miércoles, 20 de febrero de 2013

La relatividad de la "perfección" y el Propósito de Dios

 

Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino solo uno, Dios. (Marcos 10:17-18)

"""Toda otra perfección es relativa. La perfección de cualquier otra persona o cosa es relativa, no absoluta (compárese con Sl 119:96); es decir, una cosa es “perfecta” en relación con el propósito o fin para el que su diseñador o hacedor la designa, o el uso al que la destina su receptor o usuario""" - Perspicacia.

La Perfección al igual que la Verdad, NO EXISTE realmente para las criaturas. Solo DIOS es Bueno, solo el Padre es Santo, y solo el Padre es Perfecto. Y solo Abba tiene la VERDAD.

P
or lo tanto, para las criaturas (incluso angelicales) toda verdad es parcial, toda bondad es relativa, toda santidad es limitada, y toda perfección es incompleta.

Los hombres tienden a fosilizar y crear mitos en torno a palabras y conceptos. Tanto la palabra "perfección" como "imperfección" no reflejan la verdadera realidad del cósmos y el universo. En realidad se han hecho abusos de tales palabras y tienden a crear en la mente de miles de personas, una visión polarizada de la realidad. Una visión extremadamente mecanicista heredada de los teólogos católicos de la Edad Media han creado en muchos religiosos un extremismo mental irreal.

Nuestro mundo experimenta cambios dinámicos en el reino animal, vegetal y climático. Y hay decenas de ejemplos que muestran la imperfección de la creación y el estado incompleto de formación de las cosas. Los accidentes en el espacio tiempo son frecuentes. Nuestro universo aún está en proceso de ajuste y calibración para que pueda lograr una sincronización más precisa entre los seres vivos y los fenómenos climáticos y astronómicos.

Un rayo o tormenta puede provocar la muerte de varios animales. Y los terremotos, erupciones volcánicas, y la deriva continental de las placas llevan millones de años modificando la vida sobre la superficie de la tierra junto al cambio en el clima.
 
Nuestros mismos cuerpos no están totalmente adaptados a este planeta. En condiciones de intemperie podríamos morir sin una vivienda. Y nuestros ojos no están adaptados al Sol. También los días en los que se observa baja presión atmosférica antes de una lluvia, los tejidos se hinchan en respuesta a este descenso, y por eso duelen los huesos y las articulaciones. Esto muestra que a pesar de tener cuerpos magníficos aún la calibración con el entorno no es completa.

El universo desde hace millones de años (antes que Adán y la Tierra fueran creados) tiene colosales explosiones, aniquila mundos, galaxias colapsan, explotan supernovas y mueren los soles. Las llamaradas solares y los meteoritos vagabundos que chocan con los mundos son testimonio de que aún el universo local está en formación. Las lunas de Jupiter atestiguan que son mundos aún en formación con gran actividad telúrica y volcánica.

Pero dónde podemos ver acciones aparentemente imperfectas, violentas o crueles de la naturaleza, en realidad estamos observando un espejismo. Lo que se confunde con imperfección o perfección es realmente el cambio, el progreso, la búsqueda de la armonía y el equilibrio. El avance eterno. La perfección es la meta, no el origen.
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El Mito del Hombre Perfecto y el Superhombre
Los cultos paganos y religiones germánicas nos hablan del super hombre, el hombre perfecto y muestran el prototipo de ese ideal. Al parecer ese concepto fué heredado a las religiones cristianas de siglos posteriores e incluso ha penetrado hasta hoy.

Sin embargo, la Biblia nos entrega un concepto muy diferente de perfección.
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El concepto de perfección se expresa en hebreo con términos derivados de verbos tales como ka·lál (perfeccionar; compárese con Eze 27:4), scha·lám (quedar completo; compárese con Isa 60:20) y ta·mám (completar; llegar a la perfección; compárese con Sl 102:27; Isa 18:5). En las Escrituras Griegas Cristianas se emplean las palabras té·lei·os (adjetivo), te·lei·ó·tēs (nombre) y te·lei·ó·ō (verbo) para comunicar ideas como: llevar a la perfección o alcanzar la plenitud (Lu 8:14; 2Co 12:9; Snt 1:4); ser una persona desarrollada físicamente, adulta o madura (1Co 14:20; Heb 5:14), y haber alcanzado el objetivo, propósito o meta conveniente o señalada. (Jn 19:28; Flp 3:12.) - Perspicacia para Comprender las Escrituras.

Cómo notamos, el término tiene que ver con completar y alcanzar la plenitud. Observamos un crecimiento en un sola dirección progresiva, nunca un estado absoluto de inmovilidad. Es algo en desarrollo..
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Porque antes de la siega, cuando la flor llega a la perfección y lo florecido llega a ser una uva que va madurándose, uno también tiene que cortar los tallitos con podaderas y tiene que quitar los zarcillos, [los] tiene que escamondar.- Isaías 18:5

Observamos la idea del crecimiento y plenitud. Nunca de inmovilidad. Una semilla o flor no aparece en estado de perfección. Más bien, llega a la perfección como meta. No es el origen.
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"La importancia del punto de vista correcto. Para entender correctamente la Biblia, no se debe incurrir en el error común de pensar que todo lo que se llama “perfecto” lo es en sentido absoluto, es decir, a un grado infinito o ilimitado. La perfección en sentido absoluto tan solo corresponde al Creador, Jehová Dios. Debido a esto, Jesús pudo decir de su Padre: “Nadie es bueno, sino uno solo, Dios”. (Mr 10:18.)" - Perspicacia para Comprender las Escrituras

Todos éstos ejemplos nos hablan del uso relativo de la expresión perfección. No existen las perfecciones absolutistas de Dios sobre su creación original. En realidad todo es un progreso eterno, una búsqueda constante de ajuste y calibración.

El gran Propósito de Dios
 
El Libro de Urantia declara que solo Havona y la Isla del Paraíso son creaciones perfectas. Los siete superuniversos de los niveles exteriores y los universos son aún creaciones imperfectas en progreso, son agrupaciones de materia más organizada en la que Miguel y los ángeles buscan continuamente como perfeccionar las cosas. Así la sociedad humana camina en un senda difícil hacia el progreso con desafíos; Y las religiones y hombres individuales anhelan progresar. La vida misma busca adaptarse y sincronizarse con el entorno. Y los niveles exteriores del espacio aún son lugares en dónde la materia recién está formándose en galaxias más jóvenes.
 
Nuestro desafío individual y luego colectivo es progresar en un camino constante hacia la plenitud. La Perfección emerge del Padre Universal desde el centro de todas las cosas y se expande gradualmente por eones de eternidad como una onda en el agua hacia los niveles más exteriores, como creación en progreso, unificando la creación entera bajo un mismo pulso cósmico. Y así todas las cosas serán "reunidas" en el Padre mediante el Hijo.