miércoles, 18 de febrero de 2015

Nosotros somos los Fantasmas


Cada generación cree que ha alcanzado el pináculo del pensamiento, la ciencia y la sabiduría.

La larga Edad Media sumió al mundo en unas tinieblas religiosas muy pesadas. Luego la Época de las Luces y la Revolución Industrial provocó la aparición de hombres que se fueron al extremo del escepticismo  y el ateísmo. Esa fue una reacción viseral de una adolescencia humana deslumbrada por un materialismo incipiente.

Desde los años 60 del siglo XX los movimientos del New Age (Nueva Era) trataron de aparecer masivamente como la alternativa libre ante las religiones organizadas. Con su sincretismo de residuos del neopaganismo han capturado a muchos adherentes.

Sin embargo, ninguna de las tres vías anteriores ha demostrado crear una auténtica unidad mundial. Es más, dichas posiciones se han enquistado en bandos.

Para sorpresas de muchos creyentes en el New Age, los Documentos de Urantia no apoyan un renacer y sincretismo del gnosticismo, la magia o los cultos de misterio. Es más, hablan de los fundamentos del New Age como residuos de las antiguas eras de superstición.

 (972.7) 88:6.7 Gradualmente la ciencia está eliminando de la vida el elemento del juego de azar. Pero si los métodos modernos de educación fracasan, habrá una reversión casi inmediata a las creencias primitivas en la magia. Estas supersticiones aún habitan la mente de muchos pueblos así llamados civilizados. El idioma contiene muchos fósiles que atestiguan que la raza por mucho tiempo ha estado impregnada de la superstición mágica, palabras como hechizado, malaventurado, posesiones, inspiración, quitarle a uno el espíritu, ingenio, embelesador, estupefacto y asombrado. Los seres humanos inteligentes aún creen en la buena suerte, el mal de ojo y la astrología.

El peligro con las creencias mágicas: “si los métodos modernos de educación fracasan, habrá una reversión casi inmediata a las creencias primitivas en la magia”.  Esto sin duda nos causaría más atraso.

 Hablando de palabras, algunos lectores de la Revelación han transportado algunas de sus creencias personales, o terminología de algunas de sus ideas para intentar explicar ciertas expresiones de los Documentos

Por ejemplo, una página declara lo siguiente en torno a la expresión “cuerpos morontiales” que aparecen en los Documentos.

“Cuando los seres humanos fallecemos seguimos siendo seres pensantes con un nuevo cuerpo, un poco más sutil que la material

A este cuerpo sutil, más ligero que el material, se le llama moroncial. Y es posiblemente el cuerpo que mucha gente ha visto o fotografiado a un familiar o ser querido ya fallecido”.

“Otro caso de aparición de un ser humano etéreo fue el de mi sobrina que vio, cuando tenía unos 15 años, una silueta humana con pequeñas lucecitas en los perímetros y translúcida en su interior que se desplazaba hacia ella dentro de su habitación. Estas personas que cito son absolutamente normales, sin ninguna patología o hábitos negativos, que cuentan lo que vieron o fotografiaron. ¿Acaso son los cuerpos moronciales que alude el libro de Urantia?”

¿Cuerpos sutiles? ¿Cuerpos etéreos? Si los Reveladores hubiesen querido utilizar esa expresión como equivalente de “moroncial” lo habrían hecho, pero NO había equivalente alguno para dicha expresión (ya que tendería a confusión y a crear un sincretismo con otras creencias), y por lo tanto expresaron esa nueva palabra “moroncial”.  Además, ¿sabía el redactor de dicho foro que los humanos fallecidos NO retornan al mundo de su natividad? ¿Sabe que L.U no apoya la existencia de fantamas y menos el comunicarse con ellos?

Es cierto que no podemos ser dogmáticos, pero cuando estudiamos con rigor una Obra como el Libro de Urantia que afirma ser una nueva Revelación liberadora de las mentes y espíritu humano (que nos trae el cuadro más amplio), debemos extremar el cuidado con las palabras (las palabras pueden ser convertidas en fetiches para el abuso de poder según los mismos Documentos), ya que caemos en el error bienintencionado de Pablo de hacer sincretismos (tal como él lo hizo con los sacrificios judíos de animales asociándolos a la muerte de Jesús; o con el “dios desconocido” lo que derivó en la futura mezcolanza de Cristo con los dioses solares).

 Además, los cuerpos moronciales no son más sutiles que los de carne. La razón es que los seres moronciales y luego los seres espirituales no son entidades etéreas como brumas de niebla o aire en contraste con la materia. De forma sorprendente, el Libro de Urantia dice que eso es algo mal entendido.

(498.6) 44:0.15 Todas estas actividades de los mundos morontiales y espirituales son reales. Para los seres espirituales el mundo espiritual es una realidad. Para nosotros el mundo material es lo más irreal. Las formas de espíritus más elevadas pasan libremente a través de la mate-ria común. Los espíritus elevados no reaccionan a nada material, excepto a algunas de las energías básicas. Para los seres materiales el mundo espiritual es más o menos irreal; para los seres espirituales el mundo material es casi totalmente irreal, siendo tan sólo una sombra de la substancia de las realidades espirituales.

(498.7) 44:0.16 Yo no puedo, con visión exclusivamente espiritual, percibir el edificio en el cual esta narrativa está siendo traducida y registrada. Un Consejero Divino desde Uversa, que al azar se encuentra a mi lado, percibe aún menos de estas creaciones puramente materiales. Discernimos de qué manera se os presentan estas estructuras materiales visualizando una contraparte espiritual presentada a nuestra mente por uno de los transformadores de la energía aquí presentes. Este edificio material no es exactamente real para mí, un ser espiritual, pero es muy real y muy útil para los mortales materiales.

Esto de alguna forma es vuelto a declarar en otros Documentos. Nosotros somos los fantasmas y etéreos para los seres de la auténtica realidad. 

Los seres verdaderamente sólidos son ellos y no nosotros. Es más se declara que los seres más elevados en nivel de existencia espiritual no nos ven, salvo con la ayuda de otras entidades que les prestan servicio para transformar su visión. E incluso pueden pasar por los edificios materiales sin darse cuenta de ellos. Con mucha ayuda ellos quizás (quizás) nos perciban como cuando hay un día de espesa niebla en la ciudad.

Si meditamos bien esto es verdad, ya que la aparente solidez de nuestra vida no es tal. Somos frágiles y fugaces. El paso del tiempo demuestra que estamos en un instante y luego no estamos (y TODAS las cosas insertas en esta realidad espacio-temporal). Somos como una película que vuela. La misma Biblia lo declaró el decir que somos una "neblina", "una sombra de la realidad", una "exhalación".

La verdadera realidad ELLOS la poseen.

Por lo tanto, ahora entendemos que los Reveladores se refieran a los fantasmas como creaciones de mentes primitivas. Hasta los rebeldes de Caligastia eran seres sumamente reales que se adaptaron a esta realidad.

 (973.1) 88:6.8 La magia antigua fue el capullo de la ciencia moderna, indispensable en su tiempo pero ya no útil. Así los fantasmas de la superstición ignorante agitaron las mentes primitivas de los hombres hasta que pudieran nacer los conceptos de la ciencia. Hoy en día, Urantia está en los albores de su evolución intelectual. Una mitad del mundo busca ansiosamente la luz de la verdad y los hechos del descubrimiento científico, mientras que la otra mitad languidece en los brazos de la superstición antigua y de la magia sólo ligeramente disfrazada.

Estamos en los albores, en los comienzos de la evolución mental. La mitad de la humanidad busca la verdad, y la otra mitad aún son cautivos en su misma imaginación humana con fetiches y magia ligeramente disfrazada.

Las generaciones futuras de seres humanos (y así lo declaran los Reveladores) se reirán de muchas de nuestras creencias que aún mantenemos, tal como hoy alguna vez nos causó gracia algunas de las supersticiones de los hombres más primitivos que se rendían a adorar los relámpagos, el fuego y el sol.