"Mas ustedes, no sean llamados Rabí, porque uno solo es su maestro, mientras que todos ustedes son hermanos. Además, no llamen padre de ustedes a nadie sobre la tierra, porque uno solo es su Padre, el Celestial. " - Mateo 23:8,9.
Aquí notamos el gran mensaje dual de la Paternidad de Dios y la Hermandad entre los hombres. Jesús de Nazaret recalcó en sus enseñanzas que todos somos hermanos. Y las cartas apostólicas dieron énfasis a esa expresión. Pero lo hacían de una forma sumamente espontánea y natural. Al respecto el ensayista Esteban Lopez escribió:
Cuando leemos Hechos y las cartas apostólicas observamos una expresión que aparece de tanto en tanto: “los hermanos.” Parece que la relación existente entre los primeros discípulos de Jesús era la que él mismo les animó a que tuvieran: “uno solo es vuestro maestro, mientras que todos vosotros sois hermanos.”
Compartían fe y esperanza pero también se ayudaban en amor. La expresión ‘hermano’ no era simplemente una etiqueta artificial. Era sincera. Se sentía y se vivía. De nada vale que se llame ‘hermano’ a alguien si el que habla no es el corazón. Un hermano es el que está ahí todo el tiempo, incluso cuando presiona la tribulación, pues es el que busca tu bien y es una ayuda en todo tiempo.
Usar la palabra ‘hermano’ por simplemente pertenecer a la misma institución puede convertirse en un anacronismo artificial si tras ello no hay verdad ni sinceridad. Sería como usar la expresión ‘camarada’ en la Rusia de Stalin, pero que se desvanecía ante la mínima diferencia de opinión. La uniformidad doctrinaria no hace más ‘hermanos’ a los hombres. Es la solidaridad práctica y el procurarse el bien mutuo.
Pablo de Tarso entendió muy bien el espíritu de Jesús de Nazaret cuando en Romanos 12:10 escribe: (interesante ver cómo se vierte en distintas traducciones)
“Ámense cordialmente con amor fraterno, estimando a los otros como más dignos.” Biblia de Jerusalén
“Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.” Valera
“Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente.” Nueva Versión Internacional.
“Ámense unos a otros como hermanos, y respétense siempre.” Biblia en lenguaje sencillo
“Sed afectuosos unos con otros con amor fraternal; con honra, dáos preferencia unos a otros.” Biblia de las Américas
“En amor fraternal ténganse tierno cariño unos a otros. En cuanto a mostrarse honra unos a otros, lleven la delantera.” Traducción del Nuevo Mundo
Lo que prevalece aquí es la honra que deberían darse unos a otros fruto de un amor sincero. La razón era bien obvia: todos habían aceptado a Jesús, mantenían la misma esperanza y de un modo u otro sufrían por esa fe. Solo era de esperar que ‘llevaran la delantera’ en honrarse unos a otros. Fuera deberían quedar las descalificaciones personales, la asignación de malos motivos y las agrias disputas teológicas. De momento todos veían como a través de un espejo de metal, pero sabían que llegaría el momento en que podrían ver cara a cara. Hasta entonces, solo habrían de permanecer la fe, la esperanza y el amor. Eran de verdad hermanos, solo cuando se ayudaran solidariamente unos a otros y se mostraran con cariño la honra debida.
“Mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios y la ponen en práctica.” Jesús de Nazaret, en Lucas 8:21, NVI
“Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.” Pablo de Tarso, en Romanos 8:29, NVI
Comparto sumamente la opinión de Esteba Lopez. Ahora bien, notemos algo interesante. Miremos como Pablo se despide y envía saludos:
21 Timoteo mi colaborador los saluda, y también Lucio y Jasón y Sosípatro mis parientes. 22 Yo, Tercio, que he escrito esta carta, los saludo en [el] Señor 23 Gayo, mi hospedador y el de toda la congregación, los saluda. - Romanos 16:21-23
19 Da mis saludos a Prisca y a Áquila y a la casa de Onesíforo. 20 Erasto se quedó en Corinto, pero a Trófimo lo dejé enfermo en Mileto. 21 Haz lo sumo posible por llegar antes del invierno. - 2 Timoteo 4:19-21
12 Cuando te envíe a Ártemas o a Tíquico, haz lo sumo posible por venir a mí en Nicópolis, porque es allí donde he decidido invernar. 13 Cuidadosamente suministra lo de su viaje a Zenas, que está versado en la Ley, y a Apolos, para que no les falte nada. - Tito 3:12,13
23 Te envía saludos Epafras, mi compañero en cautiverio en unión con Cristo, 24 [también] Marcos, Aristarco, Demas, Lucas, mis colaboradores. - Filemón 23,24
Notamos como Pablo cuando se refiere a los individuos en su cartas no dice "el hermano Timoteo los saluda", "el hermano Gayo los saluda", "saluden a la hermana Prisca y al hermano Áquila", "el hermano Trófimo", "el hermano Tíquico", "el hermano Apolos", "el hermano Lucas", etc.
Pablo jamás usa la expresión hermano como etiqueta antes del nombre al dirigirse a los individuos cristianos. No había ninguna formalidad en las expresiones de las cartas inspiradas.
Pablo de Tarso entendió muy bien el espíritu de Jesús de Nazaret cuando en Romanos 12:10 escribe: (interesante ver cómo se vierte en distintas traducciones)
“Ámense cordialmente con amor fraterno, estimando a los otros como más dignos.” Biblia de Jerusalén
“Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.” Valera
“Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente.” Nueva Versión Internacional.
“Ámense unos a otros como hermanos, y respétense siempre.” Biblia en lenguaje sencillo
“Sed afectuosos unos con otros con amor fraternal; con honra, dáos preferencia unos a otros.” Biblia de las Américas
“En amor fraternal ténganse tierno cariño unos a otros. En cuanto a mostrarse honra unos a otros, lleven la delantera.” Traducción del Nuevo Mundo
Lo que prevalece aquí es la honra que deberían darse unos a otros fruto de un amor sincero. La razón era bien obvia: todos habían aceptado a Jesús, mantenían la misma esperanza y de un modo u otro sufrían por esa fe. Solo era de esperar que ‘llevaran la delantera’ en honrarse unos a otros. Fuera deberían quedar las descalificaciones personales, la asignación de malos motivos y las agrias disputas teológicas. De momento todos veían como a través de un espejo de metal, pero sabían que llegaría el momento en que podrían ver cara a cara. Hasta entonces, solo habrían de permanecer la fe, la esperanza y el amor. Eran de verdad hermanos, solo cuando se ayudaran solidariamente unos a otros y se mostraran con cariño la honra debida.
“Mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios y la ponen en práctica.” Jesús de Nazaret, en Lucas 8:21, NVI
“Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.” Pablo de Tarso, en Romanos 8:29, NVI
Comparto sumamente la opinión de Esteba Lopez. Ahora bien, notemos algo interesante. Miremos como Pablo se despide y envía saludos:
21 Timoteo mi colaborador los saluda, y también Lucio y Jasón y Sosípatro mis parientes. 22 Yo, Tercio, que he escrito esta carta, los saludo en [el] Señor 23 Gayo, mi hospedador y el de toda la congregación, los saluda. - Romanos 16:21-23
19 Da mis saludos a Prisca y a Áquila y a la casa de Onesíforo. 20 Erasto se quedó en Corinto, pero a Trófimo lo dejé enfermo en Mileto. 21 Haz lo sumo posible por llegar antes del invierno. - 2 Timoteo 4:19-21
12 Cuando te envíe a Ártemas o a Tíquico, haz lo sumo posible por venir a mí en Nicópolis, porque es allí donde he decidido invernar. 13 Cuidadosamente suministra lo de su viaje a Zenas, que está versado en la Ley, y a Apolos, para que no les falte nada. - Tito 3:12,13
23 Te envía saludos Epafras, mi compañero en cautiverio en unión con Cristo, 24 [también] Marcos, Aristarco, Demas, Lucas, mis colaboradores. - Filemón 23,24
Notamos como Pablo cuando se refiere a los individuos en su cartas no dice "el hermano Timoteo los saluda", "el hermano Gayo los saluda", "saluden a la hermana Prisca y al hermano Áquila", "el hermano Trófimo", "el hermano Tíquico", "el hermano Apolos", "el hermano Lucas", etc.
Pablo jamás usa la expresión hermano como etiqueta antes del nombre al dirigirse a los individuos cristianos. No había ninguna formalidad en las expresiones de las cartas inspiradas.
Hoy en las Iglesias y Congregaciones modernas es casi impensado dirigirse desde el púlpito o una plataforma a los presentes sin usar la calificación formal de "hermano José, Felipe, etc". Pablo más bien a los individuos se refería simplemente con su "nombre de pila" como José y nada más. Se entendía que el vínculo de hermano era expresado en el amor fraternal hacia la persona por acciones y otras expresiones de cariño, y no por el uso y abuso mecánico llevado a la formalidad carente de sentido de llamarle "hermano José". Notamos como el uso y abuso repetitivo de ciertas palabras las transforma en una especie de mantras carentes de todo sentido. Diferente era el caso cuando Pablo se dirigía a varios miembros:
"Por su parte, hermanos, no desistan de hacer lo correcto". - 2 Tes. 3:13
"Eubulo te envía sus saludos, y [lo mismo] Pudente y Lino y Claudia y todos los hermanos" - 2 Tim. 4:20
Notamos como Pablo a los individuos se dirige por su nombre directo, pero evidentemente al resto de la congregación en plural sí se dirige como hermanos destacando que son parte de una fraternidad.
Al respecto me gustaría hacer una reflexión en la que muchos no caen en la cuenta. Me parece sumamente interesante que en la actualidad no se medite en lo implícito que significaría utilizar frecuentemente incluso la expresión "hermano" usada por las Iglesias, aunque ésto signifique casi una etiqueta formal automática inconsciente.
Por ejemplo, si en los testigos de Jehová el hecho de llamar "hermano" en sentido espiritual a sus pares (por que ellos aceptan que éste término si es espiritual), eso implica reconocer de alguna forma que cada testigo tiene a un Dios como Padre en sentido espiritual, siendo todos los testigos "Hijos de Dios" en aspecto espiritual. Objetar a esto (según la doctrina W.T la mayoría de los testigos no son hijos espirituales de Dios) provoca la contradicción de que entonces no debería ser usarse la expresión "hermano", ya que hermano y Padre están indisolublemente vinculados:
"Mas ustedes, no sean llamados Rabí, porque uno solo es su maestro, mientras que todos ustedes son hermanos. Además, no llamen padre de ustedes a nadie sobre la tierra, porque uno solo es su Padre, el Celestial. " - Mateo 23:8,9.
Concluimos entonces que en el primer siglo el ser "hermano" era más bien cuestión del vínculo expresado en el amor fraternal hacia la persona por acciones reales y otras expresiones de cariño, y no por el uso mecánico llevado a la formalidad carente de sentido de llamarle simplemente "hermano...."
Sobre la ropa formal
En las épocas bíblicas y en el siglo I no hay evidencia contundente que explique que los cristianos usaban una ropa de "traje" o "formal" para sus reuniones cristianas. Parece evidente que Jesús y sus seguidores tenían un ropaje cotidiano con el cual estaban en todas las circunstancias. Esto indicaba una clara diferencia con el sentido ceremonial de túnicas blancas y turbantes que exigía la Ley para el sacerdocio hebreo.
Más que la definición de utilizar un traje o atuendo diferente para una circunstancia religiosa, la Biblia declara que el asunto debe centrarse en la diferenciación natural y sencilla entre hombre y mujer:
No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que hace esto. - Deut. 22:5
y la modestia al vestirse enfocando las cualidades espirituales como verdadero "vestido":
"Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad" - 1 Timoteo 2:9,10
La sencillez de la "ropa decorosa" no implica necesariamente vestir diferente o de traje a un vestido cotidiano del cristiano, el cual implica que en toda ocasión siempre deba existir decoro. Es interesante al respecto comparar la T.N.M con otras traducciones:
"Igualmente deseo que las mujeres se adornen en vestido bien arreglado, con modestia y buen juicio, no con estilos de cabellos trenzados y oro o perlas o traje muy costoso, sino como es propio de mujeres que profesan reverenciar a Dios, a saber, mediante buenas obras" - 1 Timoteo 2:9,10 Traducción del Nuevo Mundo
"Asimismo, que las mujeres se vistan con ropa decorosa, con pudor y modestia, no con peinado ostentoso, no con oro, o perlas, o vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a las mujeres que profesan la piedad" - 1 Timoteo 2:9,10 Biblia de las Américas
"Asimismo también, que las mujeres se adornen con atavío decoroso, con vergüenza y modestia; no con cabellos encrespados, u oro, o perlas, o vestidos costosos" - 1 Timoteo 2:9 Reina Valera Gómez
"Asimismo también las mujeres, ataviándose en hábito honesto, con vergüenza y modestia; no con cabellos encrespados, u oro, ó perlas, ó vestidos costosos". - Reina Valera 1909
"Asimismo también las mujeres, ataviándose de manera honesta, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, u oro, o perlas, o vestidos costosos". - Biblia del Jubileo 2000
Notamos que solo la Traducción del Nuevo Mundo incorpora la expresión "bien arreglado" lo cual podría generar la interpretación que el atuendo cristiano debe ser similar al que llevamos para una ocasión formal. No obstante, todas las otras traducciones en vez de utilizar esa expresión armonizan con el contexto del resto del texto y destacan la expresión: "decoroso" y "honesto" # en vez de "bien arreglado". Las dos primeras expresiones implican una cualidad aplicable a escoger en cualquier ropa que llevemos sin importar si sea formal o no, pero la frase "bien arreglado" # genera la idea de que el atavío cristiano tendría que ser diferente al de otras circunstancias.
Sobre la ropa formal
Vestido equilibrado y modesto |
En las épocas bíblicas y en el siglo I no hay evidencia contundente que explique que los cristianos usaban una ropa de "traje" o "formal" para sus reuniones cristianas. Parece evidente que Jesús y sus seguidores tenían un ropaje cotidiano con el cual estaban en todas las circunstancias. Esto indicaba una clara diferencia con el sentido ceremonial de túnicas blancas y turbantes que exigía la Ley para el sacerdocio hebreo.
Más que la definición de utilizar un traje o atuendo diferente para una circunstancia religiosa, la Biblia declara que el asunto debe centrarse en la diferenciación natural y sencilla entre hombre y mujer:
No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que hace esto. - Deut. 22:5
y la modestia al vestirse enfocando las cualidades espirituales como verdadero "vestido":
"Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad" - 1 Timoteo 2:9,10
La sencillez de la "ropa decorosa" no implica necesariamente vestir diferente o de traje a un vestido cotidiano del cristiano, el cual implica que en toda ocasión siempre deba existir decoro. Es interesante al respecto comparar la T.N.M con otras traducciones:
"Igualmente deseo que las mujeres se adornen en vestido bien arreglado, con modestia y buen juicio, no con estilos de cabellos trenzados y oro o perlas o traje muy costoso, sino como es propio de mujeres que profesan reverenciar a Dios, a saber, mediante buenas obras" - 1 Timoteo 2:9,10 Traducción del Nuevo Mundo
"Asimismo, que las mujeres se vistan con ropa decorosa, con pudor y modestia, no con peinado ostentoso, no con oro, o perlas, o vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a las mujeres que profesan la piedad" - 1 Timoteo 2:9,10 Biblia de las Américas
"Asimismo también, que las mujeres se adornen con atavío decoroso, con vergüenza y modestia; no con cabellos encrespados, u oro, o perlas, o vestidos costosos" - 1 Timoteo 2:9 Reina Valera Gómez
"Asimismo también las mujeres, ataviándose en hábito honesto, con vergüenza y modestia; no con cabellos encrespados, u oro, ó perlas, ó vestidos costosos". - Reina Valera 1909
"Asimismo también las mujeres, ataviándose de manera honesta, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, u oro, o perlas, o vestidos costosos". - Biblia del Jubileo 2000
Notamos que solo la Traducción del Nuevo Mundo incorpora la expresión "bien arreglado" lo cual podría generar la interpretación que el atuendo cristiano debe ser similar al que llevamos para una ocasión formal. No obstante, todas las otras traducciones en vez de utilizar esa expresión armonizan con el contexto del resto del texto y destacan la expresión: "decoroso" y "honesto" # en vez de "bien arreglado". Las dos primeras expresiones implican una cualidad aplicable a escoger en cualquier ropa que llevemos sin importar si sea formal o no, pero la frase "bien arreglado" # genera la idea de que el atavío cristiano tendría que ser diferente al de otras circunstancias.
# Nota:
"Decoroso" significa: "digno, respetable, decente, honesto,
pudoroso, puro, recatado". "Honesto" quiere decir:
"honrado, íntegro, recto, justo, irreprochable, intachable, cabal, leal,
probo, cumplidor, austero, desprendido, desinteresado". En cambio,
"arreglado" da énfasis en el decoro material porque significa: "adornado,
acicalado, aderezado, compuesto, dispuesto, ordenado".
De hecho, el mismo contexto resuelve el asunto y parece prevenir la utilización de un traje costoso que visualmente y culturalmente haría una diferencia:
"no con estilos de cabellos trenzados y oro o perlas o traje muy costoso", "vestidos costosos". Un traje así, habría marcado de alguna forma una diferenciación social resaltadora en las comunidades cristianas. Por lo tanto, es evidente que se les animaba a vestirse como sus atuendos cotidianos, guardando evidentemente el decoro y la honestidad. Siendo sinceros, en la actualidad el vestirse de traje y corbata es asociado generalmente con la vestimenta de un abogado, ejecutivo de negocios, o quién asiste a una graduación o boda. Lo cierto es que esta ropa marca una diferenciación de actividad social. No en vano hay quiénes han preguntado con ironía si los evangélicos o testigos son personas adineradas, puesto que aquello marca una diferencia o distancia con el resto de los vecinos, haciendo que la gente incrédula ponga la mente más en la apariencia que en el mensaje. Esto es evidente, por ejemplo, en el caso de los misioneros mormones y su "uniforme". Claramente quiénes ya están acostumbrados en esa actividad, no tienen esa impresión por la costumbre, pero aquellos que no pertenecen al "círculo" les llama la atención.
Utilizar un traje o vestido especial para diferenciar una actividad sagrada de otra profana es lo que a veces provoca la hipocresía religiosa, la doble vida de los llamados "cristianos" en los cuales algunos suelen irse al extremo de usar en su vida informal (cuando no van a sus reuniones) ropa extremadamente vulgar, desaliñada, ceñida al cuerpo o atrevida. El problema paradojalmente lo crea la misma "regla" de ir "bien vestidos a reunión".
”¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas!, porque se asemejan a sepulcros blanqueados, que por fuera realmente parecen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda suerte de inmundicia. Así ustedes, también, por fuera realmente parecen justos a los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de desafuero". - Mateo 23:27,28
"Todas las obras que hacen, las hacen para ser vistos por los hombres; porque ensanchan las cajitas [que contienen escrituras] que llevan puestas como resguardos, y agrandan los flecos [de sus prendas de vestir]". - Mateo 23:5
"Y Jehová dice: “Por la razón de que las hijas de Sión se han hecho altivas y andan con la garganta estirada y dando miradas provocativas con los ojos, van andando con pasos menudos y ágiles, y con los pies hacen un sonido de retintín. (...) los vestidos de ceremonia y las sobretúnicas y las capas y las bolsas, y los espejos de mano y las prendas de vestir interiores y los turbantes y los velos grandes" - Isaías 3:16,22,23
"Y que su adorno no sea el de trenzados externos del cabello ni el de ponerse ornamentos de oro ni el uso de prendas de vestir exteriores, sino que sea la persona secreta del corazón en la [vestidura] incorruptible del espíritu quieto y apacible, que es de gran valor a los ojos de Dios. Porque así, también, se adornaban en otros tiempos las mujeres santas que esperaban en Dios, sujetándose a sus propios esposos" - 1 Pedro 3:3-5
Es interesante al respecto que una de las "prendas de vestir exteriores" era la sto‧lḗ (estola), a la que hacen referencia las Escrituras Griegas Cristianas, y era un traje de aire digno que llegaba hasta los pies. Jesús criticó a los escribas porque les gustaba llevar este tipo de traje en las plazas públicas para atraer la atención e impresionar a la gente con su importancia. (Lu 20:46.) Con este tipo de ropa, “la mejor”, se vistió al hijo pródigo a su regreso (Lu 15:22.) en una fiesta de recepción.
El uso de traje y corbata entonces obedece más bien a un asunto externo cultural que no debería imponerse sobre un culto religioso, de la misma forma como el uso de la barba en los varones ha sufrido las modificaciones en torno a los vaivenes de las épocas y no por indicación bíblica. Entendemos que la religión y espiritualidad no debería estar sometido al imperativo cultural de las modas y épocas.
La religión verdadera de Jesús abarca todo aspecto de la vida, y no solo ciertas horas o circunstancias. El consejo bíblico sobre la vestimenta es claro. Tanto la formalidad similar a un traje especial debe evitarse (en las actividades comunitarias de la fe como reuniones y predicación), como también el otro extremo de la ropa sensual o extremadamente informal (que igualmente debería evitarse en las actividades comunitarias de la fe como reuniones y predicación).
La clave para discernir es que un auténtico cristiano evita centrar la atención en su persona, ya sea al vestir formalmente causando una impresión de diferencia en su apariencia más que en sus cualidades internas, como también evita centrar la atención en su persona al vestirse con desaliño o sensualidad. Una vestidura modesta y equilibrada como la que aparece en las fotografías de éstas reuniones cristianas en los hogares, parece ser la forma más ajustada a lo que nos transmite el cristianismo sencillo y trascendental de Jesús.
De hecho, el mismo contexto resuelve el asunto y parece prevenir la utilización de un traje costoso que visualmente y culturalmente haría una diferencia:
"no con estilos de cabellos trenzados y oro o perlas o traje muy costoso", "vestidos costosos". Un traje así, habría marcado de alguna forma una diferenciación social resaltadora en las comunidades cristianas. Por lo tanto, es evidente que se les animaba a vestirse como sus atuendos cotidianos, guardando evidentemente el decoro y la honestidad. Siendo sinceros, en la actualidad el vestirse de traje y corbata es asociado generalmente con la vestimenta de un abogado, ejecutivo de negocios, o quién asiste a una graduación o boda. Lo cierto es que esta ropa marca una diferenciación de actividad social. No en vano hay quiénes han preguntado con ironía si los evangélicos o testigos son personas adineradas, puesto que aquello marca una diferencia o distancia con el resto de los vecinos, haciendo que la gente incrédula ponga la mente más en la apariencia que en el mensaje. Esto es evidente, por ejemplo, en el caso de los misioneros mormones y su "uniforme". Claramente quiénes ya están acostumbrados en esa actividad, no tienen esa impresión por la costumbre, pero aquellos que no pertenecen al "círculo" les llama la atención.
Vestidos cotidianos y apropiados de los cristianos primitivos |
Utilizar un traje o vestido especial para diferenciar una actividad sagrada de otra profana es lo que a veces provoca la hipocresía religiosa, la doble vida de los llamados "cristianos" en los cuales algunos suelen irse al extremo de usar en su vida informal (cuando no van a sus reuniones) ropa extremadamente vulgar, desaliñada, ceñida al cuerpo o atrevida. El problema paradojalmente lo crea la misma "regla" de ir "bien vestidos a reunión".
”¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas!, porque se asemejan a sepulcros blanqueados, que por fuera realmente parecen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda suerte de inmundicia. Así ustedes, también, por fuera realmente parecen justos a los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de desafuero". - Mateo 23:27,28
"Todas las obras que hacen, las hacen para ser vistos por los hombres; porque ensanchan las cajitas [que contienen escrituras] que llevan puestas como resguardos, y agrandan los flecos [de sus prendas de vestir]". - Mateo 23:5
"Y Jehová dice: “Por la razón de que las hijas de Sión se han hecho altivas y andan con la garganta estirada y dando miradas provocativas con los ojos, van andando con pasos menudos y ágiles, y con los pies hacen un sonido de retintín. (...) los vestidos de ceremonia y las sobretúnicas y las capas y las bolsas, y los espejos de mano y las prendas de vestir interiores y los turbantes y los velos grandes" - Isaías 3:16,22,23
"Y que su adorno no sea el de trenzados externos del cabello ni el de ponerse ornamentos de oro ni el uso de prendas de vestir exteriores, sino que sea la persona secreta del corazón en la [vestidura] incorruptible del espíritu quieto y apacible, que es de gran valor a los ojos de Dios. Porque así, también, se adornaban en otros tiempos las mujeres santas que esperaban en Dios, sujetándose a sus propios esposos" - 1 Pedro 3:3-5
Es interesante al respecto que una de las "prendas de vestir exteriores" era la sto‧lḗ (estola), a la que hacen referencia las Escrituras Griegas Cristianas, y era un traje de aire digno que llegaba hasta los pies. Jesús criticó a los escribas porque les gustaba llevar este tipo de traje en las plazas públicas para atraer la atención e impresionar a la gente con su importancia. (Lu 20:46.) Con este tipo de ropa, “la mejor”, se vistió al hijo pródigo a su regreso (Lu 15:22.) en una fiesta de recepción.
Vestimenta equilibrada para todo aspecto de la vida y las reuniones cristianas |
La religión verdadera de Jesús abarca todo aspecto de la vida, y no solo ciertas horas o circunstancias. El consejo bíblico sobre la vestimenta es claro. Tanto la formalidad similar a un traje especial debe evitarse (en las actividades comunitarias de la fe como reuniones y predicación), como también el otro extremo de la ropa sensual o extremadamente informal (que igualmente debería evitarse en las actividades comunitarias de la fe como reuniones y predicación).
La clave para discernir es que un auténtico cristiano evita centrar la atención en su persona, ya sea al vestir formalmente causando una impresión de diferencia en su apariencia más que en sus cualidades internas, como también evita centrar la atención en su persona al vestirse con desaliño o sensualidad. Una vestidura modesta y equilibrada como la que aparece en las fotografías de éstas reuniones cristianas en los hogares, parece ser la forma más ajustada a lo que nos transmite el cristianismo sencillo y trascendental de Jesús.