¿Qué cuerpo tendremos al
resucitar? ¿Qué cuerpos tienen los resucitados?
(1236.1)
112:6.3 La apariencia de la forma del cuerpo material es sensible, hasta cierto
punto, al carácter de la identidad de la personalidad; el cuerpo físico refleja
algo de la naturaleza inherente de la personalidad, pero de una forma limitada.
La forma morontial la refleja aún más. En la vida física, los mortales pueden
ser hermosos por fuera pero desagradables por dentro; en la vida morontial, y
de manera creciente en sus niveles superiores, la forma de la personalidad
variará directamente de acuerdo con la naturaleza de la persona interior. En el
nivel espiritual, la forma exterior y la naturaleza interior empiezan a acercarse
a una identificación completa, que se perfecciona cada vez más en los niveles
espirituales cada vez más elevados.
Es como si la belleza
interna del alma brotara hacia al exterior y se hiciera plenamente visible en
un cuerpo. También se nos ha declarado que se nos resucita en la mejor etapa de
nuestra vida, aquella en que fuimos más felices y plenos, pero tremendamente
mejorados. Nuestros defectos físicos, la falta de simetría corporal, y nuestras
limitantes ya no existen en los cuerpos moronciales que son una versión
mejorada de nuestros primeros cuerpos, y dónde la belleza interior perfecciona
el cuerpo moroncial que recibimos.
(Fue por esta razón que María Magdalena no reconoció inmediatamente al Jesús resucitado en un cuerpo moroncial)
(Fue por esta razón que María Magdalena no reconoció inmediatamente al Jesús resucitado en un cuerpo moroncial)
También los Documentos
señalan que en este nuevo cuerpo moroncial no tendremos las funciones biológicas
que nos hacen ir al baño. Nos alimentamos de una especie de alimento que no
provoca desechos, aunque seguimos bebiendo y agua y descansando en el sueño. Nuestros
cuerpos estarían desprovistos de los elementos necesarios que existen por el
clima o temperatura como las glándulas del sudor. Además, en los mundos de
estancia no hay disturbios climáticos. Pero este será el primer cuerpo. En la
carrera ascendente sufriremos transformaciones sucesivas indescriptibles para
la mente humana de este planeta.