miércoles, 16 de octubre de 2013

Los pozos de Sodoma

Pozos ardiendo
Hay un pasaje de la misma Biblia que nos arroja luz sobre la causa de la destrucción de Sodoma y Gomorra.  Es un detalle muy interesante y sutil que el escriba del libro comentó mucho antes de la parte en que se narra la aniquilación de las ciudades. 

 Estas ciudades estaban en la llanura de Sidim, en la región del Mar Muerto. Antes de la destrucción de dichas ciudades el Génesis nos narra la batalla de una confederación de reyes contra los reyes de Sodoma y Gomorra:


Ahora bien, la llanura baja de Sidim era pozo tras pozo de betún; y los reyes de Sodoma y Gomorra se dieron a la fuga y fueron cayendo en estos, y los que quedaron huyeron a la región montañosa. - Génesis 14:10


La zona de Sodoma en la cuenca del ahora Mar Muerto estaba llena de pozos de betún.
Este material es también llamado pez en la Biblia y es material de asfalto en los estratos superiores (en la actualidad) y antes posiblemente petróleo.

 Como dice la obra Perspicacia:


En un tiempo, el valle de Sidim, ubicado cerca de Sodoma y Gomorra en la región del mar Muerto, fue notorio por tener "pozo tras pozo de betún". (Gé 14:10.) Todavía el mar arroja de vez en cuando betún a la playa, lo que permite suponer que en la actualidad Sidim está sumergido bajo las aguas del mar Muerto. El betún es también un material inflamable, como indica Isaías cuando profetizó que la tierra de Edom tendría que "llegar a ser como pez ardiente". (Isa 34:9.)



Extracción en el Mar Muerto


Harold Hayseed Stephens ha comentado que existe una capa de petróleo bajo un bloque de sal en el sudoeste del Mar Muerto israelí. Pruebas preliminares indicaron que el sitio podía producir entre 100 y 150 barriles de petróleo por día, expresó Eli Tannenbaum, geólogo de la empresa de exploración petrolera Ginko. Tannenbaum manifestó que existen señales de que podrían encontrarse mayores cantidades de crudo en las inmediaciones."Hay una presión elevada y ayer había un flujo, había un flujo libre (...) todo esto es evidencia de que hay petróleo allí. Cuando abrimos el grifo el petróleo comenzó a salir libremente durante varios segundos".

Notamos coma la cuenca, toda la zona-llanura era un auténtico "polvorín", llena de pozos de petróleo en medio de una zona de vegetación exuberante (Gen. 13:10-12). El lector ya advertirá la causa del desastre de Sodoma y Gomorra.

Son interesantes los comentarios de algunos autores de siglos pasados que nos hablan de la actividad casi geotérmica de la zona. Estrabón, en el siglo I AC, dice que “según las tradiciones de los nativos (…) a consecuencia del terremoto , la tierra fue inundada de azufre caliente y agua sulfurosa” y que “se conservan todavía las obras de circunvalación”. En tiempos de Ptolomeo, en el siglo II, el Mar Muerto era conocido por “Sodomorum Lacus”. Autores como Tácito y Filón, también mencionan el tema. El Corán, menciona también el caso: “Y a las ciudades derribadas es El ( Alá ) el que las ha derribado. Y el castigo del cielo les envolvió por entero” (LIII, 53-54).

Flavio Josefo lo llamó el lago Asfaltites, pues sabía que de vez en cuando emergen manchas grandes de betún o asfalto a su superficie. (La Guerra de los Judíos, libro I, cap. XXXIII, sec. 5; libro IV, cap. VIII, sec. 4.) Parece que no se le llegó a llamar mar Muerto hasta el siglo II E.C. El nombre árabe es Bahr Lut, "Mar de Lot".


En el Mar muerto o Mar salado la superficie del agua está a unos 400 m. bajo el nivel del mar Mediterráneo, con lo que el mar Muerto es la masa de agua más baja de la Tierra. Ahora bien, Génesis 14:3 nos indica que los reyes de esas ciudades estaban entre los que guerrearon en "la llanura baja de Sidim, es decir, el mar Salado", lo que da a entender que la llanura baja de Sidim llegó a quedar cubierta por el mar Salado. (Gé 14:3.) Y Sodoma y Gomorra posiblemente estaban en la zona sur del Mar Muerto.

En otras palabras, las ciudades estaban en un gran valle , depresión o cuenca profunda. Ese valle tenía muchos pozos de petróleo que brotaban en varias áreas a tal grado que los reyes al terminar en esa batalla cayeron en los pozos (que deben haber sido como pantanos). Después de la destrucción de la zona el mar de la zona norte comenzó a inundar la zona sur del valle y las ciudades, y hoy esa parte estaría sumergida. Al parecer toda la zona circundante también en los estratos inferiores estaría llena de petróleo en las zonas profundas bajo las rocas salinas tal como lo demuestran las exploraciones petrolíferas actuales. Pero cuando el valle interior estaba sin agua, en el centro esos pozos de petróleo estaban brotando casi en la superficie.

El mar muerto  en realidad es una depresión tectónica en que la corteza terrestre se está abriendo, como en el Valle del Rift africano, con los lagos Tanganyka y Victoria. Hay un tipo de estas zonas geotectónicas que poseen volcanismo interno ( uno de cuyos ejemplos es el  Monte Tabor).

Blanckenhorn, que investigó el tema a fines del XIX, sugiere que las ciudades quedaron hundidas por un terremoto lo que es razonable teniendo en cuenta el hecho de ser una zona sísmica y que el Mar Muerto en esa zona, el bíblico Valle de Siddim, tiene una profundidad que oscila entre 1 y 6 m. De hecho, el nivel del Mar Muerto se ha elevado en los últimos siglos, acabando por tanto de sumergir los restos que según Estrabón existían aun en el siglo I a.C. El hundimiento de las ciudades podría haberse debido a la licuación sísmica del terreno, como han sugerido Graham Harris y Anthony Beardow (1995).

El Génesis (14: 10), nos dice que había allí “muchísimos pozos de betún”. Toda la región, como dice Henning, “es insólitamente rica en termas, fuentes sulfhídricas, depósitos de hidrocarburos” y de hecho, en el propio Mar, afloran masas asfálticas procedentes de filtraciones submarinas ( Vitaliano, 1980). Es razonable suponer que un terremoto pudiera activar la salida de gases combustibles que podían inflamarse al contacto con el fuego de los hogares e incluso hacer arder rocas bituminosas utilizadas en los muros, una hipótesis sugerida por Frederick Clapp en 1936. Esta hipótesis quedó comprobada en el terremoto de julio de 1927, que produjo efectivamente incendios (Henning, 1950). Otra hipótesis alternativa para la ignición, podría ser la caída de un rayo o meteoritos fragmentados, que darían la  explicación  “desde el cielo” bíblico.  Probablemente, los gases tóxicos, en una zona también con azufre y siendo asfixiantes fruto de la combustión, similares a los que produjo el incendio por parte iraquí de los pozos kuwaitíes en la Guerra del Golfo de 1990, producirían numerosos muertos y el humo sería visible desde muy lejos.

Nota: El 11 de julio de 1927 un terremoto en Israel alcanzó los 6,2 grados en la escala Richter. Su epicentro se situó en el Mar Muerto y en él perecieron unas 300 personas. Se produjeron  fuegos e incendios por la ignición de gas metano y otros elementos inflamables del terreno.

Entonces miró abajo hacia Sodoma y Gomorra y hacia toda la tierra del Distrito, y vio una escena. ¡Pues mire, humo denso ascendía de la tierra como el humo denso de un horno de calcinación! - Génesis 19:28

Abrahán miró abajo hacia Sodoma
Notamos como Abrahán vio desde la altura "miró abajo". El ve un humo como el de la primera fotografía del incendio en los pozos petroleros de Kuwait. También esta vista desde altura nos confirma que la zona del distrito  estaba en una cuenca o valle ("Cuenca". Heb.: Kik·kár).  Hoy la zona está cubierta por el mar salado.

 
También observamos que de toda la tierra (no solo de Sodoma y Gomorra) ascendía humo denso similar al humo de un horno. Es como si todo aquel valle con materiales y pozos inflamables comenzó a arder, y sus ciudades en medio de él.


De modo que siguió adelante derribando a estas ciudades, sí, al Distrito entero, y a todos los habitantes de las ciudades, y las plantas del suelo. - Génesis 19:25

Notamos como todo el distrito es afectado de forma descontrolada e indiscriminada, hasta las plantas del suelo son aniquiladas por esta ignición de toda la región. Esto nos muestra que no fue una destrucción  divina selectiva, sino que fue descontrolada, un evento catastrófico más natural que sobrenatural.

Esto sería semejante a si Dios al querer aniquilar a los malvados habitantes de la tierra, aniquilara también al hermoso planeta Tierra, su fauna, vegetación y flora. ¿No es así?


No obstante, cuando ascendió el alba, entonces los ángeles se pusieron a apremiar a Lot, diciendo: "¡Levántate! ¡Toma a tu esposa y a tus dos hijas que se hallan aquí, por temor de que seas barrido en el error de la ciudad!" -Gen. 19:15

Los ángeles expresan un gran temor y preocupación de que por daño colateral el justo Lot sea barrido con la ciudad. ¿Es que Dios no podría proteger milagrosamente a Lot en medio de toda la hecatombe? Parece que no es así, de hecho el ángel (identificado como Jehová en el ver. 18)  le apremia y le dice:

Y aconteció que, tan pronto como los hubieron sacado a las afueras, él empezó a decir: "¡Escapa por tu alma! ¡No mires atrás y no te detengas en todo el Distrito! ¡Escapa a la región montañosa por temor de que seas barrido!". - Gen. 19:17


¿Acaso Dios no podía protegerlos de forma sobrenatural? ¿Acaso no era un castigo selectivo desde los cielos? ¿Acaso Abrahán no le había preguntado al ángel llamado Jehová ¿verdaderamente barrerás al justo con el inicuo? (Gen. 18:23)?


¡Apresúrate! ¡Escapa allá, porque no puedo hacer nada hasta que llegues allá!". Por eso él llamó la ciudad por nombre Zóar. - Gen 19:22

El ángel  está desesperado. Dice que no puede hacer nada hasta que Lot por sus propios medios llegue cerca de la región montañosa. ¿Podría considerarse una acción del Todopoderoso una destrucción en la que la supervivencia de los justos no está de esa forma garantizada?

Todo indica que la destrucción de Sodoma y Gomorra y sus alrededores fue un evento catastrófico natural. Una hecatombe natural que arrasó una zona como "polvorín" en las que las ciudades estaban construidas.

Claramente los sodomitas podían ser depravados sexuales. Pero también otros pueblos de antaño  cayeron en esas prácticas y no fueron barridos. Los sodomitas sufrieron la misma suerte que los habitantes de Pompeya. Y esto demuestra que los desastres naturales no solo golpean a los justos. También los inicuos han sido barridos de igual forma.


Entonces los hombres dijeron a Lot: "¿Tienes otros aquí? Yerno y tus hijos y tus hijas y cuantos sean tuyos en la ciudad, ¡sácalos del lugar! - Gen. 19:12

Es posible que los visitantes celestiales sabían por presciencia (capacidad superior de anticipar el futuro) de la inminente destrucción natural por ocurrir y deciden avisar al justo Lot e incluso a sus futuros yernos y  a otras personas en la ciudad, pero ellos no deciden creerle y huir a la región montañosa. Fue este factor el determinante para la supervivencia (al no evacuar ante el desastre) y no un castigo de un Ser Supremo airado que provocó los sucesos narrados.
 

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Algunos han hablado de una hecatombe nuclear realizada por extraterrestres. Pero parece ser que la conclusión más evidente es que el mismo terreno del valle donde estaban edificadas las ciudades estaba saturado de materiales inflamables. Y algún seísmo violento con liberación de gases o la caída de algún material de gran temperatura hicieron el resto. Claramente Abrahán vio algo semejante a una nube inmensa de humo provocada por éstas explosiones.

Al parecer lo Soferim hicieron varias enmiendas al relato del Génesis y podemos notar sus huellas. Por ejemplo, eliminaron el YHWH en las partes donde aparece el ángel. También notamos algunas contradicciones en los diálogos.
 
Ya hemos visto que el capítulo anterior del Gen. 18 narra que el "Juez de toda la tierra"  no "barrería al justo con el inicuo", pero en el capítulo 19 hay un apremio porque los ejecutores no saben si podrán rescatar a Lot de la destrucción. Pero esto es extraño puesto que los ángeles supuestamente habían sido designados para "arruinar la ciudad" (ver. 13). Si ellos tenían poder para arruinar la ciudad y luego no sabían si podían proteger completamente a Lot nos indica que el evento claramente era descontrolado y hubo una intención posterior de los copistas para adjudicar a Dios la destrucción como un castigo.

Esto no es infrecuente en la literatura Hebrea. Isaías y otros profetas realizan muchas declaraciones del castigo sobrenatural de Dios a naciones como el mismo Israel y otros pueblos. Sin embargo, en los libros de Reyes y Crónicas se indican que fueron potencias humanas las que realizaron dichas intervenciones.

Es interesante la breve opinión del Libro de Urantia sobre la destrucción de Sodoma y Gomorra:

(1021.3) 93:6.7 Fue esta rendición pública y real de sus ambiciones personales a favor de los planes más grandes de Melquisedek después de que los tres seres celestiales se le aparecieron en las llanuras de Mamré. Ésta fue una aparición de hecho, a pesar de su asociación con las narrativas posteriormente inventadas relacionadas con la destrucción natural de Sodoma y Gomorra. Y estas leyendas de los acontecimientos de aquellos días indican cuán retrasadas estaban la moral y la ética aun en esa época comparativamente tan reciente.

En otras palabras, la destrucción de Sodoma fue real. Y fue real que tres seres celestiales se le aparecieron a Abrahán. Y puede que hayan ayudado a Lot a evacuar la ciudad. Pero claramente las narrativas posteriores incorporaron elementos que le atribuyeron a Dios la catástrofe natural, creando una especie de símbolo conmemorativo del castigo de Dios a los hombres malvados. Así lo recoge toda la literatura hebrea posterior que usa este hecho como un ejemplo para motivar la obediencia al Dios iracundo.

 De alguna forma, ésta catástrofe natural coincidió con la desaparición de Melquisedek:

 (1022.3) 93:8.1 Poco después de la destrucción de Sodoma y Gomorra, Maquiventa decidió poner punto final a su autootorgamiento de urgencia en Urantia. La decisión de Melquisedek de terminar su estadía en la carne fue influida por numerosas condiciones, principal entre ellas la tendencia en aumento entre las tribus circunvecinas, y aun entre sus asociados inmediatos, de considerarle un semidios, de contemplarle como un ser supernatural, lo cual en efecto lo era; pero estaban empezando a reverenciarlo indebidamente y con un temor altamente supersticioso.

A propósito, Jesús dijo: "Podéis por casualidad caer víctimas de uno de los accidentes de la naturaleza, o de uno de los infortunios de los hombres, sabiendo plenamente que estos sucesos no están de ninguna manera predeterminados ni son por otra parte producidos por fuerzas espirituales". L.U 1830