jueves, 9 de enero de 2014

Respuestas a algunas preguntas (Enero 2014) - parte 4

Anónimo:

¿Qué opina de J.J. Benítez y el Libro de Urantia?


Respuesta:

Al periodista Juan José Benítez se debe a que muchos hayan llegado a conocer el Libro de Urantia. Los Caballos de Troya son obras muy fascinantes que describen bellamente a Jesús y se centran en muchos detalles cotidianos, que hacen que uno se "transporte" en el tiempo y pueda "ver" al Maestro, la Palestina del siglo I, etc. Este es el mayor mérito de los "Caballos" que incorporan la historia de un militar científico que viaja al pasado, y tras el contacto con Jesús se vuelve un auténtico creyente, mientras que sus peripecias en la Palestina del siglo I le enseñan a confiar en la mano del Padre Celestial.

En la primera edición de Caballo de Troya I, Benítez en el epílogo deja claro que la historia del mayor norteamericano que viaja en el tiempo es ficción pura, mientras que los diálogos de Jesús de Nazaret provienen de una fuente auténtica (con el tiempo en las otras ediciones ese epílogo fué removido).

Pero libros de Benítez como "La Rebelión de Lucifer" y el "Testamento de San Juan" son más explícitos al hablar de la información del Libro de Urantia. "La Rebelión de Lucifer" parece ser casi una transcripción textual de varios párrafos del Libro de Urantia, y en el "Testamento de San Juan", Benítez agradece a la "Fundación Urantia" por la información. 

Después del Caballo 2 o 3, un reportaje en la revista Interviu por parte de los periodistas Antonio Ribera, Jesús Beorlegui y Ballester Olmos, destaparon el supuesto plagio de Benítez hacia el Libro de Urantia. Sin embargo, la demanda no prosperó porque la Fundación Urantia no estaba interesada en la querella, sino que tomó la novelización de Benítez como una puerta para que muchos lectores hispanos supieran del Libro de Urantia (los caballos aparecieron antes de que el Libro de Urantia fuera traducido al español). El propio Benítez comenta en su página web:

Jamás se produjo esa querella. Jamás he sido acusado de plagio por la referida Fundación Urantia. Todo lo contrario. Ellos han agradecido, personalmente y por escrito, que una de mis fuentes haya sido la revelación de Urantia, una revelación, por cierto, en la que creo. - Juan José Benítez


Sin embargo, para Benítez esta cuestión con el tiempo le ha resultado ser incómoda.  A Benítez le perturba cuando le preguntan por su relación con el libro de Urantia tal como notamos en el siguiente vídeo del 2013:



Posiblemente por esto cada vez más Benítez se ha alejado de algunas de las enseñanzas del Libro. Personalmente desde el Caballo 4 Benítez ha vuelto pesada la lectura de los Caballos (con detalles muy triviales) y solo recoge información de Urantia de forma más parcial y limitada. Aunque en honor a la verdad, algunos de los diálogos de Jesús en el Caballo I también eran citas del texto de Nag Hammadi, y otros asuntos como la descripción del viaje en el tiempo venían de algunas de las cartas de Ummo. No obstante, los otros libros de Benítez como "La Rebelión de Lucifer" y "El Testamento de San Juan" ,entre otros, parecen ser copias casi textuales de Urantia en muchos párrafos.

Benítez en sus libros recientes plantea visiones que no armonizan en todos los casos con las enseñanzas del Libro de Urantia (con el fin de marcar una diferencia), y esto ha provocado cierta confusión.  Por ejemplo, Benítez habla mal de los evangelistas y la religión. Al contrario,  el Libro de Urantia demuestra un gran respeto por la Biblia y reconoce el papel de la religión en el mundo.

Benítez cree en la inmortalidad inherente del hombre, "hagamos lo que hagamos". Eso no dice el Libro de Urantia. El Alma solo consigue la inmortalidad cuando el hombre se une a la senda de Ajustador. De lo contrario, el Alma puede dejar de existir.


Comparto algunos apuntes interesantes de Jan Herca en su sitio sobre la obra de J.J. Benítez:

Me encuentro estos días leyendo la última novela de J. J. Benítez, “El día del relámpago”, y volviendo a experimentar esa sensación extraña y agridulce que muchas veces me ha acompañado cuando he leído las últimas partes de la saga de “Caballo de Troya”.

Sin duda Caballo de Troya es una lectura que desata en mí sentimientos muy intensos. Esta página web y los libros que se ofrecen gratis en ella son la consecuencia directa de la lectura de los libros de Benítez. Más bien tendría que decir de algunas “insatisfacciones” que me ha provocado la lectura de estos libros, y que sólo quedó compensada cuando descubrí ese libro maravilloso que es “El Libro de Urantia”. Es curioso, pero J. J. Benítez es actualmente el escritor en el mundo con más novelas inspiradas en El Libro de Urantia, y el único, quizá, que jamás reconoce en público que sus novelas están directamente inspiradas por este libro. ¿El motivo? Siempre me ha resultado extraño y desconcertante la intensidad y fruición con que el periodista esconde su fuente primaria y principal en todas las entrevistas que le he escuchado o leído. Es como si, al poder relacionársele con El Libro de Urantia, las potenciales ventas de sus libros pudieran llegar a decaer. Ignoro el motivo real… Pero me resulta llamativo.

Nota y apunte: Benítez ha reconocido muy recientemente en público su conexión (pero por que se lo han preguntado), pero según él el Libro es solo una de las miles de fuentes. Claro, si las miles de otras fuentes son acerca de detalles triviales de la vida de Palestina, la afirmación es una verdad a medias.

¿Por qué razón hace eso? ¿Por qué no habla abiertamente de El Libro de Urantia, si, tal y como yo lo veo, sus novelas de “Caballo de Troya” no son sino una adaptación en forma de novela de ciencia-ficción de la cuarta parte de las revelaciones de Urantia? 
Los tres primeros Caballos de Troya me impresionaron y entusiasmaron. Eran un relato vibrante, con numerosas frases (¡y páginas!) sacadas enteramente de El Libro de Urantia, donde se aunaban las enseñanzas de Jesús según estas revelaciones, con una novelización apasionante de los personajes y de la historia. A partir del cuarto, no sé la razón, el estilo cambia, las frases se vuelven más separadas en frecuentes puntos y aparte, las coletillas se repiten, y el tono cambia. Es como si J. J. Benítez, por alguna razón, hubiera querido evitar que su novela se pudiera identificar con El Libro de Urantia. Cuenta las mismas cosas, en el fondo, y con los mismos datos, que ya aparecen el El Libro de Urantia, pero siempre introduciendo historias paralelas o tangentes sacadas de su imaginación e investigación. Son esas historias, muchas veces enredadas y que consumen cientos de páginas, las que hacen que el relato, para mi gusto, pierda esa “sal” tan especial que tenía cuando, como sucede en las tres primeras partes, la historia transcurre siguiendo a Jesús, a sus palabras, y sobre todo, a sus palabras según se extraen de El Libro de Urantia.
En cualquier caso, es un novela única, especial, el primer gran relato inspirado en El Libro de Urantia, obra de un español, y que ojalá, como me sucede a mí, inspire a otras muchas personas más a lanzar nuevas historias, nuevas obras, basadas en ese libro tan especial y sorprendente que es el de la quinta revelación que marca época.
Es gracias a Benítez que miles y miles de lectores de habla hispana han leído, sin saberlo, centenares de páginas de “El Libro de Urantia”, y se han contagiado de su estimulación por la búsqueda de la verdad acerca de Jesús, una verdad que desde luego cada vez queda más claro para muchos que no es la que nos han contado de manera tradicional.
Así que no es fácil juzgar lo que este escritor está haciendo con su obra, y quizá no convenga hacerlo. La verdad está ahí para quien quiera esforzarse un poco en leer no sólo un libro, sino un par de decenas. Cuanto más lee uno, y cuanto más contrasta lo que lee, más cosas descubre, y menos se deja engatusar por ideas peregrinas. Lo importante no es descubrir algo, sino no parar nunca de desear descubrir más.

Es claro que Benítez en los últimos Caballos quiere sacarse el estigma de plagio hacia Urantia, y por eso existe ese alejamiento a riesgo de distorsionar el mismo mensaje de la Revelación. 

En conclusión quién quiera leer los Caballos se encontrará con una fascinante e inspiradora novela, pero debe tener cuidado de no mezclar inmediatamente las declaraciones de los Caballos, que a fin de cuentas son las opiniones personales de Benítez, con las declaraciones del Libro de Urantia, que en algunos casos puntuales son muy diferentes a la visión de los Caballos. Por ejemplo, Jan Herca nos ofrece un interesante caso de comparación en los últimos caballos y el libro de Urantia:

A pesar de que he disfrutado con la historia, y de que el final me ha parecido muy digno y emotivo, debo decir que hay ciertos ingredientes de los Caballos de Troya, y en especial de los últimos cuatro, con los que no estoy muy de acuerdo, y que creo que contradicen el mensaje y las ideas que expresan los autores de El Libro de Urantia. Me quedaría sobre todo con dos detalles, en los que en Caballo de Troya se insiste muy machaconamente: lo primero, la imagen que se da de Juan Bautista, a quien se dibuja como a un hombre demente y con algún tipo de enfermedad mental, y con un mensaje penoso y fanático que en nada merece el mensaje de Jesús; y en segundo lugar, la persistente crítica hacia los evangelistas, a quienes se describe como manipuladores y tergiversadores deshonestos del mensaje de Jesús. El Libro de Urantia, en mi opinión, no tiene más que palabras de alabanza hacia Juan, el pariente de Jesús, así como de su mensaje, y también palabras muy positivas hacia los evangelistas, a quienes hay que agradecer lo poco o mucho que hasta la fecha se ha sabido del Maestro. Conviene recordar que El Libro de Urantia describe que Juan Bautista es, en el Cielo, uno de los veinticuatro consejeros personales de Jesús, a quien se ha distinguido con semejante honor por su buen trabajo como maestro.

En resumen, los últimos Caballos son una novela de un autor que ha tomado ciertas ideas de Urantia, y en algunos casos las ha alterado. Por lo tanto, los Caballos no deben ser tomados como Revelación al mismo nivel que el Libro de Urantia. 

La "magia" de los Caballos está en la visión de la experiencia espiritual  subjetiva del mayor que conoce a Jesús de Nazaret. La novela ofrece una visión inspiradora pero subjetiva de la experiencia espiritual que podemos tener como peregrinos que buscamos ansiosamente a Jesús, un viaje de "alquimista" en donde nos transformamos por las aventuras y desventuras hasta que el Maestro nos muestra al Padre viviente en nuestro corazón. Pero finalmente, las experiencias espirituales son subjetivas (como la que tuvo el apóstol Pablo) y no conviene hacer de ellas una especie de Revelación universal para todos. Con esos criterios y con esas salvedades deben leerse las obras de J.J.Benítez. De hecho, él mismo ha dicho que para él,  esas son "sus verdades".