viernes, 12 de junio de 2015

Los asteroides y la profecía

Hace poco la NASA ha desmentido la supuesta revelación de un religioso que asegura que en Septiembre de este año un asteroide impactaría con la Tierra causando la gran tribulación. 

Aunque puede que esto no ocurra, no se puede descartar la caída de un nuevo cuerpo cósmico.

Lo cierto es que la Tierra está en una posición en el sistema solar en el que abundan los asteroides tal como observamos en el diagrama.

(658.2) 57:6.5 Las estrellas fugaces se dan en forma de enjambre, debido a que son fragmentos de cuerpos mayores de materia que han sido fracturados por la gravedad mareomotriz que ejercen los cuerpos espaciales más próximos y aún mayores. Los anillos de Saturno son los fragmentos de un satélite fracturado. Una de las lunas de Júpiter se está acercando ahora peligrosamente a la zona crítica de la fracturación por la acción mareomotriz y, dentro de unos pocos millones de años, o será reclamada por el planeta, o, experimentará la fracturación causada por la gravedad mareomotriz. El quinto planeta del sistema solar de antaño, de muy antaño, atravesó una órbita irregular, acercándose periódicamente cada vez más a Júpiter, hasta que entró en la zona crítica de la disrupción por la acción de la gravedad mareomotriz, y sin más se fragmentó, convirtiéndose en el cúmulo de asteroides de los tiempos presentes.

(658.3) 57:6.6 Hace 4.000.000.000 de años se presenció la organización de los sistemas de Júpiter y Saturno con aspecto muy parecido a como hoy día se observan con la excepción de sus lunas, las cuales continuaron aumentando en tamaño durante varios miles de millones de años. De hecho, todos los planetas y satélites del sistema solar siguen creciendo como resultado de continuas capturas de meteoros.

Por lo tanto, nuestro sistema solar aún está en ajuste y calibración. Su organización material aún sigue en curso. Esto demuestra que el universo material no es perfecto y que también no podemos descartar la caída de un asteroide.

De pronto, creo que algunos profetas tuvieron "flashes" en su mente proyectada al futuro que implican una gran destrucción por una lluvia de meteoritos:

“y haré llover sobre él, sobre sus tropas y sobre los muchos pueblos que están con él, impetuosa lluvia, y piedras de granizo, fuego y azufre”. – Ezequiel 38:22

Apocalipsis, Mateo, Pedro y otros pasajes aluden a los "cuerpos celestes" que caen desde los cielos. Es probable que hayan "visto" un escenario de devastación. Lo que no está claro es cuando ocurrirá. Sin embargo, éstos elementos de la apocalíptica judía que fueron transferidos a algunos libros cristianos no indican que el Creador destruya a la humanidad con estos "fuegos celestiales", de la misma forma que el Diluvio fue una catástrofe que por los escritores judíos del exilio fue atribuida a Dios.

Si algún día ocurre un evento o desastre natural de gran magnitud que  pusiese fin a la vida humana, una "evacuación" sería necesaria:

(582.3) 51:2.3 Aunque existe la técnica de la desmaterialización para preparar a los Adanes para el tránsito desde Jerusem a los mundos evolucionarios, no existe un método equivalente para sacarlos de dichos mundos a menos que haya que evacuar el entero planeta, en cuyo caso se instala de urgencia la técnica de la desmaterialización para la entera población salvable. Si una catástrofe física pusiera en peligro la residencia planetaria de una raza en evolución, los Melquisedek y los Portadores de Vida instalarían la técnica de la desmaterialización para todos los sobrevivientes, y estos seres serían llevados por transporte seráfico a un nuevo mundo preparado para su existencia continuada. La evolución de una raza humana, una vez que se inicia en un mundo del espacio, debe proceder totalmente independiente de la supervivencia física de ese planeta, pero durante las edades evolucionarias no está considerado que el Adán y Eva Planetarios abandonen el mundo de su elección.

¿Habrá sido este asunto lo que Pablo considera cuando narra lo del "rapto" o "arrebatamiento" de los "vivientes" en 1 Tesalonicenses? ¿Será la "nueva tierra" de la epístola de Pedro y el Apocalipsis de Juan el nuevo planeta Tierra que será usado como albergue de la población salvable?

El Libro de Urantia no declara que este escenario va a ocurrir con certeza. Los Documentos lo señalan solo como posibilidades. Y parece ser que el destino de la Humanidad está abierto a varias situaciones. Los Reveladores no entregan información predictiva, sino de variantes en cuanto a posibilidades. Esa es la diferencia con el material que se arriesga a ser "profético". Parece ser que algunos videntes de la antigüedad tuvieron acceso a cierto material profético, pero éste parece adaptado a la época de Israel, entrecortado y difuso. Es por esta razón que el profetismo bíblico suele ser cogido por la época en la que vive cada generación de creyentes.

Para que el lector lo entienda citaré algunos casos. Por ejemplo, el referido ataque de "Gog de Magog" y los relatos de otros textos, parecen acontecimientos que ocurrirían en el Israel Literal. Hasta las naciones vecinas de Israel son envueltas en esos eventos llamados "el Día de Jehová". Parece que el vidente hebreo visualiza algún suceso catastrófico cósmico de una fecha pasada o futura, y lo inserta según su propia visión para su propia generación. Posteriormente, otros en siglos posteriores, intentan al cuadro completo darle otra aplicación. Y es así como cada profecía puede reinterpretarse con eventos parecidos decenas de veces, como lo vemos en los casos de los grupos religiosos del siglo XIX y XX. El evento catastrófico puede ser un vislumbre de un hecho real, pero es asociado a una situación histórica y política de cada era. En otras palabras, el evento cataclismico es metido en un contexto condicionado por el escritor y luego por el reinterpretador.

Una comprobación de ésto lo hallamos en como los cristianos extrajeron algunas profecías judías y las reinterpretaron creyendo que tenían otro cumplimiento. Leamos:

 “Esto es lo que ha dicho Jehová: ‘En Ramá se está oyendo una voz, lamentación y llanto amargo; Raquel que llora a sus hijos. Ha rehusado ser consolada acerca de sus hijos, porque ya no son’.”  Esto es lo que ha dicho Jehová: “‘Detén tu voz del llanto, y tus ojos de lágrimas, porque existe un galardón para tu actividad —es la expresión de Jehová—, y ellos ciertamente volverán de la tierra del enemigo’. ”‘Y existe una esperanza para tu futuro —es la expresión de Jehová—, y los hijos ciertamente volverán a su propio territorio’”. – Jeremías 31:15-17

En realidad Jeremías hablaba de los judíos cautivos que fueron llevados a la ciudad de Ramá, a unos ocho kilómetros (cinco millas) al norte de Jerusalén, después de la desolación de la ciudad santa. Es probable que algunos hasta fueran ejecutados allí. Esto habría marcado el cumplimiento de la profecía pensada por el profeta, como si Raquel llorara la pérdida de sus “hijos”. En ningún momento Jeremías estaba hablando de un suceso vinculado al Mesías.

Sin embargo, el redactor de Mateo cogió una frase de este relato y le dio una aplicación a “sus días” cuando lo asoció con la ejecución de los niños a manos de Herodes:

“ Entonces Herodes, viendo que los astrólogos habían resultado más astutos que él, se enfureció mucho, y envió e hizo que eliminaran a todos los muchachitos en Belén y en todos sus distritos, de dos años de edad para abajo, conforme al tiempo que había averiguado cuidadosamente de los astrólogos. Entonces se cumplió lo que se había hablado por medio de Jeremías el profeta, que dijo: “Se oyó una voz en Ramá, llanto y gran plañido; era Raquel que lloraba a sus hijos, y no quiso ser consolada, porque ya no son”. – Mateo 2:16-18

Un efecto semejante ocurre con todas las profecías de las Escrituras las cuales pueden ser reinterpretadas en varios cumplimientos según la óptica del nuevo creyente. El evento es real, pero su cumplimiento en el tiempo o inserción en un contexto histórico puede variar según sus anhelos y creencias de ese entonces.