Cada generación cree que
ha alcanzado el pináculo del pensamiento, la ciencia y la sabiduría.
La larga Edad Media sumió
al mundo en unas tinieblas religiosas muy pesadas. Luego la Época de las Luces
y la Revolución Industrial provocó la aparición de hombres que se fueron al
extremo del escepticismo y el ateísmo.
Esa fue una reacción viseral de una adolescencia humana deslumbrada por un
materialismo incipiente.
Desde los años 60 del
siglo XX los movimientos del New Age (Nueva Era) trataron de aparecer masivamente como la
alternativa libre ante las religiones organizadas. Con su sincretismo de
residuos del neopaganismo han capturado a muchos adherentes.
Sin embargo, ninguna de
las tres vías anteriores ha demostrado crear una auténtica unidad mundial. Es más,
dichas posiciones se han enquistado en bandos.
Para sorpresas de muchos
creyentes en el New Age, los Documentos de Urantia no apoyan un renacer y
sincretismo del gnosticismo, la magia o los cultos de misterio. Es más, hablan
de los fundamentos del New Age como residuos de las antiguas eras de superstición.
(972.7) 88:6.7 Gradualmente
la ciencia está eliminando de la vida el elemento del juego de azar. Pero si
los métodos modernos de educación fracasan, habrá una reversión casi inmediata
a las creencias primitivas en la magia. Estas supersticiones aún habitan la
mente de muchos pueblos así llamados civilizados. El idioma contiene muchos
fósiles que atestiguan que la raza por mucho tiempo ha estado impregnada de la
superstición mágica, palabras como hechizado, malaventurado, posesiones,
inspiración, quitarle a uno el espíritu, ingenio, embelesador, estupefacto y
asombrado. Los seres humanos inteligentes aún creen en la buena suerte, el mal
de ojo y la astrología.
El peligro con las
creencias mágicas: “si los métodos modernos de educación fracasan, habrá una
reversión casi inmediata a las creencias primitivas en la magia”. Esto sin duda nos causaría más atraso.
Hablando de palabras,
algunos lectores de la Revelación han transportado algunas de sus creencias personales,
o terminología de algunas de sus ideas para intentar explicar ciertas
expresiones de los Documentos
Por ejemplo, una página
declara lo siguiente en torno a la expresión “cuerpos morontiales” que aparecen
en los Documentos.
“Cuando los
seres humanos fallecemos seguimos siendo seres pensantes con un nuevo cuerpo, un poco más sutil que la material”
“A este cuerpo sutil, más ligero que el
material, se le llama moroncial. Y es posiblemente el cuerpo que mucha gente ha visto o fotografiado a un familiar o ser
querido ya fallecido”.
“Otro caso de aparición de un ser humano etéreo
fue el de mi sobrina que vio, cuando tenía unos 15 años, una silueta humana con
pequeñas lucecitas en los perímetros y translúcida en su interior que se
desplazaba hacia ella dentro de su habitación. Estas personas que cito son
absolutamente normales, sin ninguna patología o hábitos negativos, que cuentan
lo que vieron o fotografiaron. ¿Acaso
son los cuerpos moronciales que alude el libro de Urantia?”
¿Cuerpos sutiles? ¿Cuerpos
etéreos? Si los Reveladores hubiesen querido utilizar esa expresión como
equivalente de “moroncial” lo habrían hecho, pero NO había equivalente alguno para
dicha expresión (ya que tendería a confusión y a crear un sincretismo con otras
creencias), y por lo tanto expresaron esa nueva palabra “moroncial”. Además, ¿sabía el redactor de dicho foro que
los humanos fallecidos NO retornan al mundo de su natividad? ¿Sabe que L.U no apoya la existencia de fantamas y menos el comunicarse con ellos?
Es cierto que no podemos
ser dogmáticos, pero cuando estudiamos con rigor una Obra como el Libro de
Urantia que afirma ser una nueva Revelación liberadora de las mentes y espíritu
humano (que nos trae el cuadro más amplio), debemos extremar el cuidado con las
palabras (las palabras pueden ser convertidas en fetiches para el abuso de poder según los mismos Documentos), ya
que caemos en el error bienintencionado de Pablo de hacer sincretismos (tal
como él lo hizo con los sacrificios judíos de animales asociándolos a la muerte
de Jesús; o con el “dios desconocido” lo que derivó en la futura mezcolanza de
Cristo con los dioses solares).
Además, los cuerpos
moronciales no son más sutiles que los de carne. La razón
es que los seres moronciales y luego los seres espirituales no son entidades
etéreas como brumas de niebla o aire en contraste con la materia. De forma
sorprendente, el Libro de Urantia dice que eso es algo mal entendido.
(498.6) 44:0.15 Todas
estas actividades de los mundos morontiales y espirituales son reales. Para los
seres espirituales el mundo espiritual es una realidad. Para nosotros el mundo material es lo más irreal. Las formas de espíritus más elevadas pasan
libremente a través de la mate-ria común. Los espíritus elevados no reaccionan
a nada material, excepto a algunas de las energías básicas. Para los seres
materiales el mundo espiritual es más o menos irreal; para los seres espirituales el mundo material es casi totalmente
irreal, siendo tan sólo una sombra de la substancia de las realidades
espirituales.
(498.7) 44:0.16 Yo no puedo, con visión exclusivamente
espiritual, percibir el edificio en el cual esta narrativa está siendo
traducida y registrada. Un Consejero Divino desde Uversa, que al azar se
encuentra a mi lado, percibe aún menos
de estas creaciones puramente materiales. Discernimos de qué manera se os
presentan estas estructuras materiales visualizando una contraparte espiritual
presentada a nuestra mente por uno de los transformadores de la energía aquí
presentes. Este edificio material no es
exactamente real para mí, un ser espiritual, pero es muy real y muy útil para
los mortales materiales.
Esto de alguna forma es
vuelto a declarar en otros Documentos. Nosotros somos los fantasmas y etéreos
para los seres de la auténtica realidad.
Los seres verdaderamente sólidos son
ellos y no nosotros. Es más se declara que los seres más elevados en nivel de
existencia espiritual no nos ven, salvo con la ayuda de otras
entidades que les prestan servicio para transformar su visión. E incluso pueden
pasar por los edificios materiales sin darse cuenta de ellos. Con mucha ayuda
ellos quizás (quizás) nos perciban como cuando hay un día de espesa niebla en
la ciudad.
Si meditamos bien esto es verdad, ya que la aparente solidez de nuestra vida no es tal. Somos frágiles y fugaces. El paso del tiempo demuestra que estamos en un instante y luego no estamos (y TODAS las cosas insertas en esta realidad espacio-temporal). Somos como una película que vuela. La misma Biblia lo declaró el decir que somos una "neblina", "una sombra de la realidad", una "exhalación".
La verdadera realidad ELLOS la poseen.
Por lo tanto, ahora
entendemos que los Reveladores se refieran a los fantasmas como creaciones de mentes
primitivas. Hasta los rebeldes de Caligastia eran seres sumamente reales que se
adaptaron a esta realidad.
(973.1) 88:6.8 La magia
antigua fue el capullo de la ciencia moderna, indispensable en su tiempo pero
ya no útil. Así los fantasmas de la superstición ignorante agitaron las mentes
primitivas de los hombres hasta que pudieran nacer los conceptos de la ciencia.
Hoy en día, Urantia está en los albores de su evolución intelectual. Una mitad
del mundo busca ansiosamente la luz de la verdad y los hechos del
descubrimiento científico, mientras que la otra mitad languidece en los brazos
de la superstición antigua y de la magia sólo ligeramente disfrazada.
Estamos en los albores, en
los comienzos de la evolución mental. La mitad de la humanidad busca la verdad, y la otra mitad
aún son cautivos en su misma imaginación humana con fetiches y magia ligeramente disfrazada.
Las generaciones futuras
de seres humanos (y así lo declaran los Reveladores) se reirán de muchas de
nuestras creencias que aún mantenemos, tal como hoy alguna vez nos causó gracia algunas de las
supersticiones de los hombres más primitivos que se rendían a adorar los relámpagos, el fuego y el sol.