sábado, 25 de abril de 2015

Derribando Mitos


El terremoto de Nepal que ha causado la lamentable cifra de más de mil muertos (la cantidad sigue aumentando) me ha traído a la memoria varias tonterías de los Grupos Nueva Era y que han sido derribadas. Por ejemplo, recuerdo haber leído sobre que las “energías” de los Lamas Budistas influían en la Naturaleza y que el cordón montañoso de los Himalayas era un lugar “energético” positivo, que había una especie de “protección” por los “pensamientos positivos” que evitaban las cosas malas, etc.  Incluso algunos grupos de contactados han hablado de "detener" los cataclismos con la meditación. Sin embargo, la pasmosa y desnuda realidad nos muestra lo contrario. El Budismo con toda su espiritualidad, aún es una religión evolutiva sin ninguna “preferencia” por la Providencia.

No hay ninguna fuerza mental metafísica o mística que pueda detener las catástrofes. Tampoco la Naturaleza es un fiel reflejo de los atributos de Dios (ver entrada anterior). La Naturaleza no sabe de justicia e injusticia.

(794.13) 70:10.1  La justicia natural es una teoría elaborada por el hombre; no es una realidad. En la naturaleza, la justicia es puramente teórica, totalmente ficticia. La naturaleza no ofrece más que una clase de justicia —la conformidad inevitable de los resultados a las causas.

La naturaleza no es sabia ni justa. La naturaleza es impersonal, la suma de fuerzas que convergen e intentan equilibrarse. Por esta razón el clima y los desastres naturales están desprovistos de intenciones y también de significados místicos.

El único significado espiritual es la reacción amorosa del hombre frente a todo tipo de circunstancias impersonales que lo afectan. La manifestación Divina no se encuentra en actos sobrenaturales, sino en los mismos actos naturales de los hombres que en su interior son impulsados por un fragmento del mismo Dios.