Ciertamente el análisis de las entradas anteriores ha sido gratificante. Tenemos evidencia interna y externa que demuestra que la creación sigue en progreso y que nosotros somos una parte fundamental en colaborar con Dios en la consumación de su obra creativa.
Desde el acto de realizar las tareas domésticas diarias, cuando limpiamos, reparamos, amamos y construimos en lo espiritual nos transformamos en una fuerza que actúa como prolongación del mismo Dios para proseguir con su creación.
¡Somos el mismo Dios actualizándose y expandiéndose! Dios opera mediante nosotros para ser agentes organizadores materiales que intervienen frente a la entriopía de la materia para sincronizar y armonizar su creación. ¡Qué privilegio al ser la actualización de Dios en el tiempo y en el espacio!
"El gran universo contiene la posibilidad de una completa
unificación, y eso es lo que busca por siempre.
La voluntad del Creador y la voluntad de la criatura
son cualitativamente diferentes, pero también son semejantes experiencialmente,
puesto que la criatura y el Creador pueden colaborar en el logro de la
perfección del universo. El hombre puede trabajar en enlace con Dios y de esta
manera cocrear a un finalista eterno. Dios puede trabajar aun como humanidad en
las encarnaciones de sus Hijos, que de esa manera logran la supremacía de la
experiencia de la criatura.
El Creador y la criatura se unen en el Ser Supremo en
una Deidad cuya voluntad es expresiva de una personalidad divina. Y esta
voluntad del Supremo es algo más que la voluntad o de la criatura o del Creador,
así como la voluntad soberana del Hijo Soberano de Nebadon es algo más que la
combinación de la voluntad de la divinidad y de la humanidad. La unión de la
perfección Paradisiaca y de la experiencia espacio-temporal produce un nuevo
significado de valor en los niveles de deidad de la realidad.
La naturaleza divina en evolución del Supremo se está
volviendo una representación fiel de la experiencia inigualada de todas las
criaturas y de todos los Creadores en el gran universo. En el Supremo, la
creadoridad y la criaturidad son la misma cosa; están por siempre unidas por esa
experiencia que naciera de las vicisitudes que acompañaron la solución de los
múltiples problemas que acechan a toda creación finita mientras ésta prosigue el
camino eterno en pos de la perfección y liberación de las cadenas de la
imperfección. - Urantia Book Página 1279