La propuesta de los documentos L.U sobre el plan ascensional gradual humano tiene todos los componentes de una verdad, tienen el perfume de la verdad, coherencia y sentido común. Comparemos tres teorías sobre la vida después de la muerte con los Documentos de Urantia.
Veamos en primer lugar la descripción de los Documentos:
Los documentos nos hablan que los humanos son resucitados en unos mundos especiales muy similares a la Tierra, pero que son de una composición mezclada entre lo material y espiritual (moroncial), y gradualmente en una sucesión de varios mundos, poco a poco se avanza desde el nivel moroncial básico, hasta el nivel avanzado y posteriormente espiritual. La escena presentada para los resucitados en el primer mundo de estancia es el del ingreso a un régimen educacional avanzado, una sociedad perfeccionada y elevada, un mundo similar a la Tierra, pero bajo una "civilización" paradisíaca de gloria y esplendor. La magnificencia de los mundos moronciales avanza y aumenta de planeta en planeta. Los seres humanos que tienen graves deficiencias espirituales o por circunstancias han fallecido en ignorancia son resucitados en una futura dispensación milenial tras su muerte, y entonces son ingresados al régimen moroncial. Entonces, en un ambiente perfeccionado donde no hay circunstancias adversas, ni problemas de salud o económicos, estos pupilos son confrontados a decisiones supremas y finales que deben tomar, y que en la Tierra evadieron por negligencia o circunstancias (los resucitados despiertan con todos sus recuerdos de la vida en la Tierra). Esta misericordia suprema provee una segunda oportunidad en condiciones magníficas que ya existen antes de la llegada del pupilo moroncial. El alumno moroncial en esos mundos puede escoger la supervivencia eterna o incluso la muerte eterna.
La doctrina de la Reencarnación en cambio declara que el hombre regresa al mismo planeta de su origen, en el mismo plano material inicial, y lo hace con ignorancia de su vida anterior (la inmensa mayoría de los supuestos reencarnados no recuerdan nada de su vida anterior) con el fin de pagar su karma y aprender las lecciones que en la vida pasada no aprendió. Pero, ¿como puedes aprender lecciones si no recuerdas nada de esa vida? Y ¿que tal si la nueva vida te coloca ante circunstancias difíciles que podrían justificarnos? Esta teoría si fuese cierta encadenaría al hombre en múltiples encarnaciones y sufrimientos básicos externos. El hombre podría en su segunda o tercera vida justificarse otra vez que sus circunstancias e imperfecciones externas son las culpables de volver a tomar malas decisiones. Así, esta escuela se transformaría en una escuela de repetición, en dónde el hombre a ciegas volvería a exponerse a los eventos de su vida inicial. Este esquema teórico de esclavización no es un mecanismo lógico y sabio para que el hombre aprenda y mejore; Y con razón es expuesto en los Documentos como una doctrina irreal (y una tergiversación de los maestros de Oriente que algo supieron de la carrera ascendente morontial).
La resurrección masiva en la Tierra. Esta idea presentada por algunos grupos como los JW tiene varios problemas. Se cree que un grupo inferior de personas sobrevivirán y darán a inicio a la transformación de la Tierra sin poseer en su mayoría conocimientos de agricultura ni nada semejante. Luego gradualmente comenzarán a educar a millones de resucitados de todas las épocas con todos sus dramas y traumas, que exponencialmente serán un número mucho mayor que los sobrevivientes, mientras que estos mismos también se ocupan de la titánica labor de restaurar la Tierra. Según los cálculos se cree que unos 15 mil millones de seres humanos han pasado por la Tierra (aún con 10 mil millones tenemos una cantidad superior a la actual). Si meditamos en que actualmente los más de 7 u 8 millones de predicadores no son capaces de convencer a 7 mil millones de seres humanos para que abandonen sus patrones de conducta, claramente el llamado Nuevo Mundo podría vivir una situación idéntica a la actual en que la mayoría se impondrá finalmente. Pero supongamos que todo lo anterior fuese posible, ¿qué sucederá con quiénes tuvieron más de alguna esposa o esposo? ¿Con cual de todas se quedará? ¿Serán los resucitados una especie de eunucos, una nueva y extraña raza aislada en colonias dominantes (serían la mayoría) sobre la Tierra? ¿Acaso el mandato para el planeta no era "háganse muchos y fructifiquen"? Llenar la Tierra según el mandato involucra llenarla con el acto reproductivo, no con un acto resurrectivo masivo. (Véase Gén. 1:28).
Para que el ser humano pueda tener una auténtica segunda oportunidad de cambio y elección sin culpar a las circunstancias, debe aparecer en un sistema de cosas ya funcionando plenamente. De hecho, así ocurre hoy. El hombre aparece en un sistema que ya existe antes que él. En el caso de un pleno derecho para probar externamente lo que hay en el corazón sin culpar al sistema defectuoso, el resucitado debe aparecer en un ambiente perfecto que existe antes que él. Entonces ese resucitado decidirá amoldarse o no a ese sistema. Sin embargo, el resucitado imperfecto no es parte de quiénes construyen ese sistema perfecto. Una persona enferma no estaría en condiciones de participar en la construcción de una sala antiséptica y sin enfermedad. La sala debe existir ya lista (antes) para sanar al enfermo que aparece. Así ocurre con quiénes al resucitar vienen con los defectos mentales y desarmonias espirituales. Una gran población de personas aún no perfeccionadas jamás podrían producir algo perfecto.
Además, los lazos familiares como de esposo y esposa ya no pueden continuar en la nueva vida, puesto que el cerebro material y los órganos sexuales reproductores de los individuos ya no son necesarios en un mundo donde no se necesita perpetuar a la especie. Por otra parte, la Biblia no menciona explícitamente dicha resurrección terrenal. En lo único que es clara es que hay una resurrección superior o celestial. Véase 1 Corintios 15:35-49 y notemos que sería muy extraño que a Pablo se le hubiese olvidado comentar que había "otra resurrección" aparte de la que él enfáticamente comenta.
Por otra parte, ¿quiénes serían los más idóneos para educar y enseñar a los millones de resucitados de los días de la antigua Troya y Egipto? ¿Seres sobrehumanos que conocen (incluyendo todos los idiomas y lenguas desaparecidas), que han visto toda la historia, y existen desde antes del inicio de la humanidad, o personas que apenas han vivido menos de un siglo en un mundo moderno y una civilización muy diferente a la de aquellos días? ¿Quiénes serían los maestros más indicados?
En conclusión, con honestidad podemos reconocer que lo que plantean los Documentos de Urantia sobre la vida después de la muerte es lo más sensato, coherente, y con mucho sentido común.