jueves, 4 de septiembre de 2014

Un genio llamado Esdras

Si Pablo de Tarso puede ser llamado el artífice de casi toda la teología cristiana mediante sus múltiples epístolas en el Nuevo Testamento, Esdras debería ser catalogado junto a sus colegas sacerdotes como los genios que dieron forma a las Escrituras Hebreas o Antiguo Testamento.

Toda la evidencia nos indica que posiblemente fue Esdras el personaje que editó y redactó las Escrituras Hebreas tal como las tenemos hoy. También un grupo de sacerdotes colaboró con él en esta creación.

Esdras vivió en Babilonia y procedía de una familia de sumos sacerdotes, aunque no de la línea particular que ostentaba el sumo sacerdocio cuando el pueblo regresó del exilio. El perteneció a un grupo de sacerdotes de diferentes edades que habían emprendido la compilación del antiguo testamento de la Biblia actual.

"Establecimiento del canon hebreo. La tradición judía dice que Esdras empezó a compilar y catalogar el canon de las Escrituras Hebreas". - Toda Escritura es inspirada de Dios.
 
La atribución de esta labor a Esdras, por otra parte, tampoco es algo insólito ya que la mayoría de los expertos modernos coinciden en señalar a éste como el hombre que constituyó y promulgó el Pentateuco en una «forma muy próxima a su estado actual», y la propia tradición judía  ha conservado el recuerdo de Esdras como restaurador de la ley mosaica. Cfr. Historia de las Religiones. Siglo XXI, Vol. 5, pp. 160-161.
 
Antes de Esdras, antes del exilio en Israel existían una serie de corrientes que narraban los hechos bíblicos desde diferente puntos de vistas, puntos que hasta se oponían entre sí.
.
Un análisis científico de los textos nos demuestra que habían muchas historias que se duplicaban (como por ejemplo los relatos repetidos del Génesis, el Éxodo y Números), pero que lo hacían con algunas contradicciones al relatar los mismos hechos, usaban estructuras de lenguaje diferentes y, en especial, variaba de uno a otro el nombre dado a Dios: uno le identificaba como Yahveh y el otro como Elyon o Elohim, de ahí el nombre que se dio a esas fuentes. Dado que ambos autores escribieron al dictado de los acontecimientos sociopolíticos que les tocó vivir y de las necesidades legislativas que se derivaron de esos momentos, el análisis de contenido de sus textos muestra claramente como el yahvista vivió en Judá mientras que elelohísta lo hizo en Israel. La disputa entre los sacerdotes aarónidas y levitas venía de antiguo y se dispuso en las líneas narrativas.  En algún punto de la historia ambas tradiciones se juntaron y fundieron en una sola.

Dichas vertientes a menudo opuestas fueron hábilmente fusionadas en una sola colección de textos y libros posteriores. 
"Dicha persona no se limitó a combinarlas, situándolas una al lado de la otra, como historias paralelas. El autor de la combinación se dedicó a cortar e interseccionarlas de un modo muy intrincado. Y al final de está colección combinada y entretejida de las leyes e historias. Esta persona colocó como conclusión el Deuteronomio, el discurso de despedida de Moisés. Alguien se dedicó a mezclar las cuatro fuentes diferentes, y a veces opuestas, haciéndolo de un modo tan hábil que se tardó milenios en descubrirlo. Ésta fue la persona que creó la Torah, los cinco libros de Moisés tal y como los hemos estado leyendo desde hace más de dos mil  años. ¿Quién fue esta persona? ¿Y por qué lo hizo? Creo que lo hizo Esdras."  -  Cfr. Friedman, R. E. (1989). Op. cit., p. 196 
Sin embargo, pese a la genialidad de Esdras y sus compañeros redactores, ellos eran imperfectos y quedaron varias pistas que delatan las interconexiones que realizaron. Ya lo analizamos en las entradas pasadas sobre las bestias limpias en inmundas en el relato de Diluvio, "y en aquel tiempo el Cananeo moraba en la Tierra", la Tierra de Nod, la Fiesta de las Cabañas, etc. Y hay muchos otros detalles. Sin embargo, será bueno mencionarlos nuevamente en este post.
Y en las mismas Escrituras finalmente compiladas aparecen las citas de otras fuentes como:

"El libro de las Guerras de Jehová", "El libro de Jasar", "El libro de los asuntos de los días de los reyes de Israel"  y "El libro de los asuntos de los tiempos de los reyes de Judá", al que se hace referencia unas quince veces y que trata sobre los reyes del reino meridional a partir de Rehoboam, el hijo de Salomón.  En 1 Reyes 11:41 se menciona otro registro de la gobernación de Salomón: "El libro de los asuntos de Salomón", el cual no debe confundirse con los Proverbios ni Eclesiastés.  

"Cuando Esdras compiló y escribió los libros de las Crónicas después del cautiverio, hizo referencia por lo menos catorce veces a otras fuentes, como: el "Libro de los Reyes de Israel", la "relación de los asuntos de los días del rey David" y el "Libro de los Reyes de Judá y de Israel". (1Cr 9:1; 27:24; 2Cr 16:11; 20:34; 24:27; 27:7; 33:18.) También mencionó (...) registros escritos de otros profetas de Jehová que no están en las Santas Escrituras inspiradas. (2Cr 9:29; 12:15; 13:22.) Nehemías, por su parte, se remitió al "libro de los asuntos de los tiempos". (Ne 12:23.) También se hace mención en la Biblia de los registros gubernamentales persas, en los que aparecían relatos de servicios que se habían rendido al rey, como la revelación que hizo Mardoqueo de un complot de asesinato". (Esd 4:15; Est 2:23; 6:1, 2; 10:2.) - Perspicacia para Comprender las Escrituras



La evidencia interna

Por lo general la tradición de las Iglesias modernas atribuye a Moisés la autoría de los primeros libros de la Biblia. Se cree que en algún momento en el desierto tras el Éxodo, Moisés comenzó a compilar algunos escritos de Adán, Abrahán y otros patriarcas. Sin embargo, algunas pistas señalan que éstos fueron escritos mucho después de la existencia de los personajes narrados.

Y el nombre del tercer río es Hidequel; es el que va al este de Asiria. Y el cuarto río es el Éufrates”. – Génesis 2:14

Aquí se narra la ubicación del Jardín de Edén, y se comenta la existencia de Asiria como referencia a este jardín. Esto demuestra que Asiria ya existía al tiempo de la narración de éste pasaje. Además el redactor habla del rió Hidequel, nombre dado en la época del exilio en Babilonia al río Tigres:

“Y en el día veinticuatro del primer mes, mientras sucedía que yo mismo estaba en la ribera del gran río, es decir, Hidequel” – Daniel 10:4

“De toda bestia limpia y de toda bestia que no es limpia, y de las criaturas voladoras y de todo lo que se mueve sobre el suelo, entraron de dos en dos a donde Noé en el arca, macho y hembra, tal como Dios había mandado a Noé” – Génesis 7:8,9.

La clasificación entre bestias limpias e inmundas solo se presentó supuestamente mucho tiempo después en la Ley de Moisés:

“Y ustedes tienen que hacer distinción entre la bestia limpia y la inmunda y entre el ave inmunda y la limpia; y no deben hacer asquerosas sus almas con la bestia y el ave y cosa alguna que se mueve sobre el suelo que yo les he separado al declararlas inmundas” – Levítico 20:25.

Al parecer la incorporación de ésta clasificación en el relato del Arca la hizo el redactor para no causar una repulsión en los lectores judíos que leerían la crónica de Noé conviviendo con animales encerrados. Este detalle nos muestra que el Génesis fue escrito mucho después de lo que generalmente se cree.

“Y Abrán siguió a través de la tierra hasta la ubicación de Siquem, cerca de los árboles grandes de Moré; y en aquel tiempo el cananeo estaba en la tierra” – Génesis 12:6.

Las palabras anteriores, por lo tanto, fueron escritas cuando el cananeo ya no estaba en la tierra, una época muy posterior al reinado de David inclusive. El escritor del Génesis tiene claro en que tiempo histórico él se encuentra, y que, por lo tanto, está describiendo una historia del pasado remoto.

“Pero nunca desde entonces se ha levantado en Israel un profeta como Moisés, a quien Jehová conoció cara a cara,  tocante a todas las señales y los milagros que Jehová lo envió a hacer en la tierra de Egipto, a Faraón y a todos sus siervos y a toda su tierra,  y en cuanto a toda la mano fuerte y todo el grande e imponente respeto que Moisés ejerció ante los ojos de todo Israel” - Deut. 34:10-12

Claramente este libro no pudo haberlo escrito Moisés. El redactor menciona que desde la época de Moisés nunca había sido levantado un profeta como él, lo cual indica que ya habían pasado suficientes profetas para hacer comparaciones con el difunto Moisés, el cual llego a ser el mas grande profeta antes de Cristo (Hechos 6:14; 21:21).

"Pero a los Jebuseos, habitantes de Jerusalén, los hijos de Judá no pudieron expulsarlos; por tanto, los Jebuseos habitan hasta hoy en Jerusalén con los hijos de Judá" - Josué 15:63.

Lo anterior demuestra que los Jebuseos aún seguían viviendo mucho después de los relatos de las batallas narradas en Josué. Es más, los jebuseos seguían viviendo en las inmediaciones de Jerusalén hasta la época del retorno tras el destierro. La Obra Perspicacia admite:


"De la última referencia a los jebuseos aprendemos que, como grupo étnico, todavía estaban presentes y podían contaminar la adoración de los israelitas cuando estos regresaron del exilio en Babilonia. (Esd 9:1, 2.)" - Perspicacia


Es evidente, por ende, que las palabras escritas en Josué 15:63 fueron escritas tras el exilio de Babilonia. Sin embargo, una de las pruebas más contundentes están en este pasaje:


"Después de aquello los hijos de Dan pusieron de pie para sí la imagen tallada; y Jonatán hijo de Guersom,  hijo de Moisés,  él y sus hijos llegaron a ser sacerdotes para la tribu de los danitas hasta el día en que el país  fue llevado al destierro" - Jueces 18:30


Esta prueba indica que la redacción del texto fué después que la nación fuera llevada al destierro (posiblemente el destierro del reino norteño de Israel).


Algunos han tratado de explicar que aquí existe un error de traducción y que la palabra "país" significa "arca", y que el asunto se refiere al hurto del Arca de la Alianza por los filisteos, pero dicha explicación es inverosímil por el contexto, y también porque el arca no fué desterrada sino capturada. Tampoco hay evidencia de error en la palabra. 


En mi opinión, el redactor y compilador de éstos libros del Antiguo Testamento jamás tuvo en mente hacer creer que los escritos eran autoría de Moisés, Josué o Samuel. Esa idea es creada por las Iglesias modernas para crear una especie de sacralidad de los textos y obtener un beneficio de autoridad, pero no estaba en la mente de los compiladores de los escritos Hebreos.


Esdras o los sacerdotes solamente están narrando los asuntos desde su respectiva época durante su cautividad y tras el retorno de lo judíos exiliados en Babilonia (cuando ya habían ocurrido los destierros del reino norteño y posteriormente de Judá). No existía ninguna intención en crear un halo místico atribuido a Moisés y a los otros profetas.


Los libros


Esdras o los sacerdotes compiladores reunieron una gran cantidad de datos y libros de los cuales obtuvieron la información para su compilación final durante el periodo del cautivero en Babilonia y el retorno del exilio:


"Por tanto se dice en el libro de las batallas de Jehová: Lo que hizo en el Mar Rojo, y en los arroyos de Arnón" - Números 21:14


Es interesante que supuestamente en la vida de Moisés ya había un libro que narraba el suceso del Mar Rojo. Por lo tanto, es improbable que Números fuera escrito por Moisés, puesto que el primero en hablar del suceso del Mar Rojo habría sido Moisés en el Éxodo y no un libro anterior a él. Esto es una prueba que Números fué escrito mucho después, cuando la historia del Mar Rojo era ya legendaria.



"Ese día en que el Señor entregó a los amorreos en manos de los israelitas, Josué le dijo al Señor en presencia de todo el pueblo:
«Sol, deténte en Gabaón,
    luna, párate sobre Ayalón.»
 El sol se detuvo
    y la luna se paró,
hasta que Israel
    se vengó de sus adversarios.
Esto está escrito en el libro de Jaser. Y, en efecto, el sol se detuvo en el cenit y no se movió de allí por casi un día entero". - Josué 10:12,13
Esto también nos demuestra que no fué Josué el escritor de "Josué", puesto que lo narrado ya había sido declarado antes en otro libro llamado el "libro de Jaser". Y nos volvemos a encontrar con este libro supuestamente mucho después de Josué:
"Y endechó David a Saúl y a Jonatán su hijo con esta endecha, y dijo que debía enseñarse a los hijos de Judá. He aquí que está escrito en el libro de Jaser". - 2 Samuel 1:17,18 
Notamos como el libro de Jaser menciona un asunto supuestamente de la época posterior de David y Saúl. 
¡Esto nos demuestra que el citado libro de Jaser recogía la historia de Josué hasta David y que por lo tanto el llamado libro de Josué como los libros de Samuel son muy posteriores y fueron escritos por el mismo personaje que tenía a su mano el ya existente "Libro de Jaser"!

"Estas son las disposiciones reglamentarias y las decisiones judiciales y las leyes que Jehová estableció entre él y los hijos de Israel en el monte Sinaí por medio de Moisés" . - Levítico 26:46

En Levítico notamos que en más de una ocasión se repite esta sentencia, lo cual nos demuestra que el citado Levítico no era el libro de la Ley sino más bien una crónica que incluía en su interior las referidas leyes.


Es interesante que cuando Esdras presenta la Ley parece ser que el pueblo no tenía idea de las referidas leyes, ni tampoco conocía la "fiesta de los tabernáculos" o "las cabañas":



Y el sacerdote Esdras trajo la ley delante de la congregación, así de hombres como de mujeres y de todos los que podían entender, el primer día del mes séptimo.
Y leyó en el libro delante de la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de todos los que podían entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley.
14 Y hallaron escrito en la ley que Jehová había mandado por mano de Moisés, que habitasen los hijos de Israel en tabernáculos en la fiesta solemne del mes séptimo;
15 y que hiciesen saber, y pasar pregón por todas sus ciudades y por Jerusalén, diciendo: Salid al monte, y traed ramas de olivo, de olivo silvestre, de arrayán, de palmeras y de todo árbol frondoso, para hacer tabernáculos, como está escrito.
16 Salió, pues, el pueblo, y trajeron ramas e hicieron tabernáculos, cada uno sobre su terrado, en sus patios, en los patios de la casa de Dios, en la plaza de la puerta de las Aguas, y en la plaza de la puerta de Efraín.
17 Y toda la congregación que volvió de la cautividad hizo tabernáculos, y en tabernáculos habitó; porque desde los días de Josué hijo de Nun hasta aquel día, no habían hecho así los hijos de Israel. Y hubo alegría muy grande.
18 Y leyó Esdras en el libro de la ley de Dios cada día, desde el primer día hasta el último; e hicieron la fiesta solemne por siete días, y el octavo día fue de solemne asamblea, según el rito. - Nehemías 8

Notamos como Esdras presenta la Ley como un verdadero estreno, y llama la atención que ni por tradición oral supieran de la fiesta de los tabernáculos desde los días de Josué, cuando la crónica de los días de Salomón sí señala esa fiesta:

"En los años sabáticos se leía la Ley a todo el pueblo durante la fiesta. (Dt 31:10-13.) La primera de las veinticuatro divisiones sacerdotales establecidas por David debió comenzar a servir en el templo después de la fiesta de las cabañas, puesto que el templo de Salomón se inauguró para el tiempo de esta fiesta en 1027 a. E.C. (1Re 6:37, 38; 1Cr 24:1-18; 2Cr 5:3; 7:7-10.)"- Perspicacia

Lo anterior es evidencia de lo que ocurrió realmente cuando Esdras presenta las Leyes que atribuye a Moisés, pero posteriormente por error en la crónica de Salomón incluyen la citada fiesta.

Conclusiones
Siempre me ha intrigado el hecho de que las comunicaciones celestiales sean interrumpidas precisamente en los libros de Esdras, Nehemías y Ester, escritos en las fechas contemporáneas del mismo Esdras. A pesar de que dichos libros recogen oraciones a Dios, en ningún momento existe una manifestación sobrenatural de Dios ni vemos a Jehová hablando, tal como aparece en los libros del Pentateuco. Es como si justamente en esa época no existiesen dichos diálogos con la Divinidad, pero que sin embargo son recogidos y presentados en las estrenadas compilaciones del Génesis y los otros libros a un pueblo un poco iletrado:


Y el sacerdote Esdras trajo la ley delante de la congregación, así de hombres como de mujeres y de todos los que podían entender, el primer día del mes séptimo. - Nehemías 8
  
Todo indica que Esdras se basó en los citados libros "El libro de las Guerras de Jehová", "El libro de Jasar", "El libro de los asuntos de los días de los reyes de Israel"  y "El libro de los asuntos de los tiempos de los reyes de Judá" y "El libro de los asuntos de Salomón" para crear las obras conocidas como el Génesis y el resto de los primeros libros de la Biblia.

Y me da la impresión que no había ningún interés en atribuir toda esa literatura compilada a Moisés, Josué y otros. Más bien, parece ser un esfuerzo posterior de los rabinos cuando se hizo la traducción al griego, y finalmente bajo el mando de la Iglesia Católica se sacralizó definitivamente como "Palabra de Dios" a la actual Biblia.

Dichos libros contenían una mezcla de historia seglar verdadera con la llamada historia épica o sagrada, relatos de manifestaciones sobrenaturales de la Deidad, diálogos con Yaveh y una serie de hechos considerados como milagrosos, aunque algunos de los cuales si existieron como desastres naturales, tal como es el caso del Diluvio y Sodoma y Gomorra. Algo similar ocurre con algunas religiones modernas cuando intentan "ver" inspecciones celestiales de Jesús en fechas modernas haciéndolas encajar con sucesos históricos.


En mi opinión, no le resta valor a la llamada Escritura Sagrada el que algunos hechos sean incluso alegóricos. ¿Acaso la Parábola del Buen Samaritano de Jesús pierde valor por ser una ilustración?


Ciertamente la mayoría de los personajes del Antiguo Testamento si existieron y fueron muy reales, pero sus acciones fueron mucho más humanas y menos sobrenaturales de lo que la épica de Esdras incluyó en esos relatos.


 Esdras quería levantar la moral de un pueblo que había perdido su identidad nacional tras el destierro y era menester reagrupar a los israelitas como pueblo escogido, como una nación con apoyo sobrenatural y sagrada en su historia pasada, y que debía obedecer la Ley de forma incondicional para evitar repetir su tragedia nacional.