sábado, 14 de diciembre de 2013

Venciendo el temor

La especie humana tiene una herencia imperfecta y además una gran cantidad de genes y reacciones químicas hormonales producto la naturaleza animal de sus células versus los pocos genes provistos por la misiones celestiales y Adán. 

(1223.7) 111:7.5 Muchas de mis dificultades se debieron al conflicto interminable entre las dos naturalezas de mi sujeto: el impulso de la ambición opuesto a la indolencia animal; los ideales de un pueblo superior mezclados con los instintos de una raza inferior; los altos propósitos de una gran mente antagonizados por el impulso de una herencia primitiva; la visión a largo plazo de un Monitor perspicaz contrapuesta a la miopía de una criatura del tiempo; los planes progresivos de un ser ascendente modificados por los deseos y anhelos de una naturaleza material; los destellos de la inteligencia universal cancelados por los mandatos químico-energéticos de la raza en evolución; el impulso de los ángeles opuesto por las emociones de un animal; el adiestramiento de un intelecto anulado por las tendencias del instinto; la experiencia del individuo opuesta por las propensidades acumuladas de la raza; los fines de los mejores sobrecogidos por la corriente de los peores; el destello de genio neutralizado por la gravedad de la mediocridad; el progreso de lo bueno retardado por la inercia de lo malo; el arte de lo hermoso manchado por la presencia del mal; la fuerza de la salud neutralizada por la debilidad de la enfermedad; la fuente de la fe contaminada por los venenos del temor; el manantial del regocijo amargado por las aguas del dolor; la felicidad de la anticipación desilusionada por la amargura de la realización; los regocijos del vivir constantemente amenazados por los dolores de la muerte. ¡Qué vida y en qué planeta! 

Esta mezcla de genes animales y divinos es lo que provoca la lucha a la que se refirió Pablo, Pedro, y las cartas cristianas:

Y yo sé que en mí (es á saber, en mi carne) no mora el bien: porque tengo el querer, mas efectuar el bien no lo alcanzo.  Porque no hago el bien que quiero; mas el mal que no quiero, éste hago.  Y si hago lo que no quiero, ya no obro yo, sino el mal que mora en mí.  Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: Que el mal está en mí.  Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios:  Mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi espíritu, y que me lleva cautivo á la ley del pecado que está en mis miembros.  ¡Miserable hombre de mí! ¿quién me librará del cuerpo de esta muerte? - Romanos 7:18-24

“Estos hombres, como animales irracionales nacidos naturalmente.”—2 Pedro 2:12

"Pero si ustedes tienen en el corazón amargos celos y espíritu de contradicción, no anden haciendo alardes y mintiendo contra la verdad. Esta no es la sabiduría que desciende de arriba, sino que es [la] terrenal, animal, demoníaca". - Santiago 3:14,15

 “Pero el hombre físico [literalmente  “animal”] no recibe las cosas del espíritu de Dios, porque para él son necedad”. (1Co 2:14.) 

 "Pero digo: Sigan andando por espíritu y no llevarán a cabo ningún deseo carnal.  Porque la carne está contra el espíritu en su deseo, y el espíritu contra la carne; porque estos están opuestos el uno al otro, de manera que las mismísimas cosas que ustedes quisieran hacer, no las hacen". - Galátas 5:16,17.

Si esto fuera una situación únicamente moral o figurada de la carne de índole material, Pablo no habría señalado que deseaba  "Librarse del cuerpo de esta muerte" (Romanos 7:24). La misma obra Perspicacia reconoce esto:

Pero hasta el momento de su muerte en la carne y su resurrección, el cuerpo carnal todavía está allí para luchar en contra del “hombre espiritual”. Es una lucha difícil, por lo que Pablo dice: “En esta casa de habitación verdaderamente gemimos”. (Ro 6:3-7; 7:21-25; 8:23; 2Co 5:1-3.) - Perspicacia.

La herencia del miedo animal

(851.4) 76:4.6 Generalmente los hijos adánicos recibían un Ajustador, pues todos poseían firme capacidad de supervivencia. Esta prole superior no era tan susceptible al temor como los hijos de la evolución. Perdura mucho temor en las razas urantianas de hoy en día porque recibieron vuestros antepasados tan poco plasma vital de Adán, a causa del malogro prematuro de los designios para el perfeccionamiento físico de las razas.

Uno de los elementos más poderosos que gobiernan las reacciones naturales de los animales es el miedo. El miedo es una función necesaria en los animales no humanos,  ya que les ayuda a enfrentarse a un ambiente desconocido e incierto.


Pero un ser humano que conoce a Dios y comprende que como Hijo de Dios el universo es su hogar, el miedo animal comienza a desaparecer al experimentar que nuestra existencia eterna de supervivencia está en manos de Dios. Nada nos puede causar un peligro real y permanente en cuanto a nuestra sobrevivencia eterna.

La verdadera cosmologia integra al hombre con su hogar (el universo) y entiende que no debe temer. 

Cada vez que tenemos miedo, preocupación de forma indebida, y el pánico y la ansiedad nos invaden, reaccionamos como los animales "inferiores" temerosos y asustadizos.

La razón de la existencia de la religión, la espiritualidad y todos los Maestros que han pasado por la Tierra han tenido como objeto recordarnos la sublime verdad: Somos Hijos de Dios, llenos de poder creador, llenos de amor y con potenciales increíbles. El temor animal debe ser extinguido por nuestra auténtica condición.

Yo soy el Dios de Abraham tu padre; no temas, porque yo estoy contigo, y te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por amor de Abraham mi siervo. - Gén. 26:24

Entonces os dije: No temáis, ni tengáis miedo de ellos. - Deut. 1:29

Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. - Salmo 23: 4

No temas, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré. - Isaías 41:10

“¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios. Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos.” - Lucas 12:6-7

En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor - 1 Juan 4:18

"Más grande que la conquista en batalla de mil veces mil hombres es la conquista de uno mismo.  El hombre que tiene miedo, busca refugio en los montes, en los bosques y lugares sagrados. Sin embargo tales refugios no sirven, pues allí donde vaya, sus pasiones y sus sufrimientos lo acompañarán.". - Buda. Dhammapada (v103)

Pon tu mente a trabajar para resolver los problemas, enseña a tu intelecto a que trabaje para ti, no te dejes dominar por el temor como si fueras un animal que no piensa.  “No estés constantemente con ansiedad excesiva en cuanto a tus necesidades diarias. No os atribuléis por los problemas terrestres, en todas las cosas, orando y suplicando con un espíritu sincero de gratitud, despliega tus necesidades ante los ojos de tu Padre que está en los cielos”   - Libro de Urantia