viernes, 21 de junio de 2013

Los sumerios

Enki o Caligastia
Sitchin elaboró toda una teoría interpretando las tablillas sumerias. Además se atrevió a crear toda una Saga con personajes y situaciones que rozan con una verdadera novela. Una larga historia de combates y guerras,  que terminan con la destrucción de Sodoma y Gomorra.

Pero Sitchin al igual que David Icke comete el error de interpretar una historia que ya está distorsionada. Por lo tanto, crear una cronología de sucesos con algo ya distorsionado solo viene a perpetuar la tergiversación histórica.

Por ejemplo, Sitchin declara que los Anunakis establecieron decenas de bases mineras de oro en la Tierra, porque lo necesitaban para reparar la atmósfera de Nibiru, pues su capa de ozono era muy débil y entraba demasiada radiación UV. Pero un planeta a esa distancia tendría el problema contrario: falta de radiación solar. Crear una capa de polvo de oro para protegerse del sol en un planeta que es tan oscuro como sería Nibiru sería un absurdo. Sitchin afirma que en el sureste de África, en lo que hoy es Zimbabwe, crearon a la raza humana de los simios uniendo los genes Anunakis a los primates. De estos laboratorios genéticos generaron a los humanos esclavos. Estas historias no tienen mucha base, salvo que se unen datos distintos creando un constructo mental. Además, hay varios errores en dicha interpretación. Un ejemplo es decir que los toros fueron creados después del diluvio con fines agrícola, hace 9 mil años, por parte de un Anunaki llamado Ninurta, es absurdo, porque sabemos que existen bóvidos desde el Eoceno, hace decenas de millones de años.  De la misma forma, usan cohetes primitivos tipo NASA años 60-70, que no le servirían para venir desde el espacio como civilización más avanzada. También construyen un barco de juncos para explorar los pantanos (no sabemos dónde han dejado su poderosa tecnología). Así también les llevó un “sha” (periodo orbital de 3600 años) pulverizar el oro recolectado y otro más realizar pruebas preeliminares, lo que sería absurdo para un pueblo avanzado.

Sin embargo, hay elementos reales en la historia de Sitchin que son ciertos, porque en las leyendas Sumerias efectivamente hay cosas que son ciertas, pero que fueron tergiversadas.

(857.7) 77:2.10 Cuando los arqueólogos desentierran las crónicas en tabletas de arcilla de los descendientes sumerios de los noditas más recientes, se descubren listas de reyes sumerios que se remontan en el tiempo varios miles de años; a medida que se van remontando cada vez más, el reinado de cada uno de estos reyes se prolonga de unos veinticinco o treinta hasta ciento cincuenta o más años. Esta prolongación del reinado de los reyes más antiguos significa que algunos de los primeros jefes noditas (los descendientes inmediatos del séquito del Príncipe) en efecto vivieron más tiempo que sus sucesores más recientes y también indica un esfuerzo por estirar sus dinastías hasta la época de Dalamatia.

Esta parte del Libro de Urantia es reveladora porque nos habla de la dinastías de reyes sumerios. Y fue que basándose en estas listas de estos reyes que Zacarías Sitchin (según lo que él interpretó en las tablillas) fue que  hace 445000 años dirigidos por Enki,, unos 50 Anunaki llegan a la Tierra, y fundan Eridú para extraer oro de las aguas del Golfo Pérsico.

(741.2) 66:0.2 Caligastia, el Príncipe Planetario, arribó a Urantia hace alrededor de quinientos mil años, lo cual coincidió con la aparición de las seis razas de color, es decir, de las razas sangik.

Todo indica que Enki fue el nombre sumerio que se le dio a Caligastia. Además el significado de Enki es "el señor de la tierra", un nombre con un significado muy similar al de "príncipe planetario".

(742.3) 66:2.3 El séquito comprendía gran cantidad de ángeles cooperadores y una multitud de otros entes celestiales que se asignaron a fin de llevar adelante los intereses y promover el bienestar de las razas humanas. Pero desde vuestro punto de vista, el grupo más interesante de todo el séquito del Príncipe era el de los miembros corpóreos —a los cuales, a veces, se les refiere como los cien de Caligastia.

(743.10) 66:4.1 La llegada del séquito del Príncipe produjo profunda impresión. Bien que se requirieron casi mil años para difundirse las nuevas al extranjero, las enseñanzas y la conducta de los cien nuevos residentes influyeron sobremanera en las tribus próximas a la sede central mesopotámica. Y gran parte de vuestra mitología subsiguiente nació de las leyendas tergiversadas sobre estos días pasados en que estos miembros del séquito del Príncipe se repersonalizaron en Urantia como superhombres.

(744.1) 66:4.2 La tendencia de los mortales a considerarlos como dioses obstaculiza gravemente la buena influencia de tales maestros extraplanetarios; pero, aparte de la técnica de su aparición en la tierra, los cien de Caligastia —cincuenta hombres y cincuenta mujeres— no recurrieron a métodos sobrenaturales ni a manipulaciones sobrehumanas.

La expresión los Anunna (los “cincuenta grandes dioses”) de la cual viene Anunaki se relaciona con 50 dioses que destaca la mitología sumeria. Esto puede deberse a que eran realmente 50 parejas y eso fue lo que quedó grabado en la versión sumeria posterior. Y esto ocurre hace 500 mil años, coincidiendo con las tablillas sumerias.


En las tablillas sumerias se cuenta que los Anunakis enseñaron conocimientos avanzados de agricultura, metalurgia, medicina y matemáticas. Esto armoniza con las escuelas del séquito del Príncipe. Pero los cien no venían a esclavizar a los humanos, sino a producir una cultura superior que beneficiara al hombre. Posteriormente los descendientes del séquito provocarían la elevación biológica de los humanos. La rebelión alteró estos planes, pero la prole futura de los hijos del séquito corpóreo fueron los Noditas, los ancestros de los Sumerios.

(856.6) 77:2.3 La era posrebelión en Urantia presenció muchos acontecimientos insólitos. Una gran civilización —la cultura de Dalamatia— se desmoronaba. «Había gigantes o Nefilim (noditas) en la tierra en aquellos días, y cuando estos hijos de los dioses se llegaron a las hijas de los hombres y les engendraron hijos, éstos fueron ‘los valientes de antaño', ‘los varones de renombre'». Aunque eran difícilmente «hijos de los dioses», el séquito y sus primeros descendientes fueron considerados como tales por los mortales evolucionarios de aquellos días distantes; incluso su estatura vino a ser magnificada por las versiones tradicionales. Éste, pues, es el origen del cuento folclórico casi universal de los dioses que descendieron a la tierra y ahí, con las hijas del hombre, engendraron una antigua raza de héroes.

(857.1) 77:2.4 Ya que los cien miembros corpóreos del séquito del Príncipe llevaban plasma del germen de las cepas humanas andónicas, al practicar ellos la reproducción sexual, se esperaría naturalmente que su prole se parecería mucho a los hijos de otros progenitores andonitas. Pero cuando los sesenta rebeldes del séquito, los seguidores de Nod, de hecho se entablaron en la reproducción sexual, sus hijos resultaron muy superiores a los pueblos andonitas así como a los sangik en casi todos los aspectos. Esta superioridad inesperada caracterizó no sólo las cualidades físicas e intelectuales, sino también las capacidades espirituales.

(857.6) 77:2.9 Los noditas de pura cepa fueron una raza magnífica, pero se mezclaron gradualmente con los pueblos evolucionarios de Urantia, y al poco tiempo se produjo gran deterioro. A los diez mil años de la rebelión, habían perdido mucho terreno, hasta tal grado que su vida promedio no duraba mucho más que la de las razas evolucionarias.

(859.4) 77:4.1 La dispersión de los noditas fue resultado inmediato del conflicto recíprocamente destructivo relacionado con la torre de Babel. Esta guerra interna redujo considerablemente la cantidad de noditas más puros y, en muchos aspectos, explica el hecho de que no lograran establecer una gran civilización preadánica. Desde este momento en adelante, la cultura nodita fue decayendo durante más de ciento veinte mil años hasta que fue elevada por la infusión adánica.

De los Noditas a los Sumerios

(860.1) 77:4.6 3. Los noditas centrales o presumerios. Un grupo pequeño junto a la desembocadura de los ríos Tigris y Eufrates mantuvo mayor integridad racial. Perduraron miles de años y, a la larga, dieron origen a la descendencia nodita que se combinó con los adanitas, fundando así los pueblos sumerios de los tiempos históricos.

(860.2) 77:4.7 Y todo lo antedicho explica cómo aparecieron en el escenario de acción, tan repentina y misteriosamente los sumerios en Mesopotamia. Los investigadores no podrán nunca remontarse en el tiempo volviendo sobre los pasos de estas tribus hasta la génesis de los sumerios, quienes se originaron hace doscientos mil años, después de la sumersión de Dalamatia. Sin rastro alguno de su origen en ninguna otra parte del mundo, estas tribus antiguas, súbitamente, se ciernen sobre el horizonte de la civilización con una cultura plenamente desarrollada y superior, que comprendía templos, metalurgia, agricultura, animales, alfarería, tejeduría, derecho mercantil, códigos civiles, ceremonial religioso y un antiguo sistema de escritura. A principios de la era histórica, ya hacía mucho tiempo que se había perdido el alfabeto dalamatiano, habiéndose adoptado un sistema de escritura particular que se había originado en Dilmún. La lengua sumeria, si bien casi se perdió del mundo, no fue semítica; tenía mucho en común con las llamadas lenguas arias.

La Revelación de Urantia nos explica cómo apareció súbitamente el pueblo Sumerio, el cual en el fondo era el último heredero más puro de los noditas, los hijos del séquito de seres materializados miles de años antes. En el fondo, Sitchin tenía razón, pero los detalles de su teoría están basados en datos posteriores alterados, fragmentados y en muchas elucubraciones personales.

El hecho de que los registros históricos lleguen hasta los sumerios, se debe a la guerra previa de la torre de babel que destruyó algo de la civilización nodita, y al hundimiento de Dalamatia. Estos factores provocaron una laguna de registros históricos que hacen aparecer a la cultura Sumeria abruptamente en el mundo.

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(860.3) 77:4.8 Los registros detallados que dejaron los sumerios describen el emplazamiento del extraordinario asentamiento que se ubicó en el Golfo Pérsico cerca de la ciudad más vieja de Dilmún. Los egipcios llamaban a esta ciudad la antigua gloria Dilmat, en tanto los sumerios adanizados posteriores confundieron tanto la primera como la segunda ciudad noditas con Dalamatia y, a las tres, les llamaban Dilmún. Los arqueólogos ya han encontrado estas antiguas tabletas sumerias de arcilla que informan sobre este paraíso terrenal «donde los dioses bendijeron por primera vez a la humanidad con el ejemplo de la vida civilizada y culta». Estas tabletas, que describen Dilmún, el paraíso de los hombres y Dios, descansan tranquilamente sobre los polvorientos anaqueles de muchos museos.

(860.4) 77:4.9 Bien conocían los sumerios de los Edenes primero y segundo pero, a pesar de haberse unido en gran medida por matrimonio con los adanitas, continuaron considerando a los moradores del jardín en el norte como raza ajena. El orgullo sumerio de la cultura nodita más antigua les indujo a hacer caso omiso de estas posteriores visiones de gloria, a favor de la grandiosidad y tradiciones paradisiacas de la ciudad de Dilmún.

El misterio de los sumerios tiene su origen en los noditas, los cuales son descendientes del séquito de los seres corporizados que hicieron de maestros en la tierra.

Los anunakis (que es simplemente la traducción sumeria) realmente eran estos seres de origen extraplanetario (nativos de otros planetas), que habían alcanzado un nivel de espíritus en la Sede del Sistema local tras su ascensión por los mundos de moroncia, y que habían sido asignados a la Tierra para volver a tener cuerpos materiales y elevar a las razas humanas.