sábado, 2 de agosto de 2014

Lo que la Biblia enseña: ¿Qué significado tienen las profecías?

La mayoría de las profecías hebreas tuvieron un cumplimiento en su respectiva época. Por ejemplo, miremos el contexto de Sofonías:

“Recójanse, sí, hagan el recogimiento, oh nación que no palidece de vergüenza.  Antes que [el] estatuto dé a luz [algo], [antes que el] día haya pasado justamente como el tamo, antes que venga sobre ustedes la cólera ardiente de Jehová, antes que venga sobre ustedes el día de la cólera de Jehová,  busquen a Jehová, todos ustedes los mansos de la tierra, los que han practicado Su propia decisión judicial. Busquen justicia, busquen mansedumbre. Probablemente se les oculte en el día de la cólera de Jehová.  Porque, en lo que respecta a Gaza, [ciudad] abandonada es lo que llegará a ser; y Asquelón ha de ser un yermo desolado. En lo que respecta a Asdod, en pleno mediodía la expulsarán; y en lo que respecta a Eqrón, será desarraigada.

 “¡Ay de los que habitan la región del mar, la nación de keretitas! La palabra de Jehová está contra ustedes. Oh Canaán, la tierra de los filisteos, a ti también ciertamente te destruiré, de modo que no haya habitante.  Y la región del mar tiene que llegar a ser apacentaderos, [con] pozos para pastores y apriscos de piedra para ovejas.  Y tiene que llegar a ser una región para los restantes de la casa de Judá. Sobre ellos se apacentarán. En las casas de Asquelón, en el atardecer, se echarán estirados. Porque Jehová su Dios les dirigirá su atención a ellos y ciertamente recogerá de vuelta a los cautivos de ellos.” – Sofonías 2:1-7

Notamos como el "día de la cólera de Jehová" ocurre sobre las citadas ciudades palestinas. En otras referencias ocurre en juicios cumplidos sobre la Casa de Israel. Prácticamente todas las profecías hebreas de una intervención divina de juicio acontece en el pueblo de Israel y las naciones paganas vecinas. Intentar darle un segundo o tercer cumplimiento puede ser algo peligroso que conduzca a error (2 Tes. 2:1,2).

                                               La profecía de Daniel y el futuro

   Ahora bien, en el libro profético de Daniel se habla sobre el futuro. La figura simbólica y dramatizada de que el Reino "triturará a todos los reinos" (Daniel 2:44) en realidad simboliza la conquista espiritual que el mensaje de la Paternidad de Dios y la hermandad entre los hombres (El Reino que crece) logrará en la Tierra. No se refiere a una manifestación violenta repentina y “llamativamente observable” (Lucas 17:20) del Reino (tal como se analizó en el capítulo anterior).  Lo podemos comprobar con un análisis:

    La misma visión de Daniel 2 sugiere un cumplimiento espaciado desde la óptica de Dios. Cada parte de la imagen dura siglos. Por ejemplo, notemos el lenguaje empleado en el capítulo 2. Observemos lo que se dice del cuarto reino:

  ”Y en cuanto al cuarto reino, resultará ser fuerte como el hierro. Puesto que el hierro tritura y muele todo lo demás, así, como el hierro que destroza, triturará y destrozará aun a todos estos”. - Daniel 2:40

   ¿Nota usted que a simple vista se indica que el Imperio Romano aniquilaría a todos los demás reinos? Sin embargo, ahora sabemos que la destrucción y conquista que provocó el Imperio Romano fué un proceso largo y gradual que duró varios siglos. Nunca existió la situación en que el Imperio Romano derrocara súbitamente a todos los reinos circundantes.

Ahora observe la similitud del lenguaje empleado con el versículo 44:

”Y en los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos, y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos”


¿Es el Reino de Dios la antítesis en la forma de la auténtica conquista espiritual versus la conquista material de los reinos? En un capítulo anterior hemos analizado lo que es realmente el Reino de Dios según nos explicó Jesús. 


Si el Imperio Romano mediante un proceso gradual fué conquistando el mundo de su época, esto puede indicar que el Reino de Dios efectúa una conquista gradual mediante la fuerza espiritual en la humanidad. El Reino no viene a destruir literalmente las estructuras materiales de la civilización. En realidad viene a destruir el dominio humano en el sentido de colocar el dominio de Dios en el corazón de los hombres. Es puesto en contraste con los otros reinos, y efectúa un proceso incluso cuando los otros reinos están en pie. Al respecto, el relato de Daniel 2 tiene algunos elementos que nos llaman la atención:

Seguiste mirando hasta que una piedra fue cortada, no por manos, y dio contra la imagen en sus pies de hierro y de barro moldeado, y los trituró. En aquel tiempo el hierro, el barro moldeado, el cobre, la plata y el oro fueron, todos juntos, triturados, y llegaron a ser como el tamo de la era del verano, y el viento se los llevó, de modo que no se halló ningún rastro de ellos. Y en cuanto a la piedra que dio contra la imagen, llegó a ser una gran montaña y llenó toda la tierra”. - Daniel 2:34,35


¿Nota algo interesante? Se dice que todos los elementos de la imagen son aniquilados. Pero, ¿acaso ya no existen las potencias de Babilonia, Medopersia, Grecia y Roma? ¿Cómo pueden ser todos juntos triturados y llegan a ser como el tamo de la era del verano?
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”Y en los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos, y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos; puesto que contemplaste que de la montaña una piedra fue cortada, no por manos, y [que] trituró el hierro, el cobre, el barro moldeado, la plata y el oro. El magnífico Dios mismo ha hecho saber al rey lo que ha de ocurrir después de esto. Y el sueño es confiable, y la interpretación de él es digna de confianza”. - Dan 2:44,45


Pueden existir explicaciones que intentan salvar la cuestión de por qué "el hierro, el cobre, el barro moldeado, la plata y el oro" son aniquilados cuando se supone que dichas partes de la imagen ya no existen como potencias. Aquí observamos la unidad visual del símbolo profético, y notamos que su significado trasciende al efecto visual automático de una destrucción inmediata. Eso es lo que el símbolo describe, pero por esa misma razón, puesto que es simbólica toda la unidad visual, la misma destrucción ¡también es simbólica!


La explicación a ésto es que el Reino de Dios es un proceso de dominación espiritual largo que incluso empieza a operar desde los días de Daniel, cuando Babilonia era la potencia dominante. Por esa razón la profecía dice con respecto a la imagen "en los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un reino". Si usted lee bien la profecía, "aquellos reyes" son las partes de la imagen de Daniel.

 Esto significa que el Reino de Dios comienza a operar gradualmente como influencia espiritual desde la época misma del funcionamiento de aquellos reyes. El Reino de Dios es la dominación espiritual basada con amor que existía como potencialidad en los hombres antes que Jesús viniera a la Tierra, y que fué activada y empujada cuando Jesús vino a nuestro mundo. Por eso ahora podemos entender plenamente lo que Jesús y Pablo decían:

Mat 4:17: " Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado".

Aquí Jesús no dice que el reino será establecido, sino que se ha acercado como influencia a los hombres.

Lucas 17:21: " Miren!, el reino de Dios está en medio de ustedes” 

Aquí Jesús declara que el reino ya existe.

Heb 12:28: "Por lo cual ya que recibimos un reino que es inconmovible, seamos agradecidos" 

Pablo declara que ya reciben el reino en sus días.

Colosenses 1:13 “Él nos libró de la autoridad de la oscuridad y nos transfirió al reino del Hijo de su amor” 

Los cristianos del siglo I ya podían ingresar al reino.

Efectivamente el relato de Daniel narra que la piedra es cortada de una montaña, y posteriormente ésta piedra crece hasta llegar a ser una gran montaña que llena toda la tierra. Esta imagen simbólica del Reino es muy similar a dos ilustraciones de Jesús sobre el Reino en términos de crecimiento: el grano de mostaza y la levadura escondida (Mateo 13:31-33).

Sabemos que para que la piedra se transforme en montaña o la semilla en árbol existe un largo proceso de crecimiento.

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La Piedra después de impactar a la estatua en los pies, no rebota al cielo sino que se queda y el "viento" hace desaparecer los vestigios de la estatua, tomando posesión gradual de toda la tierra. Esto es similar a cuando el viento gradualmente se lleva la paja o rastrojo con el paso de lo días: "y llegaron a ser como el tamo de la era del verano, y el viento se los llevó, de modo que no se halló ningún rastro de ellos".

Una de las razones por las que Daniel dice que en "los días de aquellos reyes" incluyendo a Babilonia es que justamente el profeta resalta la aparición de un  nuevo concepto del Reino que comienza a operar mientras estos reinos existen.

Recordemos que fué Babilonia la que eliminó una manifestación nacional del reino israelita en la Tierra cuando la misma Babilonia destruyó a los reyes judíos. Entonces Daniel revela que la antítesis del gobierno material y visible de los caudillos humanos israelitas ahora emerge como esperanza ante los desterrados, no como un ideal político y físico, sino como una manifestación espiritual que comienza a operar en los días de Nabucodonosor.  Nunca olvidemos que el arreglo de una monarquía literal no era lo que Dios quería para su pueblo (1 Samuel 8: 4-9).
  
La nación de Israel era atípica de los pueblos ya que podía haber existido como un pueblo con una visión espiritual elevada sobre lo que es realmente el Reino de Dios, su esfera de influencia sobre los hombres basada en el amor. Pero insistieron en desear una experiencia carnal. Esto les llevó a varias tragedias nacionales, y a ver derrumbados sus sueños nacionales.

Es precisamente en esos tiempos inmediatamente posteriores cuando Nabucodonosor es humillado (en "los días de aquellos reyes") cuando el Reino de Dios se manifiesta como lo que es realmente y no mediante un restablecimiento material o legal de una básica monarquía.

Notemos como todo el libro de Daniel destaca que el Reino de Dios ya domina sobre los otros reinos, principalmente desde los días de Daniel en Babilonia (la cabeza de oro). Fué justamente cuando los israelitas no tenían rey visible cuando es que tienen que volverse con el corazón hacia el Rey Espiritual.

"y de entre los hombres te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere" - Daniel 4:32 .

"Y te echarán de entre los hombres, y con las bestias del campo tu morada llegará a ser, y la vegetación es lo que te darán aun a ti a comer tal como a toros; y con el rocío de los cielos tú mismo estarás mojándote, y siete tiempos mismos pasarán sobre ti, hasta que sepas que el Altísimo es Gobernante en el reino de la humanidad, y que a quien él quiere [darlo] lo da." - Daniel 4:25

"Mientras la palabra todavía estaba en la boca del rey, hubo una voz que cayó de los cielos: “A ti se te dice, oh Nabucodonosor el rey: ‘El reino mismo se ha ido de ti,y de la humanidad te echan, sí, y con las bestias del campo tu morada será. Vegetación te darán aun a ti para comer tal como a toros, y siete tiempos mismos pasarán sobre ti, hasta que sepas que el Altísimo es Gobernante en el reino de la humanidad, y que a quien él quiere [darlo] lo da’”. - Daniel 4:31,32

“Y al fin de los días yo, Nabucodonosor, alcé a los cielos los ojos, y mi propio entendimiento empezó a volverme; y bendije al Altísimo mismo, y a Aquel que vive hasta tiempo indefinido alabé y glorifiqué, porque su gobernación es una gobernación hasta tiempo indefinido, y su reino es para generación tras generación".- Daniel 4:34

”Ahora yo, Nabucodonosor, alabo y ensalzo y glorifico al Rey de los cielos, porque todas sus obras son verdad y sus caminos son justicia, y porque a los que andan con orgullo él los puede humillar.” - Daniel 4:37

La conclusión es poderosa. El Reino de Dios existe desde tiempos inmemoriales y es manifestado de forma especial en la profecía simbólica justo cuando los israelitas ya no ven a un humano carnal gobernando.

El auténtico concepto del Reino es más elevado que toda forma de gobernación humana. Esta filiación con Dios y los hombres (despreciada por los Israelitas), la trae reforzada Jesús de Nazaret predicando que este Reino se ha acercado.

Lamentablemente muchos siguieron interpretando de forma literal y física la afirmación del Reino, de esta verdadera expansión espiritual. Y las religiones de los siglos posteriores volvieron a caer en el simplismo judío y de vista carnal.

Ahora bien, es interesante que la profecía de Daniel utiliza un lenguaje simbólico de destrucción de las bestias políticas opositoras a Dios:

”Seguí contemplando en aquel tiempo debido al sonido de las palabras grandiosas que el cuerno estaba hablando; seguí contemplando hasta que la bestia fue muerta y su cuerpo fue destruido y fue dado al fuego ardiente"- Daniel 7: 11.


Podría tomarse como una destrucción literal, pero notamos que la descripción de dicha aniquilación también es parte del simbolismo ya que el "cuerpo" de la bestia es "destruido". Notemos ahora la explicación de la misma profecía:

"Y el reino y la gobernación y la grandeza de los reinos bajo todos los cielos fueron dados al pueblo que son los santos del Supremo. Su reino es un reino de duración indefinida, y todas las gobernaciones servirán y obedecerán aun a ellos" - Daniel 7:27.

Se nos muestra que la referida "destrucción" es un símbolo que significa que el poder y la autoridad sobre los reinos (que siguen existiendo como nota usted) es transferido a los "santos", los "hijos de Dios" que guiarán a la humanidad. Las gobernaciones humanas se rinden a ese nuevo tipo de soberanía y le obedecen a ellos.

El significado de la expresión "destrucción"

Para este análisis es sumamente interesante el significado de "destrucción" y su connotación en torno a las profecías. Notemos el significado de "destrucción":


Ruina, asolamiento; por lo general, de cosas materiales o de seres vivos (2Re 21:3; Jer 18:7; Da 2:12, 14, 18), aunque también puede referirse a ruina espiritual. (1Co 3:17)

El verbo hebreo ʼa•vádh, que suele traducirse “destruir” (Le 23:30; Sl 21:8, 10), significa básicamente “perder” o “perecer” y corresponde al término griego a•pól•ly•mi. (Éx 10:7; 1Sa 9:20; Mr 3:6; 4:38; Lu 15:4.)

El verbo hebreo ja•rám puede significar “dar por entero a la destrucción” o poner bajo proscripción sagrada, es decir, apartar del uso ordinario o profano”. - Perspicacia

Cómo notamos, la Obra Perspicacia muestra que el termino está relacionado con arruinamiento. Con respecto a la variante de "dada por entero a la destrucción" es interesante este término:

“En sus tratos con la nación de Israel, Jehová Dios decretó que ciertas cosas, personas e incluso ciudades enteras estuvieran bajo proscripción sagrada, de modo que no podían recibir ningún uso común o profano. Koehler y Baumgartner definen jé·rem como “cosa o persona dada por entero (a la destrucción o uso sagrado, y, por lo tanto, excluida de uso profano)”, y la forma causativa del verbo ja·rám, como “desterrar (por proscripción [...], excluir de la sociedad y la vida, dar por entero a la destrucción)”. (Lexicon in VeterisTestamenti Libros, Leiden, 1958, pág. 334.) Lo que se daba por entero en cierto sentido se convertía en “tabú” para los israelitas.

La proscripción sagrada no siempre significaba destrucción. Algunos artículos, animales e incluso campos podían darse por entero a Jehová, y así se convertían en objetos santos para uso sagrado del sacerdocio o para el servicio del templo.” - Perspicacia

Otro diccionario de términos hebreos comenta:

Este vocablo bíblico también se usa en el hebreo moderno donde la raíz denota «persecución religiosa» o «conversión forzada». 

«Corromper, pudrir, arruinar, estropear, destruir». El término se usa principalmente en hebreo bíblico, aunque tiene formas cognadas en algunas lenguas semíticas como arameo y etiópico.

Cualquier cosa buena puede «corromperse», «destruirse», «arruinarse» o «pudrirse», como el cinto de Jeremías (Jer 13.7), una viña (Jer 12.10), ciudades (Gn 13.10) y un templo (Lm 2.6).

Cómo notamos, “destruir” bien puede indicar algo que se “descompone”, se estropea, se desmorona y comienza a desarmarse en partes. Y cuando profundizamos que una “cosa dada por entero a la destrucción”, significa “excluida o desterrada de la sociedad o vida” nos acercamos a la comprensión tras las llamadas frases de “destrucción” bíblica.

Es interesante la aplicación de la expresión “destrucción” en relación al libro de Jonás:

"Dentro de cuarenta días, Nínive será destruida". - Jonás 3:4.

La palabra clave aquí es "destruida". Viene de la palabra hebrea "haphak", que significa "derribar, voltear, cambiar, ser convertido, arrepentir". Así que, como puede usted ver, la proclamación profética de Jonás es un juego de palabras: "Si Nínive no se convierte, en cuarenta días será volteada". 

El hecho de que el rey y los ciudadanos de Nínive reconocieron este juego de palabras se ve en su decisión inmediata de arrepentirse y cambiar sus caminos (véase Jonás 3:6-10).

Considerado en el contexto del libro entero de Jonás, es claro que la profecía de Jonás era condicional. El rey sabía que era condicional, los ciudadanos sabían que era condicional, y Jonás mismo sabía que era condicional, así que huyó, con la esperanza de impedir que los habitantes de Nínive tuvieran la oportunidad de cumplir con las condiciones y de este modo evitaran un desastre nacional.

En un sentido profundo el juego de palabras y la misión para Jonás era anunciar y motivar la conversión de Nínive y no su destrucción.

"Dentro de cuarenta días, Nínive será convertida". - Jonás 3:4.

Y eso fué lo que ocurrió. Dios entra con su propósito positivo.

"sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios fuertemente; y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que hay en sus manos" - Jonás 3:8.

La lección que le enseña Jehová a Jonás es que la destrucción realmente era la conversión. Pero Jonás quería observar un desastre nacional, y Jehová magistralmente le enseña mediante la calabaza (Jonás 4). Dios envió a Jonás a convertir a los ninivitas, a convertirlos en una planta para beneficiar a otros. ¿Por qué entonces Dios habría de secarlos? Al secar la planta Dios le recuerda a Jonás cual fué desde el principio su verdadera misión: Salvarlos.

Encontramos un pasaje muy similar al de Jonás y muy interesante en el Nuevo Testamento. Sobre el pecador inicuo en Corinto se dice:

"Entreguen a tal hombre a Satanás para la destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvado" (1 Cor. 5:5). 

El pasaje anterior fue utilizado lamentablemente de forma literal en la Edad Media para justificar la inquisición  donde se daba muerte en la hoguera de tormento a los pecadores pensando que era un modo de salvar su alma. 

Pero Pablo utilizaba una expresión ilustrativa en un contexto real en que la disciplina y admonición espiritual sobre el hombre lo motivaría finalmente al arrepentimiento. Este hombre era como un “poco de levadura” en “toda la masa”, es decir, “la carne” o elemento carnal dentro de la congregación; al disciplinar y corregir a este hombre incestuoso, la congregación, que es de inclinación espiritual, destruiría la carne” que había en ella. (1Co 5:6, 7.)

En ningún caso fue una destrucción literal porque no mucho tiempo después todo indica que aquel pecador se había arrepentido y volvía a llevar una vida limpia (2 Cor. 2:8-11). Por lo tanto, la "destrucción de la carne" es un símbolo en que se logra la redención de la persona.

"sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con El, para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado" - Romanos 6:6

¿Es la "destrucción de los hombres impíos" (2 Pedro 3:7) un símbolo de la anulación del poder de éstos e incluso de su redención?

En el antiguo Israel el fuego se utilizaba para la purificación ritual. “Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso”  (Deuteronomio 4:24). Esto no significa que Dios sea el elemento fuego, pero este elemento es un símbolo apropiado del poder transformador de Dios sobre los hombres.  Isaías pregunta, “¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor?”  (Isaías 33:14).  Y Juan declaró sobre la relación del Espíritu Santo y el fuego: "él os bautizará en Espíritu Santo y fuego" (Lucas 3:16,17). En Pentecostés se simbolizó esto por medio del relato de las lenguas de fuego en las cabezas.


Es evidente que este no es un fuego literal sino que es un símbolo del poder purificador y transformador. El fuego representa también un mecanismo de refinación utilizado para purgar al hombre. Sobre el tiempo del juicio y evaluación para los hombres se dice:

“La obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.” 1 Corintios 3.13

El contexto con claridad nos habla de materiales perecederos e imperecederos. Estas son las cualidades. Y hay cualidades que deben ser edificadas en Cristo.  El fuego es un símbolo de transformación y purificación que pone al descubierto lo que somos.

14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 

15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego. 

Esto es similar al texto anterior: "Entreguen a tal hombre a Satanás para la destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvado" (1 Cor. 5:5). 

El fuego representa la confrontación y destrucción de nuestro sistema mental al que tanto nos aferramos. El fuego es una purificación que pondrá al descubierto lo que somos. Eso ocurrirá con la humanidad (2 Pedro 3:7).


El fin de Egipto

En el caso de una profecía contra Egipto, el profeta Ezequiel nos muestra como el rey de Babilonia sería un instrumento de la supuesta ira Divina:

"Y ciertamente te abandonaré al desierto, a ti y a todos los peces de tus canales del Nilo. Sobre la superficie del campo caerás. No serás recogido ni juntado. A las bestias salvajes de la tierra y a las criaturas voladoras de los cielos ciertamente te daré como alimento" - Ezequiel 29:5

”’Por lo tanto, esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: “Mira, voy a traer sobre ti una espada, y ciertamente cortaré de ti hombre terrestre y animal doméstico. Y la tierra de Egipto tiene que llegar a ser un yermo desolado y un lugar devastado; y tendrán que saber que yo soy Jehová, a causa de que él ha dicho: ‘A mí me pertenece el río Nilo, y yo mismo [lo] he hecho’.  Por lo tanto, aquí estoy contra ti y contra tus canales del Nilo, y ciertamente haré que la tierra de Egipto sea lugares devastados, aridez, un yermo desolado, desde Migdol a Siene y al límite de Etiopía”. – Ezequiel 29: 8-10

 ”Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: ‘Yo también ciertamente destruiré los ídolos estercolizos y haré que los dioses que nada valen cesen de Nof, y ya no resultará que haya un principal procedente de la tierra de Egipto; y de veras pondré temor en la tierra de Egipto.  Y ciertamente haré desolada a Patrós y prenderé un fuego en Zoan y ejecutaré actos de juicio en No.  Y ciertamente derramaré mi cólera sobre Sin, la plaza fuerte de Egipto, y cortaré la muchedumbre de No. Y ciertamente prenderé un fuego en Egipto”. – Ezequiel 30:1-16

.La conquista de los egipcios por Nabucodonosor SI sucedio, la cual fue dada el 26 de abril del año 571 a.C. Pero hay dificultades para comprobar una destrucción de Egipto como la descrita, con muertes de peces y gran desolación. Nabucodonosor nunca arrasó a Egipto con la fuerza de las imágenes descritas. Nunca lo asoló con la descripción de Ezequiel. Sus ciudades e ídolos  nunca fueron destruidas. Un turista actual puede visitar las imágenes e ídolos del Egipto antiguo. Egipto no sólo no se empobreció sino que posteriormente alcanzó el mayor poder y riqueza de su historia bajo el gobierno de los Tolomeos. 

De hecho, Alejandría se convirtió en la más grandiosa ciudad comercial e intelectual del mundo Helenístico; era el centro comercial más importante del mundo grecorromano y su fabulosa biblioteca fue el faro intelectual de la humanidad durante siglos. Las monumentales estatuas egipcias no fueron destruidas sino que continúan aún casi intactas y son visitadas a diario por cientos de turistas que pueden apreciarlas en toda su magnificencia, gracias a la protección y continuas restauraciones que les brinda el actual gobierno egipcio a tan maravilloso legado cultural de la humanidad.

Es cierto que de alguna forma la Proyección profética se cumplió, pero de una forma un tanto diferente a lo que transmite literalmente el texto, en relación al dramatismo expresado y aparente instantaneidad. No existió un "fin del mundo" para Egipto. Esto nos hace reflexionar que efectivamente las Profecías que al igual que películas parecen instantáneas, pero que en la práctica se cumple en un periodo prolongado y espaciado, ya que Egipto efectivamente perdió su esplendor y hoy es solo ruinas turísticas, pero por un proceso de muchos siglos.

El mismo parámetro para juzgar las Profecías y el dramatismo en torno a los ejemplos anteriores nos recuerdan las imágenes del Apocalipsis y la cordura con la que hemos de respetar la profecía, sin caer en alarmismos Apocalípticos tan propios de las Iglesias fundamentalistas.


El fin de Babilonia la Grande

En su primera mención en la Revelación de Juan, Babilonia aparece como parte del mensaje de segundo ángel en capítulo 14:8 y dice así: "Y otro ángel le siguió, diciendo:Ha caído, ha caído Babilonia, aquella grande ciudad, porque ella ha dado á beber á todas las naciones del vino del furor de su fornicación.". Lo primero que se nombra es su caída, y se repite en el 16:19. La caída de Babilonia se nombra dos veces, antes de sugerirse que haya tal cosa como una Babilonia. Se le describe de manera completa en los capítulos 17 y 18.

El mensaje de Apocalipsis 18 es muy parecido al lamento de Jeremías sobre la desolación de Babilonia (Jer. 50-51); en particular el incidente de la piedra echada al mar (v. 21; Jer. 51: 63-64). Babilonia ciudad del Eufrates, la ciudad maravilla del mundo antiguo, era la ciudad que había llevado cautivo al pueblo de Dios.  

Jeremías profetizó la destrucción de la Babilonia antigua: "He aquí que será la última de las naciones; desierto, sequedal y páramo... porque pecó contra Jehová". Haciendo eco a las palabras de Jeremías, Apocalipsis 14:8 proclama: "Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación". Y el profeta Isaías clamó:

“Y Babilonia, la decoración de reinos, la hermosura del orgullo de los caldeos, tiene que llegar a ser como cuando Dios derribó a Sodoma y Gomorra. Nunca será habitada, ni residirá por generación tras generación. Y allí el árabe no asentará su tienda, y no habrá pastores que dejen que [sus rebaños] se echen allí”. - Isaías 13:19,20

Jeremías dice:

'Y será Babilonia para montones, morada de chacales, espanto y silbo, sin morador. A una rugirán como leones; como cachorros de leones bramarán. En su calor los pondré sus banquetes; y áreles que se embriaguen, para que se alegren, y duerman eterno sueño, y no despierten, dice Jehová. Hacerlos he traer como corderos al matadero, como carneros con cabritos. ¡Cómo fue presa Sesach, y fue tomada la que era alabada por toda la tierra! ¡Cómo fue Babilonia por espanto entre las gentes! ' - Jeremías 51: 37-41

La fuerza del lenguaje profético descrito indica que los Medos y los Persas bajo Ciro destruirían a Babilonia como Sodoma y Gomorra y que la ciudad quedaría en un monton de ruinas, desolada, desierta y sin habitantes. Es cierto que suelen mostrarse las ruinas desoladas de Babilonia en muchas publicaciones religiosas. Sin embargo, sabemos que Babilonia fué conquistada por los Medos, pero su destrucción fué gradual, su desaparición no fué instantánea, fué a largo plazo. Tanto los Medo-Persas, Alejandro Magno y muchos otros mantuvieron a Babilonia habitada pese a conquistar la Ciudad. Un estudiante de historia sabe que Babilonia fué gradualmente deshabitada tras muchos siglos. Algo similar ocurrió con Egipto y varias profecías en torno a su desolación.

Dado que el Libro de Apocalipsis tiene muchos elementos de las profecías hebreas es interesante el lenguaje empleado para describir la caída y destrucción de Babilonia la Grande. Si planteamos la tesis de que el Vaticano es Babilonia la Grande junto a las religiones organizacionales o estructurales, se podría afirmar que el suceso que fué la verdadera caída para el Vaticano fué la pérdida de su poder e influencia tras el arresto del Papa por Napoleón.

Todo partió en 1798 y 1799 con el arresto del Papa y la pérdida de los Estados Pontificios. Los enormes territorios papales comenzaron a ser quitados de la Iglesia en un largo proceso hasta que actualmente solo han quedado reducidos al pequeño Vaticano. El descrédito de la religión y la apatía general quizás no cause una destrucción instantánea como muchos imaginan, sino simplemente estaríamos ya observando el cumplimiento de la profecía como una desaparición gradual que llegará a un final en la forma de una Iglesia desacreditada y finalmente extinta por el paso de los siglos tal como ocurrió con la Babilonia antigua.

Apocalipsis 17:1 y 12 al 14 señala un juicio y ataque hacia Babilonia. La profecía es enigmática porque dice: “los diez cuernos que viste significan diez reyes, que todavía no han recibido un reino, pero sí reciben autoridad como reyes por una hora con la bestia salvaje”. Ésta última frase es clave en el desciframiento del enigma: pero sí reciben autoridad como reyes por una hora”. La profecía nos transmite la idea de que los diez cuernos no son en sentido pleno reyes, pero se les confiere una autoridad como tal, para que durante “una hora” liquiden a la ramera. La Biblia dice que aún “no han recibido un reino”. Esto significa que no pueden ser potencias políticas actuales o reinos ya existentes de forma previa. Son más bien el poder judicial que existe como “cuernos” sobre las cabezas o territorios de los gobiernos políticos. Estos cuernos son los tribunales que han de castigar a Babilonia la Grande y la comienzan a devastar. Este proceso ya ha comenzado a ocurrir hace algunos años con los juicios contra la institución católica por los escándalos financieros y abusos de menores. En realidad ya estamos inmersos en el proceso de destrucción (o desintegración) de Babilonia la Grande.

La caída de la Babilonia antigua no marcó su inmediata destrucción.  La desolación de esa ciudad fué gradual. 

Hoy, Babilonia la Grande ya ha caído, y también su destrucción y desintegración es gradual. Ya está ocurriendo el ataque contra la Ramera religiosa, ya está siendo desnudada progresivamente y comienza a ser saqueada en un periodo relativamente corto de su existencia llamado "una hora". Pero sabemos que la expresión "hora" no es literal, sino que se refiere (desde la perspectiva de mil años) a un periodo extendido pero corto en proporción a una época larga. 

Cuando Jesús habló de que habrían terremotos, pestes y guerras que podrían perturbarnos no se refería a que ocurrirían estos hechos de forma súbita, sino más bien de una forma espaciada. De igual forma, todos los estudios nos indican que la destrucción de Babilonia ya está aconteciendo, y su desolación continuará por un tiempo más.


Conclusión

Se ha demostrado con evidencia interna bíblica e histórica que muchas profecías han tenido un cumplimiento espaciado o diluido. Las profecías se cumplen, pero no de la forma en la que el hombre las desea. Jesús dijo que los hombres "no piensan como piensa Dios" (Mateo 16:23). Debemos entender que los símbolos al igual que las parábolas representan una especie de dramatización que ocurre en un breve lapso durante la escena, pero en la realidad aplicada pueden pasar muchos años.

Las profecías se cumplen, pero no como lo desean los hombres.

Cuando el Mesías llegó a Palestina en el siglo I, no cumplió las expectativas erradas en torno a destruir a los gentiles y establecer la Nueva Jerusalén en la Tierra. Han pasado 2000 años y aún no llega ese día. Lo más probable es que no hemos comprendido bien que para Dios un día es cómo mil años (Salmo 90:4), y los sucesos narrados como inmediatos y dinámicos en las profecías, bien pueden cumplirse de forma alargada en el espacio y tiempo diferente de los seres humanos. Así ha sido y así parece ser. Un ejemplo interesante y final que demuestra ésto aparece en el Génesis:

"Y he aquí que siete espigas estaban subiendo en una sola caña, gruesas y buenas. Y sucedía que siete espigas, delgadas y chamuscadas por el viento del este, estaban creciendo después de ellas. Y las espigas delgadas empezaron a tragarse a las siete espigas gruesas y llenas" - Génesis 41:5-7

En la visión profética la unidad visual del símbolo nos muestra una imágen dinámica de siete espigas creciendo (evidentemente con velocidad acelerada) y luego otras siete espigas feas comienzan a crecer, y éstas se comen a las buenas. Evidentemente el sueño muestra la imagen con rapidez y no con el tiempo real en que tardan las espigas en crecer, de lo contrario, Faraón habría estado dormido por varios meses, algo inverosímil.


Sin embargo, en el cumplimiento real y efectivo de tal sueño no fué instantáneo como se veía en las imágenes dinámicas (que nos recuerdan una película). Pasaron siete años reales para su cumplimiento y otros siete para el desarrollo completo de la visión en la realidad.

Esto nos enseña que el tiempo profético no transcurre de la misma forma que en la realidad, en el cumplimiento en nuestro mundo que no es onírico y simbólico. 

(Daniel 8:8 por ejemplo, habla de cuatro cuernos que brotan de un gran cuerno quebrado. Evidentemente la expansión de los cuatros reinos tras la caída de Alejandro tardó varios años en manifestarse).

Esta parece ser la forma correcta de interpretar las profecías, y esta forma de entender los asuntos está destinada a revolucionar la comprensión bíblica para las generaciones futuras. Estimado lector, tienes el privilegio de estar leyendo un material adelantado a ésta época y que será aceptado por los intérpretes religiosos del futuro. 


Preguntas del capítulo: ¿Qué nos enseña la profecía de Daniel sobre el cumplimiento de la misma? ¿Qué significa la referida "destrucción" en las profecías? ¿Qué nos enseña la profecía de Egipto y Babilonia la Grande sobre el desarrollo del factor tiempo en el cumplimiento de las mismas?