miércoles, 27 de febrero de 2013

"En el principio..." - parte 3

El contexto es fundamental para unir los puntos anteriores y así obtener un cuadro más claro:

1 En [el] principio Dios creó los cielos y la tierra.
2Ahora bien, resultaba que la tierra se hallaba sin forma y desierta y había oscuridad sobre la superficie de [la] profundidad acuosa; y la fuerza activa de Dios se movía de un lado a otro sobre la superficie de las aguas.
3 Y Dios procedió a decir: “Llegue a haber luz”. Entonces llegó a haber luz. Después de eso Dios vio que la luz era buena, y efectuó Dios una división entre la luz y la oscuridad. 5 Y Dios empezó a llamar a la luz Día, pero a la oscuridad llamó Noche. Y llegó a haber tarde y llegó a haber mañana, un día primero.
 
Para muchos la primera frase "En [el] principio Dios creó los cielos y la tierra" se refiere a la creación previa del cielo (espacio sideral) y de la materia prima de la Tierra. Luego entienden que los versículos siguientes son una narración de la preparación posterior de la tierra para ser habitada por el hombre al término de los días creativos.
 
 No obstante, una lectura cuidadosa de toda la narración y el contexto muestra que el acto de creación de los "cielos y la tierra" involucra todas las acciones subsiguientes durante los días creativos de los versículos. Esa frase engloba y envuelve toda la narrativa posterior.

Por lo tanto, la frase "En el principio Dios creó los cielos y la tierra" sería una especie de título sobre lo que se narrará a continuación. Es como el título de un libro.

No se refiere a una creación previa que deba separarse del versículo 2 en adelante. Esto lo podemos comprobar facilmente en el capítulo 2 de Génesis.

En el capítulo 2, después de haber descrito todo el proceso de producción en los versículos anteriores se declara:

Esta es una historia de los cielos y la tierra en el tiempo en que fueron creados, en el día que Jehová Dios hizo tierra y cielo. - Gén. 2:4

Asi que claramente todo el proceso descrito que fluye en la narrativa previa corresponde a la creación de los cielos y la tierra.

Algunos apuntes interesantes
El relato del Génesis 1 y 2 tiene un ritmo, una cadencia especial que envuelve todo el proceso creativo.

Cuando Dios dijo el Día Primero: “Llegue a haber luz”, debió penetrar luz difusa a través de ese manto de nubes, aunque todavía no era posible distinguir desde la superficie terrestre las fuentes de las que procedía. Parece ser que este fue un proceso gradual, como lo muestra la versión (en inglés) de J. W. Watts: “Y gradualmente vino a la existencia la luz”. (Gé 1:3, A Distinctive Translation of Genesis.) - Perspicacia

"Ahora bien, Jehová Dios estaba formando del suelo toda bestia salvaje del campo y toda criatura voladora de los cielos, y empezó a traerlas al hombre para ver lo que llamaría a cada una; y lo que el hombre la llamaba, a cada alma viviente, ese era su nombre". - Gén. 2:19

La expresión verbal "estaba formando" está en imperfecto gradual lo que muestra acción continúa. Tal como se repasó en la entrada que tocaba el punto de los verbos, los antiguos hebreos tenían un concepto casi atemporal de las acciones.

Si sumamos el análisis del contexto más todo lo anteriormente expuesto en las entradas pasadas llegamos a la conclusión asombrosa de que la creación es un proceso continuo.

El Día de descanso
2:1 Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos.
2:2 Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.

 
Se han hecho varios intentos para resolver la aparente dificultad entre el vers. 1 y el vers. 2: uno declara que la obra de Dios fue terminada en el sexto día y el otro en el séptimo día.

La LXX y las versiones samaritano y siríaca han elegido el camino más fácil para resolver el problema, sustituyendo con la palabra "sexto" la palabra "séptimo" del texto hebreo donde se la usa por primera vez. Algunos comentadores están de acuerdo con este cambio, pensando que la palabra "séptimo" del texto hebreo es un error de copista. Sin embargo, al proceder así infringen  sus propias reglas básicas de crítica textual.

La T.N.M traduce correctamente la expresión e introduce la acción continua al declarar "porque en él ha estado descansando de toda su obra que Dios ha creado con el propósito de hacer".

 En el libro Nociones esenciales del hebreo bíblico (de K. Yates, revisión de J. Owens, 1979, pág. 183) se dice: “El tiempo no lo entiende la mente semita como lo entiende la mayor parte de las lenguas modernas. El conocimiento del tiempo de una acción no es de vital importancia para el pensamiento hebreo. Para un pensador indo-germánico el tiempo sólo es necesario para ajustar la acción a su excesivamente enfatizada estimación del tiempo. El conocimiento del estado de la acción, en cuanto a su terminación o falta de terminación, era generalmente suficiente para el semita; y si no, había alguna palabra de significación temporal o histórica que traía el tiempo a la consideración”.

Cómo se analizó en las primeras entradas que trataron este asunto, el narrador aparentemente  podía estar hablando del futuro como en tiempo pasado o presente. Sin embargo, la acción temporal de los verbos para nosotros finalmente es una acción de los interpetres de la actualidad. El escritor hebreo incluso podía estar narrando la secuencia de una forma atemporal en varias direcciones. La magia de esto es que el mismo proceso creativo expansivo puede converger en el mismo tiempo con el llamado "descanso".

Esto es sumamente complejo para la mente moderna. Los procesos de pensamiento hebreos eran diferentes a los nuestros. La palabra descansar  no tiene que ver con el término del trabajo  asociado el cansancio.  En realidad tiene que ver con “cesar, detener, desistir, llegar al final, descansar.”#  Llegar al final puede ser acción en proceso buscando una meta reflexiva de conclusión. El significado básico de este verbo está ilustrado en pasajes como Génesis 8:22 (las estaciones y el ciclo día/noche no tienen sábado); Jeremías 31:36 (“cesar”); y Job 32:1 (estos hombres dieron un descanso a sus labios).

# Nota:  Las primeras dos definiciones dadas para el término hebreo traducido como “reposar” (shābat o shābath) son “cesar, desistir”. El Enhanced Strong’s Lexicon (Léxico Mejorado de Strong) documenta que, de las 71 veces que esta palabra es usada, 47 veces es simplemente traducida como “cesar”, y solamente 11 veces es traducida como “reposar” (“Shabath”, 1995). El Theological Wordbook of the Old Testament (Libro de Términos Teológicos del Antiguo Testamento) declara: “La traducción ‘cesar, desistir’ puede ser ilustrada en los siguientes versículos: ‘no cesarán...el día y la noche’ (Génesis 8:22)...” (Harris, et.al., p. 902). Una mirada breve a la palabra original traducida como “reposar”, "descansar" o “reposó” muestra que Dios no se cansó, ni necesitó un día de recuperación para acumular Su energía.

La expresión mal traducida "descanso" en realidad debería entenderse como llegar al final, buscar la conclusión o cese a través de la misma acción causativa de la creación. Esta forma sumamente profunda era entendida por Jesús quién realizaba acciones creativas en el sábado y que pudo decir:

 De modo que a causa de esto los judíos empezaron a perseguir a Jesús, porque hacía estas cosas durante el sábado. Pero él les contestó: “Mi Padre ha seguido trabajando hasta ahora, y yo sigo trabajando”.- Juan 5:16,17

El verbo shabat entonces puede ser una acción en imperfecto progresiva continua. Aunque la cultura judía posterior lo ha calificado como una acción de reposo relacionada al descanso por el trabajo, el verbo insertado en la declaración del Génesis tiene que ver con la búsqueda de la conclusión para llegar al final de la obra en una acción progresiva.#

# Nota: El sábado también es el memorial de la liberación israelita de la esclavitud en Egipto, que recordaba la acción de Dios a favor de su pueblo. 
 
Cómo se ha repasado antes,  el problema es la traducción con la acción temporal de los verbos, algo que ha sido interpretado por los traductores. Entonces realmente en Génesis 2:2,3 notamos que Dios mira su obra y decide buscar la conclusión o término para ésta mediante el "llegar al final" (que inexactamente ha sido traducido como "descansar"). El ha estado buscando el cese de ésta obra en un proceso milenario.

Este proceso gigante cósmico atemporal ha sido descrito con dificultad en Eclesiastés:

Todo lo ha hecho bello a su tiempo. Aun el tiempo indefinido ha puesto en el corazón de ellos, para que la humanidad nunca descubra la obra que el Dios [verdadero] ha hecho desde el comienzo hasta el fin. - Eclesiastés 3:11

Cómo comprobaremos,  esta obra cósmica "desde el comienzo hasta el fin" implica un trabajo y búsqueda permanente de Dios:

Lo que sucede que ha sido, ya había sido; y lo que ha de llegar a ser, ya ha resultado ser; y el Dios [verdadero] mismo continúa buscando aquello tras lo cual se sigue. - Eclesiastés 3:15

La obra de Dios tiene ese componente atemporal que intenta describir el Eclesiastés y que armoniza con el análisis del Génesis.

Bendiciones y gracias.