Carlos Chavez
Hola
AJ. La Biblia afirma que antes de venir el Espiritu Santo, primero Jesus tenia
que ser glorificado. El Espiritu Santo llego en el anio 33 en el pentecostes,
lo que indica que Jesus ya habia sido entronizado. Podrias explicarnos el
porque Jesus fue entronizado desde hace tantos siglos y no apenas hace cien
anios como afirman algunas religiones?
Respuesta: No debe confundirse la Parausía o Segunda Venida (Presencia de Jesús) con su entronización como rey sobre su creación.
Jesús recibió la autoridad completa al término de su misión en la Tierra.
Mateo 28: 18 declara: "Y acercándose Jesús, les habló, diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra".
Varias cartas señalan también el mismo espíritu de que Jesús tras completar su venida en la carne recibió dominio: "muy por encima de todo principado, autoridad, poder, dominio y de todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo sino también en el venidero" (Efesios 1:21).
Y Pablo también escribió en 1 Corintios 15:
20 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.
24 Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia.
25 Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.
26 Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte.
27 Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas.
Observamos que en la época de Pablo la gobernación de Jesús era ya una realidad presente.
"el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo" - Colosenses 1:13
Por esa razón Jesús dijo al término de su vida:
"Jesús respondió: Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, entonces mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; mas ahora mi reino no es de aquí." - Juan 18:36
Jesús no hablaba de un reino futuro. Para él el Reino era ya una realidad presente. No obstante, no debemos confundir el Reino de Cristo como gobernante del universo con el Reino de los Cielos o el Reino de Dios.
El gobierno Celestial de Jesús sobre su universo local es una cuestión administrativa. Mientras que el Reino de Dios es más que algo administrativo. Involucra filiación y zona de dominio espiritual. Sin embargo, entre ambas soberanías hay una relación. Al obtener su soberanía, Miguel expandió la supersoberanía más grande del Padre en el corazón de sus criaturas, al revelar a este mismo Padre a los hombres.
(1317.5) 119:8.1 Después del autootorgamiento final y triunfante de Micael en Urantia, no sólo fue aceptado por los Ancianos de los Días como gobernante soberano de Nebadon, sino que también el Padre Universal lo reconoció como director establecido del universo local de su propia creación. En el momento de su retorno a Salvington, este Micael, el Hijo del Hombre y el Hijo de Dios, fue proclamado el gobernante establecido de Nebadon.
(1318.2) 119:8.3 Al completar sus autootorgamientos en criaturas, Micael no estaba tan sólo estableciendo su propia soberanía sino que también estaba aumentando la soberanía evolutiva de Dios el Supremo. En el curso de estos autootorgamientos el Hijo Creador no sólo se preocupó de la exploración descendente de las varias naturalezas de la personalidad de la criatura, sino que también logró la revelación de las voluntades variamente diversificadas de las Deidades del Paraíso, cuya unidad sintética, tal como fue revelada por los Creadores Supremos, es revelatoria de la voluntad del Ser Supremo.
(1318.4) 119:8.5 El hecho de que se completaron estos siete autootorgamientos liberó la soberanía suprema de Micael y también dio como resultado la creación de la posibilidad de la soberanía del Supremo en Nebadon.
Los documentos nos señalan que el Reino y Soberania de Dios no es algo distante e impersonal como las frías y primitivas monarquías humanas. El Padre Universal establece su dominio al extender su morada en nosotros mismos, y reconocemos esa soberanía del Padre cuando le entronizamos voluntariamente al reconocer su morada en nosotros, al someternos amorosamente y voluntariamente a su Voluntad. Por esa razón, mediante al descubrir al Ajustador el Reino de Dios se hace presente en nosotros.
Y Micael también para adquirir la Soberanía Completa de su universo, tenía que hacerse uno con su creación.
(1308.4) 119:0.4 El propósito de estos autootorgamientos en forma de las criaturas consiste en permitir que dichos Creadores se tornen soberanos sabios, compasivos, justos y comprensivos. Estos Hijos divinos son innatamente justos, pero se vuelven comprensivamente misericordiosos como resultado de estas experiencias sucesivas de autootorgamiento; son por naturaleza misericordiosos, pero estas experiencias los tornan misericordiosos en formas nuevas y adicionales. Estos autootorgamientos constituyen el último paso en su instrucción y capacitación para la tarea sublime de gobierno de los universos locales en la justicia divina y por rectitud de juicio.
(1308.5) 119:0.5 Aunque se acumulan numerosos beneficios incidentales en los varios mundos, sistemas y constelaciones, así como también para las diferentes órdenes de inteligencias universales afectadas y beneficiadas por estos autootorgamientos, éstos tienen el objetivo principal de completar la capacitación personal y el adiestramiento universal de un Hijo Creador. Estos autootorgamientos no son esenciales para la gestión sabia, justa y eficaz de un universo local, pero son absolutamente necesarios para una administración imparcial, misericordiosa y comprensiva de dicha creación, en la que pululan distintas formas de vida y miríadas de criaturas inteligentes pero imperfectas.
Cuando Jesús terminó su última etapa en la vida humana, después de nacer y crecer como hombre renunciando a su identidad por varios años, adquirió el punto de vista personal de nosotros mismos.
Es entonces cuando adquirió la Soberanía Completa como Rey de su universo.