lunes, 15 de abril de 2013

La aventura de los Micael

(234.1) 21:0.1 LOS Hijos Creadores son los hacedores y gobernantes de los universos locales del tiempo y del espacio. Estos creadores y soberanos universales son de origen dual, incorporando las características de Dios el Padre y Dios el Hijo. Pero cada Hijo Creador es distinto a todos los demás; cada uno es único en su naturaleza así como también en su personalidad; cada uno es el «Hijo unigénito» del perfecto ideal divino de su origen.

(234.2) 21:0.2 En la vasta tarea de organizar, evolucionar, y perfeccionar un universo local, estos elevados Hijos siempre disfrutan de la sustentadora aprobación del Padre Universal. La relación de los Hijos Creadores con su Padre en el Paraíso es conmovedora y superlativa. Indudablemente el afecto profundo de la Deidad progenitora por su progenie divina, es la fuente de ese amor hermoso y casi divino que aun los padres mortales tienen por sus hijos.

Por esa verdad Jesús dijo de su relación con el Padre:

Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que Él hace. - Juan 5:20

Y el Hijo es capacitado de forma vasta en el Paraíso y también él observa las creaciones previas de los otros Hijos Creadores:

(235.4) 21:2.1 La orden primaria de los Hijos del Paraíso son los diseñadores, creadores, constructores y administradores de sus respectivos dominios, los universos locales del tiempo y del espacio, las unidades básicas creadoras de los siete superuniversos evolucionarios. Se le permite a un Hijo Creador seleccionar la ubicación espacial de su actividad cósmica futura, pero antes de que pueda comenzar siquiera la organización física de su universo, debe pasar un largo período de observación dedicado al estudio de los esfuerzos de sus hermanos mayores en varias creaciones ubicadas en el superuniverso de su acción proyectada. Y antes de todo esto, el Hijo Micael habrá completado su prolongada y singular experiencia de observación en el Paraíso y de capacitación en Havona.

El universo central de Havona es el modelo para que los Micael construyan sus universos:

(152.2) 14:0.2 Éste es el núcleo eterno de perfección (Havona), en torno al cual gira esa procesión infinita de universos que constituyen el formidable experimento evolutivo, la audaz aventura de los Hijos Creadores de Dios, que aspiran a duplicar en el tiempo y a reproducir en el espacio el modelo original del universo, el ideal divino de lo completo, de la finalidad suprema, de la realidad última y de la perfección eterna.

Posteriormente Micael viaja a su espacio escogido para construir su universo local:

(235.5) 21:2.2 Cuando un Hijo Creador parte del Paraíso para embarcarse en la aventura de la creación de un universo, para hacerse el jefe —virtualmente el Dios— de un universo local de su propia organización, entonces, por primera vez, se encuentra en íntimo contacto con la Tercera Fuente y Centro, y en muchos aspectos dependiente de ésta. El Espíritu Infinito, aunque reside con el Padre y el Hijo en el centro de todas las cosas, está destinado a funcionar como ayudante real y eficaz de cada Hijo Creador.
 
(358.5) 32:2.3 La primera acción completa de creación física en Nebadon consistió en la organización del mundo sede central, la esfera arquitectónica de Salvington, con sus satélites. (...) Después de la construcción de Salvington, inmediatamente siguió la creación de cien mundos sede central de las proyectadas constelaciones y de diez mil esferas sede central de los proyectados sistemas locales de control y administración planetaria, conjuntamente con sus satélites arquitectónicos. Tales mundos arquitectónicos son diseñados para dar cabida tanto a las personalidades físicas y espirituales como también a la morontia mediadora, o estados de transición de la existencia.
 
(359.1) 32:2.4 Salvington, la sede central de Nebadon, está situada en el centro exacto de la masa-energía del universo local. Pero vuestro universo local no es un único sistema astronómico, pues existe un sistema de gran tamaño en su centro físico.

Lo primero que construye Micael es la Sede de su Universo local. En nuestro caso fué Salvington (Ciudad de Salvación). Este es un mundo arquitectónico. Esto significa que es un planeta que no es salvaje ni está sujeto a la evolución de la naturaleza. Es un mundo diseñado a la medida y
construido con materiales morontiales gloriosos. Una definición humana parecida seria llamarlo "artificial", pero es inexacta y muy simplificada. Entonces Micael crea los mundos arquitectónicos en este orden:

- Su Sede Central
- Mundos de las constelaciones
- Esferas de los sistemas locales (incluyen mundos moronciales)

Una vez establecida la Sede Central de su universo local, desde ese punto comienza la organización y dirección de la energia y materia de su universo local. Lo podríamos asemejar a la construcción de un edificio que inicia su obra desde una oficina en el interior.

A la par de la construcción de su universo, el Hijo Creador procede a crear a muchos seres espirituales que lo ayudarán en la administración de su creación. El primero sería Gabriel (jefe ejecutivo). Luego, los Padres de las Constelaciones, los Melquisedek, los Portadores de la Vida, los Soberanos de los sistemas, los Principes planetarios, los Angeles, los Intermedios,  y muchas criaturas más.

(359.4) 32:2.7 Y con la aparición de la mano derecha y jefe ejecutivo del Hijo Creador comienza la llegada a la existencia de un vasto y maravilloso conjunto de criaturas diversas. Llegan los hijos e hijas del universo local, y poco después se provee gobierno para esa creación, desde los concilios supremos del universo hasta los padres de las constelaciones y los soberanos de los sistemas locales; la suma de esos mundos que están destinados a convertirse posteriormente en el ambiente natural de las variadas razas mortales de las criaturas volitivas; y cada uno de esos mundos será presidido por un Príncipe Planetario.

La creación, ajuste, evolución física, sincronización mental y de energias camino a la perfección es un proceso gradual que aún sigue su curso. El establecimiento de los mundos y sistemas en las eras de luz y vida no es simultáneo y uniforme en el mismo tiempo. Hay mundos más antiguos que la Tierra que ya están en las edades de luz y vida. Otros avanzan hacia esas eras, y también hay planetas en etapas más primitivas en sus albores. Al parecer el espacio para el universo de Micael está delimitado. La estructura del edificio está casi concluida.  Solo falta avanzar en las terminaciones exteriores y en el acondicionamiento de algunas zonas de la edificación universal y la sincronización de los planetas que aún no están en la era de luz y vida.

En nuestro mundo mientras la humanidad intenta casi a tientas avanzar a una era mejor, nuestro sistema físico a la par también está en ajustes de calibración. El Sol está en un proceso de estabalización de sus convulsiones internas, los planetas del sistema solar aún sufren transformaciones, y en la Tierra el cambio climático y el movimiento de las placas terrestres demuestran que aún la Tierra avanza a una madurez aún no adquirida.

Un auténtico obrero maestro

Micael trabajando para llevar los mundos a las Edades de Luz
Al principio de la creación del universo local, Micael no sale de la sede de su universo en estas primeras largas eras de la organización física o esqueleto estructural:

(359.2) 32:2.5 Un Hijo Creador no puede salir de su mundo sede central hasta el momento en que se haya estabilizado la gravedad del reino mediante una materialización de energía suficiente como para permitir que los distintos circuitos y sistemas se equilibren entre sí a través de la atracción material mutua.

Una vez estabalizada la gravedad, Micael frecuentemente sale de su Sede Central. Al parecer es muy andariego:

(359.2) 32:2.5 Salvington es la sede personal de Micael de Nebadon, pero no siempre se le encuentra allí. Aunque ahora el funcionamiento armonioso de vuestro universo local no requiera la presencia permanente del Hijo Creador en la esfera capital, esto no fue así en las primeras épocas de la organización física.
 
(237.2) 21:2.12 La presencia personal de un Hijo Creador en su universo local no es necesaria para el funcionamiento sin obstáculos de una creación material establecida. Estos Hijos pueden viajar al Paraíso, y sus universos seguirán girando por el espacio. Pueden separarse de sus líneas de poder para encarnarse como hijos del tiempo; aún sus reinos girarán alrededor de sus centros respectivos. Ninguna organización material es independiente de la atracción de gravedad absoluta del Paraíso ni del supercontrol cósmico inherente en la presencia espacial del Absoluto No Cualificado.

Jesús como un auténtico obrero maestro y director de obras está pendiente de los detalles de su vasta creación y de forma humilde puede llevar sus herramientas para reparar personalmente las zonas de su edificio que necesiten mantenimiento. Además él se involucra como un trabajor más en medio de los obreros más humildes y los capacita, tal como ocurrió en la Tierra al hacerse hombre. Micael se ha transformado en diferentes criaturas en los sietes niveles de existencia de su universo local.

Por esa razón a Micael muchas veces no se le encuentra en la Sede de su Universo local. Y aún ahora, ya terminadas sus donaciones como criatura, sigue ocupado en "los asuntos del Padre" y "prepara moradas" y administra muchos otros asuntos. También está ocupado en erradicar los vestigios de las rebeliones y los atrasos que ha supuesto el pecado en algunos mundos rebeldes.

 Durante los últimos dos mil años de su visita a la Tierra, Jesús no ha estado inmóvil sentado quieto al lado de un trono. Al contrario, él es un viajero constante, capacitador, fontanero, reparador, acondicionador, y organizador por excelencia de su vasta creación. No creo que haya sido casualidad que la Providencia le haya dado a Micael la posibilidad de ser un gran carpintero en la aldea de Nazaret.  Jesús tenía la capacidad innata de "trabajar con las manos", de "crear y reparar". Y cuando adquirió la plena memoria como Hijo Creador tras su bautismo, su corazón le llevó a reparar las estructuras físicas de las personas enfermas. Pero su mayor reparación consistió en colocar los pilares espirituales que producirán transformaciones venideras permanentes en la humanidad.

(359.6) 32:2.9 En Nebadon la organización de las residencias planetarias sigue su curso. Este universo es en realidad un grupo joven entre los reinos estelares y planetarios de Orvonton. Según el último registro había 3.840.101 planetas habitados en Nebadon.

Esta gran cantidad de mundos de este universo necesitan de la administración y organización de su perito Soberano. Y Cristo Micael sin duda ha estado ocupado con mucho trabajo estos últimos dos mil años. También cada cierto tiempo, Jesús asiste a unas extraordinarias asambleas en el Paraíso. El se junta con miles de otros Hijos Creadores para compartir y sincronizar los esfuerzos para lograr las gloriosas metas de los miles de universos que están en los siete superuniversos que giran alrededor de Havona y el Paraíso.

(234.5) 21:0.5 El Micael original es el jefe que preside a los Hijos Paradisiacos primarios cuando éstos se reúnen para conferenciar en el centro de todas las cosas. No hace mucho, en Uversa, registramos una transmisión universal de un extraordinario cónclave de ciento cincuenta mil Hijos Creadores reunidos en la Isla eterna en presencia de los progenitores y ocupados en deliberaciones que tenían que ver con el progreso de la unificación y estabilización del universo de los universos. Este fue un grupo selecto de Micaeles Mayores, Hijos de siete autootorgamientos.

¡Qué maravilloso debe haber sido conocer a Jesús cuando estuvo en la Tierra! Conocer a un Ser que es el creador de nuestra realidad, y que también conocía la meta de todo: El Paraíso.

Y que privilegio que Jesús mediante el Espíritu de la Verdad pueda ser el socio en nuestras luchas diarias. Podemos colocarnos bajo su yugo amoroso y ser socios de él en la organización de su universo. Cuando trabajamos por expandir el auténtico Evangelio, somos herramientas literales en las manos de Micael para ayudarle a madurar este mundo.

Aunque Jesús terminó su séptima donación cuando vino a la Tierra, él ha seguido realizando muchas funciones ejecutivas no humanas. El sigue trabajando para estabilizar plenamente a su universo y sigue realizando viajes a muchas partes (aunque ya no como un ser encarnado, sino como un ser glorioso). A veces los mundos se enteran de su visitas, otras veces no. Esto depende del estado espiritual y evolución del mundo para poder verle. Cuando Jesús vino a la Tierra hace dos mil años, casi pasó de incógnito si no hubiese sido por sus discípulos que posteriormente a su visita,  la proclamaron al mundo de Roma durante varios siglos.

Y Jesús prometió regresar en gloria y poder a este planeta singular que lo acogió bajo el nombre de Jesús de Nazaret.

Pero ahora Jesús ya es un Micael Mayor. Ha ganado la soberania plena de su universo mediante la humildad al volverse uno con todas las órdenes de sus criaturas.

(239.10) 21:4.4 Después de cada uno de sus autootorgamientos, un Hijo Creador prosigue a «la derecha del Padre» para ganar allí la aceptación del Padre respecto a su autootorgamiento y para recibir instrucciones preparatorias para el próximo episodio de servicio universal. Después del séptimo y final autootorgamiento, el Hijo Creador recibe del Padre Universal la autoridad y jurisdicción suprema sobre todo su universo.

(240.1) 21:4.5 Está en los registros que el último Hijo divino que apareció en vuestro planeta era un Hijo Creador Paradisiaco quien había completado seis fases de su carrera de autootorgamientos; por consiguiente, cuando liberó su posesión consciente de la vida encarnada en Urantia, podía decir, y efectivamente dijo, «Consumado es» —literalmente, se había terminado. Su muerte en Urantia completó su carrera de autootorgamientos; era el último paso en satisfacer el juramento sagrado de un Hijo Creador Paradisiaco. Cuando han adquirido esta experiencia, estos Hijos son soberanos supremos del universo; ya no gobiernan como vicerregentes del Padre sino por su propio derecho y en su propio nombre como «Rey de Reyes y Señor de Señores». Con algunas excepciones declaradas, estos Hijos de autootorgamientos séptuples son no cualificadamente supremos en los universos de su morada. En cuanto a su universo local, «todo el poder en el cielo y en la tierra» fue delegado a este Hijo Mayor triunfador y coronado.

(240.2) 21:4.6 Los Hijos Creadores, después de completar sus carreras de autootorgamientos, son considerados como una orden separada, Hijos Mayores séptuples. En persona los Hijos Mayores son idénticos a los Hijos Creadores, pero han pasado por tan singular experiencia en los autootorgamientos que se los considera comúnmente de una orden distinta. Cuando un Creador se digna efectuar un autootorgamiento, un cambio real y permanente está destinado a ocurrir. Es verdad que el Hijo autootorgador sigue siendo y no es menos que un Creador, pero ha agregado a su naturaleza la experiencia de una criatura, lo cual por siempre lo eleva del nivel divino de Hijo Creador al plano experiencial de Hijo Mayor, el que ha ganado plenamente el derecho de gobernar un universo y administrar sus mundos. Estos seres incorporan todo lo que se puede obtener de la paternidad divina y abarcan todo lo que se puede derivar de la experiencia de la criatura perfeccionada. ¡Por qué se lamenta el hombre de su origen bajo y su forzada carrera evolucionaria cuando los Dioses mismos han de pasar por una experiencia equivalente antes de ser considerados experiencialmente merecedores y competentes para gobernar final y plenamente sus dominios universales!