viernes, 11 de octubre de 2013

Buscar el Reino

En la entrada anterior se profundizó en como el mismo Evangelio nos arroja luz sobre lo que es el Reino de Dios.

Observamos como el Reino es un proceso de crecimiento que transformará a la humanidad mediante los hijos de ese reino, y al mismo tiempo es una cuestión de experiencia personal viviente íntima y personal. Jesús también nos entrega más pistas para definir el Reino:

En respuesta, Jesús le dijo: "Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca de nuevo, no puede ver el reino de Dios" - Juan 3:3.

"En verdad les digo: El que no reciba el reino de Dios como un niñito, de ninguna manera entrará en él" - Lucas 18:17

En estas expresiones notamos que la experiencia de entrar en el reino se vincula a nacer otra vez y adquirir la recepción de esa experiencia con la humildad de un niño.

Esto nos ratifica que el Reino es una cuestión de experiencia personal con Dios. No es un concepto elemental de un simple gobierno en las alturas con un rey en un trono de oro sobre una nube. Esas ideas son reciclajes de las concepciones judaicas sobre el mesianismo material, pero por ningún motivo fueron alentadas por Jesús. El Maestro fue incansable al hablarnos del Reino como un asunto de filiación, una religión experencial viviente, con un poder transformador sobre otras personas.

"Pero cuando los fariseos le preguntaron cuándo vendría el reino de Dios, les contestó y dijo: "El reino de Dios no viene de modo que sea llamativamente observable, ni dirán: ‘¡Miren acá!’, o, ‘¡Allá!’. Porque, ¡miren!, el reino de Dios está en medio de ustedes". - Lucas 17:20,21

Jesús indica que el reino no viene de un modo visible o llamativo, desterrando las ideas del mesianismo apocalíptico. Más bien, indicó que el Reino ya estaba en medio de ellos o "entre ellos" como una realidad ya alcanzable y presente en esos días.

La expresión  en el griego koiné  entos humon  literalmente significa “dentro de ti”  (aunque también podría traducirse  "a tu alcance" o "entre ustedes") Por lo tanto, indica que el Reino podía ser una realidad presente al alcance de todos los hombres.

Esto queda claro cuando Jesús dice:

"Sin embargo, busquen continuamente el reino de él, y estas cosas les serán añadidas" - Lucas 12:31.

Buscar el reino realmente tiene que ver con esa experiencia de filiación con Dios. Si el reino fuera un gobierno celestial distante no tendría sentido buscarlo. Buscar indica algo que deseamos encontrar. Algo nos falta. Algo que podemos llegar a encontrar y obtenerlo.


  Pero desde los días de Juan el Bautista hasta ahora el reino de los cielos es la meta hacia la cual se adelantan con ardor los hombres, y los que se adelantan con ardor se asen de él. - Mateo 11:12

 
Notamos con extremada claridad que el reino es una cuestión de experiencia personal. Y por lo tanto, "predicar las buenas nuevas del reino" es algo mucho más sublime que hacer publicidad a un gobierno celestial. Más bien, predicar dichas buenas noticias tiene que ver animar a los hombres a experimentar la filiación con Dios y luego vivir la realidad de ese reino en el trato con su prójimo.