de que él también está en la Isla del Paraíso, la Sede Celestial. Al conectar con nuestro Morador interno, el Padre externo también nos "envuelve" y nos volvemos uno solo.

"para que todos sean uno. Como tú, oh Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste" - Juan 17:21.

Jesús, por lo tanto, nunca quiso decir que él era el mismo Padre estableciéndose como autoridad. No, él también dice que nosotros podemos lograr esa unidad con el Padre mediante nuestro Ajustador. Y es más que una unidad de propósito, realmente poseemos al Padre viviente.

Por lo tanto, los trinitarios y arrianos se quedan cortos en sus apreciaciones tuertas de la gran verdad. Pero, ¿por qué Jesús se incluye en la unidad que podemos lograr con el Padre?

“Ordinariamente, cuando un mortal llega a tales altos niveles de perfección de la personalidad, ocurren esos fenómenos preliminares de elevación espiritual que culminan finalmente en la fusión del alma madura del mortal con su Ajustador divino asociado. Y aparentemente debía producirse un cambio de esta naturaleza en la experiencia de la personalidad de Jesús de Nazaret ese mismo día en que descendió al Jordán acompañado por sus dos hermanos para ser bautizado por Juan. Esta ceremonia era el acto final de su vida puramente humana en Urantia, y muchos observadores superhumanos esperaban presenciar la fusión del Ajustador con la mente que habitaba, pero estaban destinados todos ellos a sufrir una desilusión. Ocurrió algo nuevo y aun más grande. Mientras Juan ponía sus manos sobre Jesús para bautizarlo, el Ajustador residente se despidió para siempre del alma humana perfeccionada de Josué ben José. Pocos momentos después, esta entidad divina regresó de Diviningtón como un Ajustador Personalizado y jefe de su clase en todo el universo local de Nebadon. Así pues pudo Jesús ver a su propio ex espíritu divino descendiendo sobre él de regreso en forma personalizada. Y oyó ahora a este mismo espíritu de origen del Paraíso hablar y decir: «Éste es mi Hijo amado en quien tengo complacencia». Juan, y los dos hermanos de Jesús, también oyeron estas palabras. Los discípulos de Juan, que estaban a la orilla del río, no oyeron estas palabras ni vieron la aparición del Ajustador Personalizado. Sólo los ojos de Jesús contemplaron al Ajustador Personalizado.” (1511.2) 136:2.3

Recordemos que los seres ascendentes (los humanos) solo tenemos un Ajustador que nos guía. Miguel en su existencia prehumana siendo de una naturaleza indescriptible no tenía un típico Ajustador humano, aunque si poseía otro vehículo de filiación inenarrable para la mente mortal. Pero Jesús al tomar la frágil naturaleza humana en el tiempo y en el espacio se somete a la voluntad de Dios y humildemente recibe un Ajustador para compartir la igualdad con todos los hombres.

Cuando Jesús es bautizado debería haber ocurrido la fusión con su Ajustador. Pero ocurrió algo "nuevo y aun más grande". El Ajustador de Jesús que era prepersonal se volvió personalizado:

“Por lo que sabemos, el tipo Ajustador del fragmento del Padre alcanza la personalidad sólo mediante la adquisición de atributos personales a través del servicio y ministerio a un ser personal. Estos Ajustadores Personalizados tienen su hogar en Divinington, donde enseñan y dirigen a sus asociados prepersonales.
                            
“Los Ajustadores del Pensamiento Personalizados son los estabilizadores y compensadores no asignados, libres de trabas y soberanos del vasto universo de los universos. Ellos combinan experiencia de Creador y de criatura —existencial y experiencial. Son conjuntamente seres temporales y de la eternidad. Asocian lo prepersonal y lo personal en la administración del universo.

“Los Ajustadores Personalizados son los ejecutivos omnisapientes y poderosos de los Arquitectos del Universo Maestro. Son los agentes personales del ministerio pleno del Padre Universal —personal, prepersonal y superpersonal. Son los ministros personales de lo extraordinario, de lo poco común y lo inesperado en todos los reinos de las esferas absonitas trascendentales del dominio del Dios el Último, y aun hasta los niveles de Dios el Absoluto.

“Son los seres exclusivos de los universos que comprenden dentro de su ser todas las relaciones de personalidad conocidas; son omnipersonales —están antes de la personalidad, son la personalidad y están después de la personalidad. Ministran la personalidad del Padre Universal en el pasado eterno, el presente eterno y el futuro eterno.” (1201.2) 109:7.1

Cuando Jesús se bautizó retornó a él su Ajustador, pero ahora había alcanzado la personalidad, siendo a la vez una manifestación del mismo Padre Universal, y este ajustador al retornar es lo que los escritores cristianos describieron como el Espíritu de Dios posándose en la forma de una paloma sobre Jesús. Algunos estudiosos sostienen que lo que Jesús pudo haber visto fué una especie de energía que emitia varios haz de luz,  y a la velocidad de la luz ingresó en él. Este efecto habría sido descrito en lenguaje antiguo como una "paloma" "moviendo sus alas", pero no podemos asegurar si eso fué lo que él describió a sus íntimos, o los testigos se lo imaginaron así.

Las actividades de los Ajustadores en vuestro universo local son dirigidas por el Ajustador Personalizado de Micael de Nebadon, ese mismo Monitor que lo guió paso a paso cuando éste vivió su vida humana en la carne de Josué ben José. Fiel a su en-cargo fue este extraordinario Ajustador, y sabiamente dirigió este valeroso Monitor la naturaleza humana, guiando constantemente la mente mortal del Hijo del Paraíso en la selección del camino de la voluntad perfecta del Padre. Este Ajustador había servido previamente con Maquiventa Melquisedek en los días de Abraham y había realizado obras tremendas tanto antes de esta residencia como entre estas experiencias de autootorgamiento.” (1200.4) 109:6.4

¡Por esa razón Jesús pudo decir que mediante él y en el Padre podemos lograr la unidad! El Ajustador que fué uno solo con Jesús ahora dirige a nuestros Ajustadores. El Padre y el Hijo han sido unificados, y ahora el Padre desea la unificación con nosotros en relación a su Hijo.

1200:5 109:6.5 Este Ajustador sí triunfó en la mente humana de Jesús -esa mente que en cada una de las situaciones recurrentes de la vida mantuvo una dedicación consagrada a la voluntad del Padre, diciendo: "Que se haga, no mi voluntad, sino la tuya". Esta consagración decisiva constituye el verdadero pasaporte desde las limitaciones de la naturaleza humana a la finalidad del logro divino.

1200:6 109:6.6 Este mismo Ajustador refleja ahora en la naturaleza inescrutable de su personalidad poderosa la humanidad prebautismal de Josué ben José, la transcripción eterna y viviente de los valores eternos y vivientes que el más grande de todos los urantianos creó de las circunstancias humildes de una vida común tal como fue vivida hasta el pleno agotamiento de los valores espirituales logrables en la experiencia mortal.

Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. - Juan 14:23