El 15 de febrero de 1995, los testigos de Jehová publicaron lo siguiente en la revista Atalaya sobre la cantidad de participantes de los emblemas de la conmemoración (cursivas y subrayados míos):
*** w95 15/2 págs. 19-20 “No teman, rebaño pequeño” ***
Disminuye el número
En los últimos años se ha reducido mucho el número de los que quedan del rebaño pequeño en la Tierra. Este hecho se evidencia en el informe de la Conmemoración de 1994. En las aproximadamente 75.000 congregaciones del pueblo de Jehová que hay por todo el mundo, solo 8.617 personas participaron de los emblemas.
Muchas publicaciones expresaron que la disminución del número significaba que pronto vendrían grandes cambios. Sin embargo, de 2005 a 2012 han empezado a participar de los emblemas 4080 personas. ¿Será posible que todas lo hagan debido a sus antecedentes religiosos o que todas ellas tengan problemas "emocionales o mentales" como se ha sugerido?
Año Participantes
2005
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8524
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2006
|
8758
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2007
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9105
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2008
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9986
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2009
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10857
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2010
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11202
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2011
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11824
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2012
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12604
|
El año 2013 13.204 participaron de los emblemas. Esto indica "algo" que el Cuerpo Gobernante ha notado y rápidamente ha centralizado al "Esclavo Fiel" en ellos como miembros de la Sede Mundial.
Sin embargo, en mi opinión también tiene que ver con un fenómeno que no se detendrá jamás. La razón es que muchas más personas tienen los sentimientos de expresar su creciente anhelo y devoción por Cristo que late en su corazón.
En realidad, pese a todas las coacciones, nadie puede frenar las expresiones de devoción espiritual que comienzan a tener las personas.
No puede encadenarse lo que es un don del Padre Celestial. No puede oprimirse en el corazón del hombre el anhelo por tener comunión con Cristo, ya que de él procedemos y mediante él retornamos al Padre.
Muchos testigos desean participar y no se atreven por la presión de sus compañeros de congregación y los juicios de valor que pueden relacionarse a ellos, sobre todo con los comentarios desafortunados de que algunas personas inestablemente mentales estarían participando de los emblemas.
Mi recomendación es que sientan que Jesús comprende sus sentimientos. No olvidemos que tanto las declaraciones del Evangelio de Juan alusivas a "comer" y "beber" de su carne y sangre son simbólicas. La Conmemoración también es un asunto simbólico que materializa tangiblemente el ejemplo visual de la ilustración.
Pablo indicó que este asunto requiere escrutinio propio. No sirve de nada ni garantiza nada participar de los emblemas de forma automática sin una comprensión de nuestra relación con Cristo. Por lo tanto, participar literalmente de los emblemas no es la clave de la salvación.
La clave está en comprender y discernir el significado más allá del símbolo, y eso es algo que cada persona puede hacer.
Pero un regalo material solo aspira a simbolizar los sentimientos y deseos previos de cariño. Pero dichos sentimientos no están impregnados en la materia inerte.
Ese es el cuidado que tenemos que tener. Jesús no aspiraba a crear un ritual mecánico tan pesado como los sacrificios de animales de los israelitas que ya habían perdido de vista el asunto tras esos sacrificios.
Jesús quiso que le recordásemos como un acto voluntario de cariño. No es una imposición para la vida eterna tener que utilizar un regalo físico tangible. Nuevamente para él era más importante entender el símbolo de su "carne" y "sangre" y no reducirlo a un forma mística caníbal primitiva. Eso es distorsionar todo.
El deseo de conmemorar su muerte y participar de los emblemas debe partir como un acto voluntario de agradecimiento a Jesús, una forma de acordarse de él con amor.
Ninguna organización ni grupo de personas debe provocar una coacción para no participar o participar de los emblemas.
Una organización (como la W.T) no puede generar un ambiente de miedo, coacción o sanción social dentro del grupo, para que el creyente individual evite expresar su comunión con Cristo. Y esto no tiene nada que ver con la "esperanza" (aunque la Biblia habla de una sola esperanza).
Y una organización tampoco puede caer en el extremo de obligar a los miembros a participar como si fuera una fila de fieles que cual fábrica de automatización reciben el pan en la boca sin ninguna reflexión. Este extremo que ocurre en la Iglesia Católica también está fuera de los deseos de Jesús.
Mi recomendación para los testigos que se sientan presionados en un ambiente no cómodo, es mejor que después de participar en la conmemoración de su comunidad, puedan hacer una personal comunión en la intimidad de su hogar. Pero tampoco pasará nada si no lo hacen.
Finalmente uno "bebe" y "come" de Jesús en sentido auténtico al nutrirnos cada día de su vida llena de inspiración y valoramos su entrega por nosotros, su ejemplo sublime y tratamos de manifestar en nuestra vida diaria, los frutos que él manifestó.
Esto es, en sentido verdadero participar de los emblemas.
Los emblemas literales solo aspiran a ilustrar aquello, pero no son aquello.
Muchos testigos desean participar y no se atreven por la presión de sus compañeros de congregación y los juicios de valor que pueden relacionarse a ellos, sobre todo con los comentarios desafortunados de que algunas personas inestablemente mentales estarían participando de los emblemas.
Mi recomendación es que sientan que Jesús comprende sus sentimientos. No olvidemos que tanto las declaraciones del Evangelio de Juan alusivas a "comer" y "beber" de su carne y sangre son simbólicas. La Conmemoración también es un asunto simbólico que materializa tangiblemente el ejemplo visual de la ilustración.
Pablo indicó que este asunto requiere escrutinio propio. No sirve de nada ni garantiza nada participar de los emblemas de forma automática sin una comprensión de nuestra relación con Cristo. Por lo tanto, participar literalmente de los emblemas no es la clave de la salvación.
La clave está en comprender y discernir el significado más allá del símbolo, y eso es algo que cada persona puede hacer.
Pero un regalo material solo aspira a simbolizar los sentimientos y deseos previos de cariño. Pero dichos sentimientos no están impregnados en la materia inerte.
Ese es el cuidado que tenemos que tener. Jesús no aspiraba a crear un ritual mecánico tan pesado como los sacrificios de animales de los israelitas que ya habían perdido de vista el asunto tras esos sacrificios.
Jesús quiso que le recordásemos como un acto voluntario de cariño. No es una imposición para la vida eterna tener que utilizar un regalo físico tangible. Nuevamente para él era más importante entender el símbolo de su "carne" y "sangre" y no reducirlo a un forma mística caníbal primitiva. Eso es distorsionar todo.
El deseo de conmemorar su muerte y participar de los emblemas debe partir como un acto voluntario de agradecimiento a Jesús, una forma de acordarse de él con amor.
Ninguna organización ni grupo de personas debe provocar una coacción para no participar o participar de los emblemas.
Una organización (como la W.T) no puede generar un ambiente de miedo, coacción o sanción social dentro del grupo, para que el creyente individual evite expresar su comunión con Cristo. Y esto no tiene nada que ver con la "esperanza" (aunque la Biblia habla de una sola esperanza).
Y una organización tampoco puede caer en el extremo de obligar a los miembros a participar como si fuera una fila de fieles que cual fábrica de automatización reciben el pan en la boca sin ninguna reflexión. Este extremo que ocurre en la Iglesia Católica también está fuera de los deseos de Jesús.
Mi recomendación para los testigos que se sientan presionados en un ambiente no cómodo, es mejor que después de participar en la conmemoración de su comunidad, puedan hacer una personal comunión en la intimidad de su hogar. Pero tampoco pasará nada si no lo hacen.
Finalmente uno "bebe" y "come" de Jesús en sentido auténtico al nutrirnos cada día de su vida llena de inspiración y valoramos su entrega por nosotros, su ejemplo sublime y tratamos de manifestar en nuestra vida diaria, los frutos que él manifestó.
Esto es, en sentido verdadero participar de los emblemas.
Los emblemas literales solo aspiran a ilustrar aquello, pero no son aquello.