En una de las entradas anteriores analizamos que la vida eterna indefinida de Adán y Eva dependía de:
1- El árbol de la vida.
2- Una armonía perfecta con el llamado "circuito de gravedad mental del Espíritu".
Puesto que no tenemos el árbol de la vida, analizaremos si es posible para los descendientes de Adán recobrar la armonía con "el circuito de gravedad mental del Espíritu".
(845.5) 75:7.5 1. Adán y Eva, igual que sus prójimos en Jerusem, mantuvieron el estado de inmortalidad durante la asociación intelectual con el circuito de gravedad mental del Espíritu. Cuando la disyunción mental rompe este sustento vital, entonces, a despecho del nivel espiritual de existencia de las criaturas, se pierde el estado de inmortalidad. El estado mortal seguido por la disolución física fue la consecuencia inevitable de la falta intelectual de Adán y Eva.
Notamos algo importante. La vida inmortal de Adán y Eva tenía que ver con esa armonía interna mental y espiritual en conexión con un circuito de gravedad mental del Espíritu. El pecado provoca un estado de disonancia y desarmonía mental interior con la unidad del Paraíso del Padre, el hombre se desconecta de la corriente divina.
En el documento 9 se nos explica de forma bien profunda las interrelaciones y función del Espíritu Infinito llamado también Actor Conjunto:
(98.2) 9:0.2 El Padre es infinito en amor y volición, en pensamiento y propósito espiritual; es el sustentador universal. El Hijo es infinito en sabiduría y verdad, en expresión e interpretación espiritual; es el revelador universal. El Paraíso es infinito en potencial para la dotación de fuerza y en capacidad para dominar la energía; es el estabilizador universal. El Actor Conjunto posee prerrogativas únicas de síntesis, capacidad infinita para coordinar todas las energías existentes en el universo, todos los espíritus universales existentes, y todos los intelectos universales verdaderos; la Tercera Fuente y Centro es el unificador universal de las múltiples energías y diversas creaciones que han aparecido como consecuencia del plan divino y del eterno propósito del Padre Universal.
El Actor Conjunto coordina todas las energías existentes, es la red que unifica las cosas.
(98.8) 9:1.3 Cuando imaginéis al Padre como creador original y al Hijo como administrador espiritual, debéis pensar en la Tercera Fuente y Centro como coordinador universal, un ministro de cooperación ilimitada. El Actor Conjunto es el correlacionador de toda realidad actual.
(98.9) 9:1.4 El Padre Universal preside los dominios de la preenergía, el preespíritu y la personalidad; el Hijo Eterno domina las esferas de las actividades espirituales; la presencia de la Isla del Paraíso unifica el dominio de la energía física y el poder materializador; el Actor Conjunto opera no sólo como un espíritu infinito que representa al Hijo, sino también como manipulador universal de las fuerzas y energías del Paraíso, trayendo de este modo a la existencia la mente universal y absoluta.
Teniendo claro el papel del Actor Conjunto, analicemos ahora el Circuito de Gravedad Mental vinculado al Espíritu:
(103.6) 9:6.1 La Tercera Fuente y Centro, la inteligencia universal, está personalmente consciente de cada mente, de cada intelecto, en toda la creación, y mantiene un contacto personal y perfecto con todas estas criaturas físicas, morontiales y espirituales dotadas de mente en la vastedad de los universos. El circuito absoluto de gravedad mental que se centra en la Tercera Fuente y Centro vincula todas estas actividades de la mente que son una parte de la conciencia personal del Espíritu Infinito.
(103.7) 9:6.2 Así como el Padre atrae toda personalidad hacia él, y el Hijo atrae toda la realidad espiritual, así ejerce el Actor Conjunto un poder de atracción sobre todas las mentes; domina y controla no cualificadamente el circuito universal de la mente. Todos los valores intelectuales verdaderos y genuinos, todos los pensamientos divinos y las ideas perfectas, son infaliblemente atraídos al circuito absoluto de la mente.
Esto podríamos asemejarlo burdamente a un circuito eléctrico en dónde un aparato está conectado a ese fuente de energía pero puede tener ciertas entradas de energía en fase de apagado.
Cada pensamiento elevado y divino entran en ese circuito absoluto de la mente vinculado al Espíritu que coordina todas las mentes.
El gran problema de los seres humanos es una carga genética que hace que nuestro soporte cerebral y mental le cueste mucho obtener la receptividad espiritual, mantener una estabilidad mental permanente como si fuera una nota alta de pensamientos estabilizados y espiritualizados en armonía perfecta con el Ajustador ingresando al flujo del Espíritu.
(103.3) 9:5.5 Pero el hecho de que la Tercera Persona sea el origen de la mente, no significa que podamos inferir que todos los fenómenos de la mente son divinos. El intelecto humano está enraizado en el origen material de las razas animales. La inteligencia universal no es una revelación verdadera de Dios que es mente, así como la naturaleza física no es una verdadera revelación de la belleza y armonía del Paraíso. La perfección está en la naturaleza, pero la naturaleza no es perfecta. El Creador Con-junto es el origen de la mente, pero la mente no es el Creador Conjunto.
(103.4) 9:5.6 La mente, en Urantia, es un avenimiento entre la esencia de perfección del pensamiento y la mentalidad evolutiva de vuestra naturaleza inmadura humana. El plan para vuestra evolución intelectual es, ciertamente, de perfección sublime, pero vosotros mucho distáis de esa meta divina mientras funcionáis en el tabernáculo de la carne. La mente es verdaderamente de origen divino, y tiene un destino divino, pero vuestras mentes mortales no han alcanzado aún la dignidad divina.
(103.5) 9:5.7 Muy frecuentemente, demasiado frequentemente desfiguráis vuestras mentes con la insinceridad y las marchitáis con la maldad; las sometéis a los temores animales y las distorsionáis con ansiedades inútiles. Por lo tanto, aunque la fuente de la mente sea divina, la mente tal como la conocéis en vuestro mundo de ascensión, difícilmente puede llegar a ser objeto de gran admiración, y mucho menos de adoración o culto. La contemplación del inmaduro e inactivo intelecto humano debería llevar tan sólo a reacciones de humildad.
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Como notamos, si lográsemos una perfecta sincronía y armonización mental, esto nos ayudaría significativamente.
(738.2) 65:6.9 Los organismos antecedentes a la inteligencia reaccionan a los estímulos del medio, pero aquellos organismos que reaccionan al ministerio de la mente pueden ajustar y manipular el medio ambiente mismo.
(738.3) 65:6.10 El cerebro físico con su sistema nervioso correspondiente dispone de una capacidad innata para responder al ministerio de la mente tal como la mente en vías de desarrollo de una personalidad dispone de cierta capacidad innata de receptividad espiritual y, por tanto, entraña los potenciales del progreso y logro espirituales. Las evoluciones intelectual, social, moral y espiritual dependen del ministerio mental de los siete espíritus ayudantes y sus asociados superfísicos.
(739.4) 65:7.8 Siempre han de diferenciarse los dominios de las respuestas física (electroquímica) y mental a los estímulos que originan en el medio ambiente y, a su vez, se deben reconocer todas éstas a fuerzas de fenómenos independientes de las actividades espirituales. Los dominios de la gravedad física, mental y espiritual son reinos distintos de la realidad cósmica, no obstante sus interrelaciones íntimas.
(740.1) 65:8.5 En los laboratorios evolucionarios cósmicos, la mente siempre domina la materia, y el espíritu siempre está correlacionado con la mente. Si estas diversas dotaciones no logran sincronizarse y coordinarse, puede ocasionar retrasos en el tiempo; pero, si un determinado individuo en verdad conoce a Dios y desea encontrarle y llegar a ser como él, la supervivencia está garantizada a pesar de los obstáculos del tiempo. La condición física puede entorpecer la mente, y la perversidad mental puede retrasar la obtención espiritual; sin embargo, ninguno de estos obstáculos puede vencer la elección hecha con toda la voluntad del alma.
(740.2) 65:8.6 Cuando las condiciones físicas son idóneas, pueden producirse evoluciones mentales repentinas, cuando la condición de la mente es propicia, pueden ocurrir transformaciones espirituales repentinas; cuando los valores espirituales reciben el reconocimiento debido, entonces los significados cósmicos se tornan discernibles, y la personalidad, en creciente escala, se libera de los obstáculos del tiempo y se redime de las limitaciones del espacio.
¿Puede finalmente la mente sincronizada y ajustada a la perfección con el Espíritu infinito doblegar la fuerza del tiempo y el espacio? Los documentos en efecto lo dicen y quizás parte del mejoramiento biológico de nosotros mismos depende de lograr esa armonía excelsa interior. Esto no provocaría una vida eterna instantánea, pero si influiría notablemente en nuestro cuerpo para una prolongación longeva de nuestra vida, con menos enfermedades y menor sufrimiento. Una vida muy larga y saludable.
Y las generaciones posteriores sin duda nacerían con esas ventajas impregnadas por nosotros. La ciencia le llama Epigenética a esta capacidad de nosotros mismos de moldear nuestro propio ADN. El poder de una mente estabilizada y espiritualizada puede ayudarnos a mejorar nuestro propio cuerpo material. Todos hemos escuchado que el estado mental efectivamente puede influir en nuestra salud:
"Un corazón calmado es la vida del organismo de carne," y "un corazón que está gozoso hace bien como sanador."—Pro. 14:30; 17:22.
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Bruce Lipton es un biólogo celular de la universidad de Virginia, y está desarrollando sus estudios e investigaciones en la escuela de medicina de la universidad de Stanford. Centrándose en la “Epigenética” que literalmente significa: “control sobre la genética”. “Lipton” Afirma que, actualmente, tenemos instalado en el subconsciente un programa que nos dice: “Tú no te curas a ti mismo… es el médico el que te cura…” dando por hecho, que no tenemos el poder de autoregenerarnos y autocurarnos. Mencionando la famosa frase de Henry Ford: “Tanto si crees que puedes… con si crees que no puedes… estás en lo correcto”. Para los que deseen ampliar la información “Lipton” ha publicado estos dos libros relacionados con el tema: “La Biología de la Creencia” y "La Biología de la Transformación".
En las edades de luz y vida la muerte está casi desterrada de los seres humanos. Los hombres han logrado tal armonía perfecta de su mente y cuerpo que indudablemente aquello repercute en su biología. Actualmente podemos lograr ciertos estados elevados de pensamiento y conciencia, pero generalmente funcionamos con altibajos y fluctuaciones. Sin embargo, no hay límites para el trabajo que cada persona pueda lograr en sí misma para poder conectarse plenamente con la corriente del Espíritu Infinito manteniendo aquella nota de armonía de forma permanente, desterrando para siempre nuestras reacciones animales de miedo, odio, envidia, rabia, etc.
A pesar del fracaso de Adán y Eva para entregarnos mayor cantidad de su herencia genética, el hombre hace dos mil años logró obtener una capacidad cerebral adecuada para una mayor receptividad espiritual. Y Jesús de Nazaret con su mensaje espiritual de filiación con Dios dejó sembrada la semilla con el potencial para transformar el mundo.
La prolongación de la vida y mejoramiento biológico de la humanidad no ocurrirá por un acto de magia hacia personas que tienen una afiliación nominal o realizan simples rutinas religiosas sin que ellos primero no hayan realizado el acto voluntario de sincronizarse con el Espíritu Infinito y vincularse a la mente de Dios.
El cuerpo no puede existir sin el cerebro. Y el cerebro es la vasija material donde mora la mente. Y el Ajustador espiritualiza la mente y la ayuda a sincronizarse con el Espíritu Infinito. Y esto puede armonizar y beneficiar en cadena al soporte material.
Y legado de Jesús consiste en eso. El mundo es un reflejo del estado mental de sus habitantes.