jueves, 3 de abril de 2014

La Tierra es hija del Sol

¿Tendrán relación los movimientos sísmicos de gran magnitud con las erupciones solares? Varias horas antes del terremoto en el norte de Chile una erupción solar llamativa fué registrada por los satélites. Y el 2 de abril, antes de una fuerte réplica en el norte chileno, otra llamarada solar fué registrada. ¿Será posible que dicha energía magnética penetre en el núcleo interno de la tierra (que tiene hierro y magnetismo) y sea el "empujón" final para un proceso de deformación que lleva años de energía acumulada?

Las geociencias aún son reacias a relacionar oficialmente ambos asuntos. La ciencia suele fragmentarse en diversas áreas, tal como los especialistas en medicina, analizando los componentes por separado, olvidando muchas veces que una parte es un componente de un todo.

Las placas terrestres existen sobre un planeta orbitando en torno a una estrella madre activa. Es interesante que la Tierra es hija del Sol, fué literalmente una parte de éste:

(651.3) 57:1.1 Urantia tiene su origen en vuestro sol, y vuestro sol pertenece a la variada prole de la nebulosa Andronóver, la cual en otro tiempo se organizó como parte componente del poder y la materia físicos del universo local de Nebadon. Y esta gran nebulosa a su vez se originó en la carga de fuerza universal del espacio en el superuniverso de Orvonton hace muchísimo tiempo.

(656.3) 57:5.7 Esta gran columna de gases solares que de este modo se separó del sol posteriormente evolucionó para convertirse en los doce planetas del sistema solar.

(657.4) 57:6.1 Después del nacimiento del sistema solar sobrevino un período de derrame solar menguante. En escala decreciente, durante otros quinientos mil años, el sol continuó vertiendo volúmenes cada vez menores de materia al espacio circundante. Mas durante estos tiempos primitivos de órbitas erráticas, cuando los cuerpos circundantes efectuaban su acercamiento más próximo al sol, la madre solar conseguía recobrar una gran porción de este material meteórico.

(659.4) 57:7.5 Aquí la acción volcánica está en su apogeo. La tierra entera viene a ser un verdadero infierno en llamas, con una superficie que se parece a su estado primitivo ígneo antes de que los metales más pesados gravitaran hacia el centro. Ésta es la edad volcánica. No obstante, se está formando gradualmente una corteza, constituida principalmente de granito, que es relativamente más ligero. Se están sentando los preliminares para un planeta que algún día pueda sustentar la vida.

(655.7) 57:5.2 Hoy por hoy vuestro sol ha logrado una estabilidad relativa; no obstante, los ciclos de manchas solares que acusa cada once años y medio demuestran que fue una estrella variable durante su juventud. Durante los tiempos primitivos de vuestro sol, la contracción continua y consiguiente aumento gradual de temperatura inició formidables convulsiones en su superficie. Estas alteraciones bruscas de proporciones titánicas necesitaban tres días y medio para cumplir un ciclo de brillantez variante. Este estado variable, esta pulsación periódica volvían a vuestro sol sumamente sensible a ciertas influencias externas con las cuales, pronto, habría de tropezar.

Pero esta etapa de formación, estabilización y ajuste de la Tierra aún no concluye:

(662.4) 57:8.17 Las erupciones volcánicas y los terrremotos continuaban disminuyendo en frecuencia y severidad. La atmósfera se despejaba de los gases volcánicos y del vapor de agua, pero el porcentaje de bióxido de carbono todavía era alto.

Los llamados mega terremotos actuales son pequeños en comparación con la gran actividad sísmica que experimentó la Tierra cuando ésta era más jóven y el sol también era más activo. De esto tenemos testimonio en la formación de las cordilleras del planeta.

La energía liberada por los temblores actuales es ínfima en comparación con lo ocurrido en el pasado. Los grandes daños y tragedias son más bien un producto de la falta de perspectiva humana en torno al planeta dinámico que habitamos y que aún está en formación y proceso de cambio.

¿Qué sucederá con la Luna y la Tierra en millones de años más?

(657.6) 57:6.3 Cuando las fricciones mareomotrices de la luna y la tierra se igualen, la tierra siempre proyectará el mismo hemisferio hacia la luna, y el día y el mes serán análogos —con una duración de aproximadamente cuarenta y siete días. Cuando se alcance tal estabilidad de órbitas, las fricciones mareomotrices entrarán en acción inversa; ya no impulsarán la luna para que se aleje más de la tierra sino que acercarán paulatinamente este satélite al planeta. Luego, en aquel futuro lejano, cuando la luna se acerque hasta unos diez y siete mil seiscientos kilómetros de la tierra, la acción de la gravedad de ésta, hará que la luna se fracture y esta explosión ocasionada por la gravedad mareomotriz la hará añicos convirtiéndola en pequeñas partículas, que tal vez se arremolinen en torno al mundo a manera de anillos de materia, semejantes a los de Saturno, o bien, sean atraídos paulatinamente a la tierra como meteoros.