(940.4) 84:7.8 La vida familiar sin embargo no era nada especial antes de los días de los noditas y de los adanitas más recientes. Adán y Eva ejercieron una influencia duradera sobre toda la humanidad; por primera vez en la historia del mundo, se veía a hombres y mujeres trabajando juntos en el jardín. El ideal edénico, la entera familia en tarea de horticultura, era una nueva idea en Urantia.
Aunque la pareja del Edén no era un "matrimonio" en el sentido técnico, ciertamente actuaba como tal en la Tierra, y las razas de los Hijos Materiales en la capital del sistema local son el modelo superlativo de lo que son los esposos y padres (familia) para los mundos materiales del universo. Cuando son enviados a la Tierra, estos "extraterrestres" no solo contribuyen a mejorar las razas para elevar a las civilizaciones. También inspiran a los nativos a perfeccionar sus arreglos primitivos, en dónde los matrimonios desordenados, salvajes, los apareamientos descontrolados y los abusos contra las hembras, son notablemente erradicados cuando los nativos observan el "celestial" modelo inspirador de un matrimonio y familia superlativa trabajando en su planeta.
Para éstas primeras tribus, la experiencia impresionante de observar a esos gigantes violetas azulados de casi tres metros vivir como una familia modelo, marca definitivamente el rumbo para que todas las culturas y razas derivadas por aparecer en la Tierra intenten imitar el orden magistral de lo que es una familia. La tradición ancestral del "matrimonio" tal como lo entendemos viene realmente de ellos.
(937.2) 84:5.5 Los adanitas y los noditas acordaron mayor reconocimiento a las
mujeres, y los grupos que fueron influidos por los anditas migratorios
tendieron a ser influidos por las enseñanzas edénicas en cuanto a la posición
de la mujer en la sociedad.
Ciertamente la observación de Eva como un complemento de Adán provocó impresión en las primeras generaciones de niños educados en el Jardín. Eso produjo que en las primeras civilizaciones impregnadas por los adanitas, la mujer tuviera una posición de reconocimiento, valor y consideración igual que la del hombre.
Esto lo notamos, por ejemplo, en como los egipcios (que recibieron grandes flujos de anditas descendientes de los adanitas) no solo tuvieron una civilización magnifica, sino que en los matrimonios egipcios la mujer era sumamente respetada y valorada, tal como lo observamos en el arte egipcio.
Por lo general, los antropólogos encuentran difícil explicar el salto de la barbarie primitiva a las excelsas y repentinas apariciones de un concepto tan avanzado de matrimonio como lo es en el antiguo Egipto. Ciertamente la aparición de seres superiores que fijaron el modelo inspirador para la civilización es el "eslabón perdido" de la cultura humana.
Por lo general, los antropólogos encuentran difícil explicar el salto de la barbarie primitiva a las excelsas y repentinas apariciones de un concepto tan avanzado de matrimonio como lo es en el antiguo Egipto. Ciertamente la aparición de seres superiores que fijaron el modelo inspirador para la civilización es el "eslabón perdido" de la cultura humana.
Hay estatuas e imágenes que muestran a esposo y esposa enlazados
por la cintura, tomados de la mano u ofreciéndose flores o alimentos, y la abundancia de poesía amorosa parece implicar que muchas parejas se enamoraban
y se elegían el uno al otro. También generalmente los observamos al mismo nivel y en asientos o tronos en igualdad. Y estas palabras reflejan mucho de la
cultura egipcia que se mantuvo por un largo tiempo:
“Si eres sabio, mantén tu casa,
ama a tu mujer, aliméntala apropiadamente, vístela bien. Acaríciala y cumple
sus deseos. No seas brutal, obtendrás más de ella por la consideración que por
la violencia: si la empujas, la casa va al agua. Ábrele tus brazos, llámala;
demuéstrale tu amor”. (Palabras del escriba Ani, Imperio Nuevo).
Esto no era casual ya que ellos se habían inspirado en la familia de dioses, Osiris e Isis, lo cuales son la versión egipcia de Adán y Eva.
También los adanitas dieron impulso a las costumbres de monogamia, y aquello persistió por un tiempo en muchos pueblos.
(927.4) 83:6.3 Las tribus caldeas reconocían el derecho de una esposa a imponer que el esposo prometiese, antes de la boda, que no tomaría a una segunda esposa ni a una concubina. Tanto los griegos como los romanos favorecían el matrimonio monógamo. La adoración de los antepasados siempre ha fomentado la monogamia, así como lo ha hecho el error cristiano de considerar el matrimonio un sacramento. Aun la elevación del nivel de vida ha contribuido constantemente contra la pluralidad de esposas. Para el tiempo del advenimiento de Micael en Urantia prácticamente todo el mundo civilizado había alcanzado el nivel de la monogamia teórica. Pero esta monogamia pasiva no significaba que la humanidad se hubiese habituado a la práctica del verdadero matrimonio en parejas.
(927.8) 83:6.7 La monogamia es el metro que mide el avance de la civilización
social tal como se la distingue de la evolución puramente biológica. La
monogamia no es necesariamente biológica ni natural, pero es indispensable para
el mantenimiento inmediato y el desarrollo futuro de la civilización social.
Contribuye a la delicadeza de los sentimientos, al refinamiento del carácter
moral y a un crecimiento espiritual que son completamente imposibles en la
poligamia. La mujer no podrá jamás llegar a ser una madre ideal si se ve
constantemente obligada a rivalizar por el afecto de su marido.
Lamentablemente, siglos después de las primeras civilizaciones que habían adoptado el néctar de las costumbres del Edén, el matrimonio entró en una fase ruda y terrible hacia la mujer (coincidiendo con la disolución de la sangre adánica), volviéndose más bien una especie de esclavitud. Esta curva descendente volvió a subir un poco gracias a los conceptos cristianos, pero lamentablemente tuvo varios altibajos durante la Edad Media.
Actualmente la humanidad experimenta una especie de rebeldía tras siglos de abuso en torno al concepto de matrimonio y la familia. No obstante, la "memoria social colectiva" que coloca al matrimonio como un ideal aún persiste en la búsqueda de la felicidad humana mirando subconcientemente a esos gigantes azules que fijaron un modelo inspirador para la civilización. Aún hombres y mujeres sueñan con repetir y escenificar la escena de los Hijos Materiales, representar en sus vidas un matrimonio especial y bello.
Pese a que muchos dicen que la familia está amenazada, la humanidad en realidad está bajo la búsqueda de aquellos ideales edénicos. La humanidad está en una etapa de readaptación y búsqueda compleja. Se ha salido hace poco de una era negativa dominada por los hombres y de humillación a la mujer. Pese a que la tasa de divorcios es de uno por dos matrimonios, aún persiste la fe en esa asociación humana que fué inspirada a la conciencia colectiva por los Adanes y Evas planetarios.
En el futuro inmediato, la mujer y el hombre comenzarán a reconciliarse y a volver a creer en el matrimonio y la familia, cada vez más cercanos al concepto del Edén. Esta era actual de confusión y aparente disolución familiar es solo transitoria.
(941.9) 84:7.28 El matrimonio, con los hijos y con la
consiguiente vida familiar, estimula los potenciales más elevados de la
naturaleza humana y provee simultáneamente el camino ideal para la expresión de
esos atributos acelerados de la personalidad mortal. La familia provee la
perpetuación biológica de la especie humana. El hogar es la arena social
natural en la que los niños en crecimiento pueden captar la ética de la
hermandad de la sangre. La familia es la unidad fundamental de la fraternidad
en la que padres e hijos aprenden esas lecciones de paciencia, altruismo,
tolerancia e indulgencia que son tan esenciales para la realización de la
hermandad entre los hombres.
(941.10) 84:7.29 La sociedad humana mejorará mucho si
las razas civilizadas revierten más ampliamente al hábito de los consejos de
familias practicado por los anditas. Éstos no mantenían una forma patriarcal o
autocrática de gobierno familiar. Eran muy fraternales y asociativos, discutían
libre y francamente toda propuesta y reglamentación de naturaleza familiar.
Eran idealmente fraternales en todo su gobierno familiar. En una familia ideal
el afecto filial y el afecto paterno aumentan mediante la devoción fraternal.
(942.1) 84:7.30 La vida familiar es el progenitor de la
verdadera moralidad, el antepasado de la conciencia de la lealtad al deber. Las
asociaciones forzosas de la vida familiar forman la personalidad y estimulan su
crecimiento al obligarla a un necesario ajuste a otras personalidades
distintas. Pero aún más, la verdadera familia —una buena familia— revela a los
procreadores paternos la actitud del Creador hacia sus hijos, mientras que al
mismo tiempo estos verdaderos padres ilustran para sus hijos la primera de una
larga serie de revelaciones en el ascenso del amor del Padre Paradisiaco por
todos sus hijos universales.
Ciertamente la familia y el matrimonio son arreglos temporales y humanos para esta vida en la Tierra, pero son una maqueta en escala pequeña que nos muestra el modelo de una concepción más cósmica de familia, el anticipo de una escala amplia de comprensión universal de las relaciones fraternales que tendremos en los mundos ascendentes.
Ahora que gracias a los fascinantes Documentos de Urantia tenemos una comprensión más profunda de la razón de la existencia de la familia, podemos volver a reencantar a las nuevas generaciones con esos ideales extraordinarios y esenciales para la civilización, ese legado de las estrellas que nos trajo Adán y Eva.
Ahora que gracias a los fascinantes Documentos de Urantia tenemos una comprensión más profunda de la razón de la existencia de la familia, podemos volver a reencantar a las nuevas generaciones con esos ideales extraordinarios y esenciales para la civilización, ese legado de las estrellas que nos trajo Adán y Eva.