lunes, 18 de marzo de 2013

"Nínive será convertida"


Muchos han especulado sobre las razones por las cuales Jonás huyó de su misión a Nínive. Esto es extraño ya que el mismo libro sin rodeos explica por que Jonás no quería predicarle a los asirios:

"¡Oh Señor! ¿No era esto lo que yo decía cuando todavía estaba en tierra? Por eso me anticipé a huir a Tarsis, pues bien sabía que tú eres un Dios bondadoso y compasivo, lento para la ira y lleno de amor, que cambias de parecer y no destruyes". - Jonás 4:2.

¿Nota usted? ¡Jonás mismo sabía con certeza que su profecía era condicional, aún antes de llegar a Nínive! Jonás sabía que Dios no destruiría a los de Nínive si se arrepentían; por eso Jonás huyó a España. Razonó que, si los habitantes de Nínive no oían jamás su profecía, no serían llevados al arrepentimiento, y Dios tendría que destruirlos. Por eso, cuando los cuarenta días de gracia pasaron, Jonás se quejó amargamente a Dios.

Jonás en cierto modo tenía un punto de vista derrotista antes de empezar la misión e incluso hubiese preferido la destrucción de esos ninivitas. El relato de Jonás representa a quiénes dan por sentado la condenación del mundo y les molesta la posibilidad de salvación para otros seres humanos. El relato de Jonás enseña que aunque deseemos huir o torcer los designios de Dios para manipularlo y provocar una destrucción, nuestros caminos pueden estar muy lejos del deseo de Dios.

Las Profecías condicionales

La misma Biblia presenta criterios específicos para decidir si uno de los profetas de Dios ha pronunciado una profecía condicional: Si usted lee cualquier profecía en la Biblia, que contiene la frase "si ... entonces" (también "porque" u otras variantes), sabrá que está frente a una profecía condicional.

Otro principio general es que todas las profecías que dependen de la actividad humana para su cumplimiento, o cuyo propósito es llevar personas o naciones al arrepentimiento, por lo general son condicionales. Algunos ejemplos de profecías bíblicas condicionales estan en las siguientes citas bíblicas:

Isaías 1:19, 20.
Jeremías 7:6, 7 (NVI).
Sofonías 3:7, 8.
Zacarías 3:7.
Apocalipsis 2:5.

Todos estos son ejemplos de profecías bíblicas que incluyen declaraciones condicionales, bien expresas o bien implícitas. Pero hay también profecías condicionales que, a primera vista, no parecen contener una declaración condicional. Por ejemplo, la profecía de Jonás sobre Nínive:


"¡Dentro de cuarenta días, Nínive será destruida!" . Jonás 3:4.

¿Recuerda cómo el rey de Nínive estaba bastante seguro de que la profecía de Jonás permitía la posibilidad de arrepentimiento? Al instar el rey al pueblo de Nínive al arrepentimiento, dijo:

"¡Quién sabe! Tal vez Dios cambie de parecer, y aplaque el ardor de su ira, y no perezcamos". - Jonás 3:9.


Y Jonás sabía ésto, por eso quería forzar los designios de Dios huyendo de su deber.


¿Destruida o convertida?

Es interesante una explicación del signficado hebreo de la palabra que se usa aquí: "derribada" o "destruida".

"Dentro de cuarenta días, Nínive será destruida". - Jonás 3:4.

La palabra clave aquí es "destruida". Viene de la palabra hebrea"haphak", que significa "derribar, voltear, cambiar, ser convertido, arrepentir". Así que, como puede usted ver, la proclamación profética de Jonás es un juego de palabras: "Si Nínive no se convierte, en cuarenta días será volteada".

El hecho de que el rey y los ciudadanos de Nínive reconocieron este juego de palabras se ve en su decisión inmediata de arrepentirse y cambiar sus caminos (véase Jonás 3:6-10).


Considerado en el contexto del libro entero de Jonás, es claro que la profecía de Jonás era condicional. El rey sabía que era condicional, los ciudadanos sabían que era condicional, y Jonás mismo sabía que era condicional, así que huyó, con la esperanza de impedir que los habitantes de Nínive tuvieran la oportunidad de cumplir con las condiciones y de este modo evitaran un desastre nacional.

En un sentido profundo el juego de palabras y la misión para Jonás era anunciar y motivar la conversión de Nínive y no su destrucción.

"Dentro de cuarenta días, Nínive será convertida". - Jonás 3:4.

Y eso fué lo que ocurrió. Dios entra con su propósito positivo.

"sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios fuertemente; y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que hay en sus manos" - Jonás 3:8.

La lección que le enseña Jehová a Jonás es que la destrucción realmente era la conversión.

Cómo a Jonás aún no le queda claro y espera una destrucción física, Jehová magistralmente le enseña mediante la calabaza (Jonás 4).

Y preparó Jehová Dios una calabacera, la cual creció sobre Jonás para que hiciese sombra sobre su cabeza, y le librase de su malestar; y Jonás se alegró grandemente por la calabacera.- Jonás 4:6

Notamos como la calabaza libra a Jonás de su malestar y el se alegra por el buen efecto de esta planta en su vida. Los hombres de Nínive al estar arrepentidos son como esta planta que posee el potencial de hacer el bien a otros.

Pero luego Jehová seca la calabaza y Jonás se amarga ya que la planta ahora no le protege del Sol. Y Dios le hace razonar:

9 Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte.

10 Y dijo Jehová: Tuviste tú lástima de la calabacera, en la cual no trabajaste, ni tú la hiciste crecer; que en espacio de una noche nació, y en espacio de otra noche pereció.

11 ¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?


La lección es suprema para todas las edades. La búsqueda de Dios es la redención de los hombres.


Dios envió a Jonás a convertir a los ninivitas, a convertirlos en una planta para beneficiar a otros. ¿Por qué entonces Dios habría de secarlos? Al secar la planta Dios le recuerda a Jonás cual fué desde el principio su verdadera misión: Salvarlos.