En la entrada anterior queda claro que la Fe verdadera no puede edificarse en expectación futurista basada en los acontecimientos mundiales cíclicos y cambiantes. Tal como se ha comentado, esto solo ha provocado decepción, agotamiento, y un enfriamiento espiritual hacia los valores verdaderos.
Proverbios 13:12 dice: “La expectación pospuesta enferma el corazón”.
Podríamos hacernos preguntas: Las decenas de interpretaciones proféticas, claves cronológicas y excitaciones pasajeras, ¿han edificado la Fe verdadera en el Creador? ¿Se ha santificado su Nombre? O más bien, ¿ha provocado decepción y un alejamiento de todo lo religioso?
Por éstas razones Jesús nos advertía de que no sucumbiéramos a las falsas señales que intentan vincular su Parausía con los acontecimientos catastróficos globales.
En muchas organizaciones religiosas existen dos fenómenos: un crecimiento regular de miembros que son personas que buscan una red de apoyo para enfrentar sus problemas cotidianos. Y una fuga constante de los miembros de más años que se vuelven inactivos o son excomulgados de las filas de su iglesia.
La razón del enfriamiento de muchos es que al llegar a determinado punto se sienten desencantados al ver constantemente postergadas sus expectativas sobre el fin del mundo y la llegada del premio de la vida eterna.
Pero esto no es culpa de las personas. Vez tras vez durante años se les ha mantenido a edificar su fe y mantenerse alertas y tomar decisiones de vida basados en la excitación permanente del fin del mundo. Esto ha provocado que la Fe sea algo asociado a un premio, una expectativa y promesa que te habla de la liberación de los problemas de la vida y el ingreso a un mundo de placer.
Pero esto va minando la conciencia de muchos todos los años. No puede basarse la espiritualidad verdadera en los signos de los tiempos o los anhelos condicionados a un mundo mejor. Esto solo provoca que los adoradores de los cultos sean personas que trabajan por interés propio. ¿Qué sucedería en una reunión de los testigos de Jehová si se les dijeran que las cosas no van a suceder como ellos esperan? Más de la mitad se sentiría tentado a abandonar a la religión. Algunos ya se han decepcionado tanto que se han vuelto hasta ateos o agnósticos. Y otros lamentablemente han caído presas de prácticas inmorales. Es posible que muchos expulsados en parte de su fuero interno hayan considerado como irreales o lejanas algunas de los avisos del fin del mundo.
Por lo tanto, ha sido nefasto el basar todo en expectativas erradas. Muchos hasta se han vuelto peores personas que al principio.
Pero los dirigentes de las muchas religiones que se basan en las expectativas erradas son demasiados tercos para hacer los cambios correctos. Aunque se vislumbra una corriente interna que lucha por los cambios, también hay facciones que desean perpetuar el dogma, porque existe miedo de que haya una fuga en masa. Pero como veremos en una próxima entrada, ese temor es un gran error. Las religiones experimentarían un renacer poderoso si se decidieran apegarse exclusivamente al mensaje del Hijo del Hombre y las almas de los Hijos de Dios jamás se decepcionarían de Dios y los valores morales.