martes, 7 de enero de 2014

Respuestas a algunas preguntas (Enero 2014) - parte 3

Howard

A.J. Según he leído en L.U. cuando uno muere es transportado por un Serafin a las siguientes moradas espirituales. Pero según comentaste en una ocasión, las resurrecciones se hacen cada cierto tiempo y no es siempre instantánea. Pero entonces me pregunto... si uno muere ¿Qué ocurre con su espíritu si no es el tiempo de su resurrección? ¿Cómo lo transporta un Serafin si su espíritu ya no está en su cuerpo?

Gracias por tu gran labor y dedicación por los demás.

Respuesta:

Esta cuestión que planteas es muy interesante. Primero debemos entender que es lo que somos. El ser humano está compuesto (esto es simplificando) por:

1-El yo humano (identidad y mente). 
2- El Ajustador del Pensamiento (fragmento del Padre).
3- Cuerpo material.

La identidad está muy relacionada con la mente. El Ajustador que es el fragmento perfecto del Padre comienza a espiritualizar la mente. Al hacer eso, cuando tomamos nuestra primera decisión moral como a los 4 o 5 años, "nace" el Alma, la cual comienza a ser un yo espiritualizado, una especie de "hijo" creciente del Ajustador y la identidad básica (como una identidad y personalidad que comienza a ser pulida y mejorada). A esta "personalidad" naciente y creciente se le llama "Alma":

(1218.1) 111:2.3 La personalidad humana se identifica con la mente y el espíritu, vinculados en enlace funcional por la vida en un cuerpo material. Este enlace funcional de mente y espíritu no da como resultado una combinación de las cualidades o atributos de la mente y del espíritu, sino más bien da un valor universal enteramente nuevo, original y único de perduración potencialmente eterna: el alma.

(111:3.2) Durante la vida la voluntad mortal, el poder de la personalidad de decisión y elección reside en los circuitos materiales de la mente; a medida que procede el crecimiento mortal terrestre, este yo, con sus invalorables poderes de elección, se vuelve cada vez más identificado con la entidad emergente como alma morontial; después de la muerte y después de la resurrección en el mundo de estancia, la personalidad humana está completamente identificada con el yo morontial. El alma, de este modo, es el embrión del futuro vehículo morontial de la identidad de la personalidad. 

(133:6.5 ) El alma es aquella parte del hombre que es autorreflexiva, discierne la verdad y percibe el espíritu, elevando por siempre al ser humano por encima del nivel del mundo animal. La autoconciencia por sí sola, no es el alma.

Tenemos claro que el Ajustador ayuda a que formemos un Alma con la meta de la supervivencia, una nueva "personalidad" espiritual y elevada.


¿Qué sucede al morir?

(1230.3) 112:3.5 Después de la muerte, el cuerpo material retorna al mundo elemental del cual se derivó, pero persisten dos factores no materiales de la personalidad sobreviviente: el Ajustador del Pensamiento preexistente, con la transcripción de la memoria de la carrera mortal, se dirige a Divinington; al mismo tiempo el alma morontial inmortal del humano fallecido permanece en la custodia del guardián del destino (Serafín). Estas fases y formas del alma, estas fórmulas de identidad otrora cinéticas pero en este momento estáticas, son esenciales para la repersonalización en los mundos morontiales; y es la reunión del Ajustador con el alma la que vuelve a constituir la personalidad sobreviviente, la que te vuelve conciencia al tiempo del despertar morontial.
(1230.4) 112:3.6 Para los que no tienen guardianes seráficos personales, los custodios de grupo efectúan fiel y eficientemente el mismo servicio de mantenimiento seguro de la identidad y resurrección de la personalidad. Los serafines son indispensables para volver a reunir la personalidad.
La personalidad o alma es como una especie de programa de ejecución en un equipo físico de computadora (el cuerpo). El Ajustador es como el operador o programador externo que teclea para mejorar dicho programa. Al momento de ser apagado el soporte material (cuerpo) el Programador (Modelador o Ajustador del Pensamiento) se retira con cierta información de memorias. 
Mientras tanto el programa aún no terminado que el Ajustador ayudaba a construir, es encargado a un ayudante (el Serafín) que custodia esa otra información (que incluye sentimientos altruistas y decisiones espirituales y nobles). Y mientras tanto, el Ajustador se encarga de guardar la parte de la memoria que ayudó en la carne a crear esa alma de grandes elecciones.
En la resurrección morontial se entrega un nuevo cuerpo en las salas de resurrección, y el Alma y Ajustador se vuelven a reunir. El Serafín viaja al mundo de estancia y entrega el "pendrive" del Alma para que ésta se inserte como si fuera un reensamble de un vehículo.
(1230.5) 112:3.7 En el momento de la muerte el Ajustador del Pensamiento pierde temporalmente la personalidad, pero no la identidad; el sujeto humano pierde temporalmente la identidad, pero no la personalidad; en los mundos de estancia ambos se reúnen en manifestación eterna. Un Ajustador del Pensamiento que haya partido no vuelve jamás a la tierra como el ser en el cual residiera anteriormente; personalidad no se manifiesta jamás sin la voluntad humana; y un ser humano des-Ajustadorizado no manifiesta jamás, después de la muerte, una identidad activa ni establece comunicación alguna con los seres vivos de la tierra. Estas almas des-Ajustadorizadas están total y absolutamente inconscientes durante el sueño largo o corto de la muerte. No puede haber exhibición alguna de ningún tipo de personalidad ni habilidad de comunicación con otras personalidades hasta que se haya completado la supervivencia. Aquellos que van a los mundos de estancia no se les permite enviar mensajes a sus seres queridos. Es política de todos los universos prohibir dicha comunicación durante el período de una dispensación corriente.
Aquí los Documentos son contundentes. El Alma humana tras la muerte no puede tener conciencia (es solo "información"), porque para que adquiramos conciencia, necesitamos existir en un cuerpo con cerebro material o morontial para la ejecución del alma y el ajustador, de la misma forma que un pendrive necesita de un computador para activar la información que posee.
No existen las almas en pena. Y no pueden comunicarse con nosotros. Los Serafines guardan esas almas inconscientes durante miles de años o al tercer día de acuerdo al decreto de la resurrección. El fenómeno de la información otorgada por los supestos difuntos obedece a otras causas que dan para otro post.
Necesitamos un nuevo cuerpo para recobrar la conciencia, y esto ocurre en el primer mundo de estancia en las salas de resurrección morontial:
(1235.3) 112:5.21 Cuando así despiertas en los mundos de estancia de Jerusem, estarás tan cambiado, la transformación espiritual será tan grande que, si no fuera por tu Ajustador del Pensamiento y tu guardián del destino, que tan plenamente conectan tu nueva vida en los nuevos mundos con tu vieja vida en el primer mundo, tendrías al principio dificultad en relacionar la nueva conciencia morontial con la memoria renaciente de tu identidad previa. A pesar de la continuidad del yo personal, mucho de la vida mortal parecería al principio un vago y confuso sueño. Pero el tiempo aclarará muchas asociaciones mortales.
Se nos dice algo interesante. Al despertar obtenemos todos los recuerdos más importantes, pero al principio sentiremos la sensación de haber despertado de un sueño. 
(1235.4) 112:5.22 El Ajustador del Pensamiento recordará y volverá a recontar para ti sólo aquellos recuerdos y experiencias que son parte de tu carrera universal y que son esenciales para ésta. Si el Ajustador ha sido un socio en la evolución de alguna cosa en la mente humana, estas experiencias valiosas sobrevivirán en la conciencia eterna del Ajustador. Pero mucho de tu vida pasada y sus recuerdos, que no han tenido ni significado espiritual ni valor morontial, perecerá con tu cerebro material; mucho de la experiencia material desaparecerá como antiguos andamios que, habiéndote ayudado a pasar al nivel morontial, ya no tienen un propósito en el universo. Pero la personalidad y los enlaces entre personalidades no son jamás andamios; la memoria mortal de las relaciones con las personalidades tiene valor cósmico y persistirá. En los mundos de estancia conocerás y serás conocido, y más, recordarás y serás recordado por tus asociados de antaño en la corta pero estimulante vida en Urantia.
A todos nuestros seres amados los recordaremos, y ellos nos recordarán. Y también todos los recuerdos emocionantes y espiritualizadores, sobrecogedores y bellos como el apretón de tu primer bebé, la caricia a tu padre envejecido, todo aquello que haya estimulado el crecimiento de tu Alma será el tesoro acumulado en los cielos. En cambio, cuantas veces fuimos al baño, la marca de ropa que usábamos, y todas esas tonterías triviales que nos inquietan tanto, no las llevaremos a la otra vida.
Howard, espero haber despejado algunas de tus dudas. Y realmente es gratificante volver a explorar los profundos y bellos conceptos de la Quinta Revelación, el Libro de Urantia.
Abrazos.