(603.3) 53:3.2 1. La
realidad del Padre Universal. Lucifer alegaba que el Padre Universal en
realidad no existía, que la gravedad física y la energía espacial eran inherentes
al universo, y que el Padre era un mito inventado por los Hijos Paradisiacos
con el objeto de retener el gobierno de los universos en el nombre del Padre.
Negó que la personalidad fuera un don del Padre Universal. Aun sugirió que los
finalistas estaban en confabulación con los Hijos Paradisiacos para imponer el
fraude sobre toda la creación, puesto que nunca volvían trayendo una idea muy
clara de la personalidad auténtica del Padre tal como se la discierne en el
Paraíso. Confundió reverencia por ignorancia. La acusación era enorme,
terrible, y blasfema. Fue este ataque velado contra los finalistas el que sin
duda influyó sobre los ciudadanos ascendentes por entonces en Jerusem para que
éstos permanecieran firmes y se mantuvieran constantes en su resistencia a
todas las propuestas rebeldes.
En una oportunidad los
miembros del Foro que recibieron los Documentos comentaron que los Seres
Intermedios estaban preocupados por la idea del avance del comunismo ateo. Esto
tendría sentido en vista que la enseñanza del ateísmo tendría un remoto origen
en el mismo Lucifer.
Pero no solo el ateísmo reflejaría esto sino el agnosticismo, la magia y el panteísmo del new age que habla de una “fuerza” que es
carente de personalidad e individualidad pero que se manifiesta en toda la naturaleza. Lucifer alegaba que “la gravedad
física y la energía espacial eran inherentes al universo” y negó “que la
personalidad fuera un don del Padre Universal”.
(603.6) 53:3.5 Mantenía que la inmortalidad era inherente en
las personalidades del sistema, que la resurrección era natural y automática, y
que todos los seres vivirían eternamente salvo cuando se lo impidiesen acciones
arbitrarias e injustas de los ejecutantes de los Ancianos de los Días.
(604.3) 53:4.1 El
manifiesto de Lucifer fue emitido en el cónclave anual de Satania en el mar de
cristal, en presencia de las huestes reunidas de Jerusem, el último día del
año, alrededor de doscientos mil años atrás, tiempo de Urantia. Satanás
proclamó que se podrían adorar las fuerzas universales —físicas, intelectuales
y espirituales— pero que tan sólo se podrá tener lealtad al gobernante presente
y actual, Lucifer, el «amigo de los hombres y de los ángeles» y el «Dios de la
libertad».
Notamos aquí el remoto
origen de algunas doctrinas que han goteado desde los cielos a la Tierra en las
ideas de la inmortalidad inherente del alma, de la adoración de la naturaleza,
tan común en las religiones mágicas y de la nueva era, y la historia del Titan Prometeo, aquel ser que se vuelve el amigo de los hombres al llevar el fuego
del conocimiento y libertad a los humanos (venerado por los Masones).
A propósito, una de las
representaciones simbólicas de Lucifer es la de un ser con cabeza de macho
cabrio, lo cual para la mente de los primitivos era una adaptación de la
veneración de las fuerzas naturales, pasionales y animales. Para ello, la
cabeza animal (tan común en muchos pueblos antiguos) implica que las acciones
son tomadas con la fuerza del impulso nativo animal (la exaltación de la parte animal evolutiva no dominada que debía ser aceptada y liberada por el luciferista). Pero esto es un error, ya
que la naturaleza no es perfecta y no debe ser adorada ni colocada en la posición
equivalente a la Deidad:
(57.3) 4:2.6 La
naturaleza, en vuestro mundo, es una cualificación de las leyes de la
perfección por los planes evolutivos del universo local. ¡Qué farsa adorar la
naturaleza porque en un sentido limitado, cualificado, está penetrada por Dios;
por ser una fase del poder universal y por lo tanto divino! La naturaleza
también es una manifestación inconclusa e incompleta de las elaboraciones
imperfectas del desarrollo, crecimiento y progreso de un experimento universal
de evolución cósmica.
(57.5) 4:2.8 No, la naturaleza no es Dios. La naturaleza
no es objeto de adoración.
(57.2) 4:2.5 Dios no está
personalmente presente en la naturaleza ni en cualesquiera de las fuerzas de la
naturaleza, porque el fenómeno de la naturaleza es la sobreimposición de las
imperfecciones de la evolución progresiva y, a veces, de las consecuencias de
rebeliones insurreccionales sobre los cimientos paradisiacos de la ley
universal de Dios. Tal como aparece en un mundo como Urantia, la naturaleza no
puede ser nunca la expresión adecuada ni la representación verdadera ni el fiel
retrato de un Dios omnisapiente e infinito.
Sin embargo, Lucifer
pretendía deificar a la naturaleza, puesto que él negaba la personalidad del
Padre Universal y lo colocaba en el plano de una fuerza mística. “Satanás
proclamó que se podrían adorar las fuerzas universales —físicas, intelectuales
y espirituales—”. Notamos que también se promovía la adoración del intelecto,
algo tan común en personas orgullosas, ya sea en el campo científico, secular e
incluso religioso.
(604.4) 53:4.2 Fue
atrevido y persistente en advocar la «igualdad de la mente» y «la hermandad de
la inteligencia».
(605.1) 53:4.4 Opinaba que
«el gobierno pertenece a las mayorías», que «la mente es infalible».
Pero la mente si es
falible, ya que ninguna mente a excepción del Padre Universal es verdaderamente
completa y perfecta. Pero esta auto adoración de la propia criatura, del propio
orgullo e inteligencia ha sido nefasta en el universo ya que las mentes son
falibles e incompletas. No disponen del cuadro enorme de la realidad universal.
Por esa razón, a menudo los paradigmas mentales religiosos o científicos solo están
basados en realidades parciales. La mente es imperfecta y evolutiva.
Cuando Lucifer inició esa
rebelión hace miles de años (200.000 años), sintió que tenía mucho tiempo para sembrar sus
ideas a sus anchas:
(605.2) 53:4.5 Todas las
demoras misericordiosas de la justicia, las señaló Lucifer como prueba de la
incapacidad de los Hijos Paradisiacos para detener la rebelión. Él desafiaba
abiertamente y en forma arrogante a Micael, a Emanuel, a los Ancianos de los
Días y luego señalaba el hecho de que no se había producido acción alguna, como
prueba positiva de la impotencia de los gobiernos universales y superuniversales.
El hecho de que el
conjunto de todas estas ideas estén tan arraigadas en la humanidad no se debe a
posesiones diabólicas, sino al goteo de estas enseñanzas que libremente han
circulado por decenas de miles de años desde el cielo a la tierra, a diferencia
del mensaje crístico que tan solo lleva dos mil años con una distorsionada
publicidad.
(605.4) 53:4.7 Se
le permitió a Lucifer establecer completamente y organizar totalmente su
gobierno rebelde, antes de que Gabriel hiciera esfuerzo alguno por disputar su
derecho a la secesión ni por contrarrestar la propaganda rebelde. Pero los
Padres de la Constelación inmediatamente confinaron la acción de estas
personalidades desleales al sistema de Satania. Sin embargo, esta demora fue un
período de gran prueba y comprueba para los seres leales de toda Satania.
Durante varios años todo fue caótico, y hubo gran confusión en los mundos de
estancia.
(605.3) 53:4.6 Gabriel
estaba presente personalmente a lo largo de todos estos procedimientos
desleales y tan sólo anunció que él, a su debido tiempo, hablaría por Micael, y
que todos los seres tendrían libertad y no serían molestados en su elección;
que el «gobierno de los Hijos en nombre del Padre tan sólo deseaba lealtad y
devoción voluntarias, sinceras y a prueba de sofismas».
En el Anfiteatro Celestial |
(606.2) 53:5.6 «Había
guerra en los cielos; el comandante de Micael y sus ángeles lucharon contra el
dragón (Lucifer, Satanás y los príncipes apóstatas); y el dragón y sus ángeles
rebeldes lucharon pero no prevalecieron». Esta «guerra en los cielos» no fue
una batalla física tal como se la puede concebir en Urantia. En los primeros
días de la lucha Lucifer permaneció continuamente en el anfiteatro planetario.
Gabriel condujo una exposición incesante de los sofismas rebeldes desde su sede
central situada en las cercanías. Las varias personalidades presentes en la
esfera que tuvieran duda en cuanto a su actitud se trasladaban de uno a otro
sitio, escuchando las disertaciones hasta llegar a una decisión final.
(606.3) 53:5.7 Pero esta guerra en los cielos fue muy terrible y muy real. Aunque no exhibía ninguna de las barbaridades tan características de la guerra física en los mundos inmaduros, este conflicto era mucho más mortífero; la vida material corre peligro en el combate material, pero la guerra en los cielos se peleó en términos de vida eterna.
(606.3) 53:5.7 Pero esta guerra en los cielos fue muy terrible y muy real. Aunque no exhibía ninguna de las barbaridades tan características de la guerra física en los mundos inmaduros, este conflicto era mucho más mortífero; la vida material corre peligro en el combate material, pero la guerra en los cielos se peleó en términos de vida eterna.
Las ideas luciferninas volvieron a hacer mella en las mentes humanas cuando hombres como Nietzsche habló del ideal inspirador del hombre. Este ideal no cree en las
cosas que prometen las religiones después de la muerte, él sólo cree en lo real
y en lo que puede ver. Este hombre se deja llevar por sus pasiones e
inteligencia. Para Nietzsche los valores tradicionales representados por el cristianismo
someten a las personas más débiles a una "moralidad esclava", el
"espíritu gregario", que no provocan en ellos más que un estado de
resignación y conformismo hacia todo lo que sucede a su alrededor. Para él,
esos valores tienen que desaparecer para que aparezcan otros nuevos que
representen su prototipo de hombre ideal, al que él mismo llamó Übermensch.
Y este filósofo está
vinculado como un inspirador de Hitler. Sus conceptos filosóficos eje predican
nociones tales como “la voluntad de poder”, el advenimiento del “superhombre” y
su célebre frase: “Dios ha muerto” prepara un terreno ideal para la eclosión de
“hombres fuertes y crueles”.
Y sabemos como estas ideas se adaptaron en los humanos como guerras terribles y crueles. En un mundo atrasado y primitivo era inevitable que las ideas de Lucifer se implementaran de forma nefasta y terrible como guerras literales.
El colocar a la humanidad en una posición tan precaria, ha sido condenado en el universo porque solo ha causado caos y un mayor retraso.
Y sabemos como estas ideas se adaptaron en los humanos como guerras terribles y crueles. En un mundo atrasado y primitivo era inevitable que las ideas de Lucifer se implementaran de forma nefasta y terrible como guerras literales.
El colocar a la humanidad en una posición tan precaria, ha sido condenado en el universo porque solo ha causado caos y un mayor retraso.
(604.2) 53:3.7 Y fue con
una Declaración de Libertad de este tipo que Lucifer lanzó su orgía de
oscuridad y muerte.