martes, 26 de agosto de 2014

Inmortalidad e Incorrupción

"Porque esto que es corruptible tiene que vestirse de incorrupción, y esto que es mortal tiene que vestirse de inmortalidad" - 1 Corintios 15:53. 

 Sobre la expresión "inmortalidad" hay grupos que han declarado que significa "inacabable e indestructible". Por ejemplo, explican que los ángeles no son inmortales, aunque si tienen vida eterna. Sin embargo, la palabra griega "inmortalidad" significa sencillamente: a‧tha‧na‧sí‧a, que es “no mortalidad”. 

En cambio la expresión "indestructible" viene de otra palabra, la palabra griega a‧ka‧tá‧ly‧tos, que significa básicamente “indisoluble” y que aparece solo en Hebreos 7:16 en relación a Jesucristo como ser glorificado.

La palabra griega a‧fthar‧sí‧a significa "incorruptible" (1 Corintios 15:53). Algunos creen que tanto el término "Inmortalidad" como "Incorrupción" no significan lo mismo que "vida eterna" (entendiendo la vida eterna como un proceso de no envejecimiento). 

Sin embargo, Pablo usa de forma indistinta esos términos. Notemos como hace el contraste:

"porque el que esté sembrando con miras a su carne, segará de su carne la corrupción; pero el que esté sembrando con miras al espíritu, segará del espíritu vida eterna" - Gálatas 6:8.

Notamos como Pablo hace un contraste entre la "corrupción" y la "vida eterna", pudiendo haber utilizado la expresión "incorrupción", pero demostrando que no hace diferencia de términos. Ahora analicemos Corintios:

"Porque esto que es corruptible tiene que vestirse de incorrupción, y esto que es mortal tiene que vestirse de inmortalidad" - 1 Corintios 15:53. 

La expresión "corruptible" hace referencia a la "degradación, descomposición y desintegración" de los cuerpos en la materia cuando están sujetos al tiempo. Y la expresión "mortal" a la condición final a la que llega la vida humana en nuestro mundo al morir. 

La Obra Perspicacia comenta sobre la palabra "corrupción":

"Este vocablo se compone del prefijo negativo a y una forma del verbo fthéi‧rō (que significa “corromper”, 2Co 7:2; “echar a perder”, 1Co 15:33; de donde adquiere el sentido de “degradar”; y también “matar” o “destruir”, 2Pe 2:12). - Perspicacia

Notemos, que por lo tanto, la "corrupción" lleva implícito la degradación.

Ahora bien, lo "inmortal" o "no mortal" se refiere a la nueva condición de la vida adquirida tras la resurrección, e "incorrupción" a la nueva característica de estos cuerpos gloriosos que no están sometidos al desgaste o desintegración por los elementos.

En la Biblia no hay ningún término que hable de "vida incorruptible en la carne", ya que ese quizás sería el término más apropiado para mencionar una supuesta juventud perpetua. 

Pero parece ser que ni los llamados "seres perfectos" se escapan al proceso de desintegración. Notemos lo que comenta la Obra Perspicacia:

"Incluso los cuerpos humanos perfectos son corruptibles, es decir, pueden deteriorarse o ser destruidos. Por este motivo, el apóstol Pablo pudo decir que Jesús, después de su resurrección, estuvo “destinado a nunca más volver a la corrupción” (Hch 13:34), o no volver a vivir nunca en un cuerpo humano corruptible.

A pesar de que los ángeles son espíritus, tienen cuerpos corruptibles, puesto que se declara que están sujetos a destrucción. (Mt 25:41; 2Pe 2:4; compárese con Lu 4:33, 34.)

Aunque Adán, tenía un cuerpo corruptible, aun siendo perfecto, llegó a estar en “esclavitud a la corrupción” solo cuando se rebeló contra Dios y transmitió esa condición a todos sus descendientes: la raza humana. (Ro 8:20-22.) - Perspicacia.

Nuevamente notamos como aquí se crea un lío para explicar el asunto de la incorrupción. Todos los textos y pasajes aluden a que esa condición es otorgada en la resurrección en las otras moradas "celestiales". Por lo tanto, la citada obra debe admitir que en la hipotética perfección humana de Jesús y Adán había corrupción. ¡Incluso en los ángeles! 

Pero la aplicación del término etimológico objetivo para vida y juventud perfecta en la carne sería precisamente la expresión "incorrupción" o "no deterioro" tal como hemos visto al analizar la palabra. 

Por lo tanto, debe entenderse que la corrupción no es causada por el pecado o rebelión, sino que es una condición inherente en la materia. Evidentemente el error de Perspicacia solo estaría en catalogar a los ángeles como seres "corruptibles" pues ellos comparten la naturaleza incorruptible que otorga la resurrección celestial (Lucas 20:36).

Notamos como la Biblia indica que hasta Jesús mismo estuvo en la "corrupción". Hechos 13:34 lo declara:

"Y ese hecho de que lo resucitó de entre los muertos destinado a nunca más volver a la corrupción"

La corrupción era el estado de Cristo como ser humano en la carne. Jesús hubiese envejecido y muerto como todos nosotros si su vida no hubiese acabado antes, ya que la vejez y degradación (corrupción) es inherente a este plano material sujeto al tiempo y el espacio.

La enseñanza de que Jesús no hubiese envejecido no sale en la Biblia. De hecho, solo notamos que hay una sola indicación a una posible juventud perpetua en la carne hacia un apóstol, pero que es desestimada en el mismo pasaje:

"Jesús le dijo: “Si es mi voluntad que él permanezca hasta que yo venga, ¿en qué te incumbe eso? Tú continúa siguiéndome”.  Por consiguiente, entre los hermanos salió este dicho: que aquel discípulo no moriría. Sin embargo, Jesús no le dijo que no moriría, sino: “Si es mi voluntad que él permanezca hasta que yo venga, ¿en qué te incumbe eso?” - Juan 21:22,23

El referido pasaje nos recuerda cuan proclives somos a interpretar mal los dichos expresados en las Escrituras.