lunes, 21 de septiembre de 2015

La Serpiente Original


Es interesante la vinculación de la antigua expresión “serpiente” con los “serafines” o seres de luz.

“El nombre hebreo saráf en plural se traduce “serafines” en Isaías 6:2, 6 y significa literalmente “ardiente” o “abrasador”. También se usa en conexión con el término hebreo común para serpiente (najásch)”. – Obra Perspicacia

Notamos que “Serafín” es una transformación que viene de la raíz de la palabra Serpiente ardiente. “Seraph" es el término #8314 en el Diccionario Hebreo Strong’s y significa “ser ardiente”, o simplemente “ser de fuego”. Sin embargo, esta palabra también significaba "(serpiente) de picadura ardiente". Así aparece en Deuteronomio 8:15.

En el juicio de Dios contra Filistea (Isa 14:29; 30:6) se menciona a una “culebra abrasadora volante” con relación al relámpago luminoso (Es interesante que en Lucas 10:18 Jesús compara a Satanás con un "relámpago").

Al principio del Génesis 3 se habla que la serpiente era la más astuta entre los animales o bestias. La palabra “bestia” también en Génesis 3, chay, denota un ser viviente, y es tan mala traducción como también zoa haber sido traducida como “bestia” en Apocalipsis 4. En ambos casos significa “criaturas vivientes”. Y la expresión “astuta” también puede ser una traducción deficiente que infantiliza todo el cuadro si sumamos las expresiones anteriores:

“Una vez más, la palabra traducida “astuta” en Génesis 3:1 significa “sabio” tanto en el buen como en el mal sentido. En Ezequiel 28:12 tenemos la palabra en el buen sentido: “Tú eras el sello de la perfección, lleno de SABIDURÍA”; y en el mal sentido en el vers.17: “corrompiste tu SABIDURÍA” (refiriéndose, claro está, a su caída). Por eso la palabra traducida “astuta” se traduce como “prudente” en Proverbios 1:4; 8:12; 12:23; 14:8; y en el mal sentido en Job 15:5, 1ª Samuel 23:22; Salmo 83:3

De hecho, una estructura de Génesis 3, nos mostrará que los Querubines (que son seres o espíritus celestiales similares) del último versículo (Génesis 3:24) requieren un ser similar correspondiente con ellos en el primer versículo (puesto que la estructura de todo el capítulo es una gran Introversión). La Nãchãsh, o serpiente, que engañó a Eva (2ª Corintios 11:3) se denomina “un ángel de luz” en el versículo 14 ¿No se observa, en esto, una clara intimación de que no se trata de una serpiente, sino de un glorioso ser brillante, aparentemente un ángel, a quien Eva mostró tan gran respeto y consideración, como alguien que parecía poseer un conocimiento superior, y quien sería evidentemente un ser de un orden superior (y no inferior)? Además, en la descripción que se emplea hablando de Satanás como “el rey de Tiro”,  implica distintamente que el ser pertenecía a un orden sobrenatural cuando se le denomina “un querubín” (Ezequiel 28:14, 16, lea desde los versículos 11-19). Su presencia en “Edén, el huerto de Elohim” (vers.13), se declara abiertamente, como siendo “el sello de la perfección” (vers. 12), “perfecto en todos sus caminos desde el día que fue creado, hasta que se halló en él maldad” (vers.15), y cómo este ser “se enalteció en su corazón a causa de su hermosura” (vers.17)” – E.W. Bullinger

Este ser entonces, este “ser de luz” que en Ezequiel se le llama el Cubriente del Edén sería el “más sabio que todos los seres vivientes”, aunque también es evidente que este Ser de Luz  fue claramente astuto (2 Corintios 11:3).
Y enfaticemos que la palabra hebrea traducida “serpiente” en Génesis 3:1 es Nãchãsh (de la raíz Nãchãsh, relucir, brillar), y significa un reluciente, o brillante. Por eso, en caldeo significa bronce o cobre, debido a su brillo peculiar. Por ese motivo además, es por lo que la palabra Nehushtãn se traduce como una pieza hecha de bronce en 2 Reyes 18:4.

Por el mismo motivo Sãrãph, en Isaías 6:6, se traduce encendido, centellante, y, una vez que las serpientes mencionadas en Números 21 eran ardientes en el veneno de sus mordeduras, fueron denominadas Saraphim, o Seraphs.

Ahora bien, si Sãrãph se emplea hablando de una serpiente porque su mordedura era ardiente, y así también se utiliza hablando de un ser celestial o espiritual (un ser reluciente), ¿por qué no sería apropiado emplear Nãchãsh hablando de una serpiente debido a su apariencia brillante, y ser también empleado hablando de un ser celestial o espiritual (un ser brillante)?

Es casi mitológico concebir e imaginarse a Eva manteniendo una conversación con una serpiente, pero podemos comprender su fascinación por un ser, aparentemente “un ángel de luz” es decir, un ángel glorioso, que poseía un conocimiento superior y sobrenatural.

Los Documentos de Urantia nos cuentan que efectivamente Adán y Eva podían ver y conversar realmente con la criatura espiritual designada como el Príncipe Planetario Caligastia y conocida por nosotros como el "Diablo":

(840.3) 75:2.1 Caligastia hizo frecuentes visitas al Jardín y sostuvo muchas conversaciones con Adán y Eva.

(840.5) 75:2.3 Pero el Príncipe caído fue persistente y decidido. Pronto renunció a la labor de persuadir a Adán y, astutamente decidió intentar atacar indirectamente a Eva.

Ahora bien, ¿cómo pudo derivarse a un sentido tan diferente transmitiéndonos la imagen animal de una serpiente?

La razón estriba en la similitud de las expresiones que ya hemos considerado. Es como al pronunciar la palabra “casa”. Esta según el sentido podría referirse al acto de “cazar” o a una “vivienda”. La forma gramatical, la transliteración correcta y la escritura son fundamentales.

(838.1) 74:8.9 Tras su llegada a Palestina, los hebreos no contaron durante mucho tiempo con ningún lenguaje escrito que hiciera eco entre el grueso de su población. Aprendieron a valerse del alfabeto de los filisteos vecinos, quienes eran refugiados políticos de la civilización superior de Creta. Los hebreos escribieron muy poco hasta alrededor del año 900 a. de J.C.; y como no disponían de un lenguaje escrito hasta esta fecha tan tardía, circularon varias versiones distintas de la creación; pero, después del cautiverio en Babilonia, se inclinaron más a aceptar una versión mesopotámica modificada.

Notamos que la falta de una expresión escrita fue fundamental. De hecho, queda patente que la palabra “serpiente” asociada únicamente al maligno fue acuñada en fecha posterior. Antes existía una ambigüedad en torno a la adoración de éstos reptiles (lo cual demuestra que si hubiese sido netamente una asociación única con el mal no habría sido ni siquiera usada por los egipcios).

Los mismos israelitas en fechas anteriores al exilio consideraban a las serpientes como entes positivos-negativos, o con respeto. En 2 Reyes 18:4 la Biblia declara que los hebreos adoraban a la “serpiente de cobre”.

(946.5) 85:3.3 Los hebreos adoraron a las serpientes hasta los días del rey Ezequías, y los hindúes aún tienen relaciones amistosas con sus serpientes domésticas. La adoración de los chinos por el dragón es un residuo de los cultos a la serpiente. La sabiduría de la serpiente fue el símbolo de la medicina griega y aún se emplea como emblema de los médicos modernos. El arte del encantamiento de la serpiente ha sido trasmitido desde los días de las shamanes femeninas del culto del amor a la serpiente, quienes, como resultado de las mordeduras diarias de las serpientes, se tornaban inmunes, de hecho, desarrollaban una adición genuina al veneno y no podían vivir sin esta ponzoña.

(967.7) 88:1.5 La serpiente fue reverenciada en Palestina, especialmente por los fenicios que, juntamente con los judíos, la consideraban el vocero de los espíritus malignos. Aún muchos seres modernos creen en los poderes mágicos de los reptiles. Desde Arabia a través de la India hasta la danza de la serpiente de la tribu moqui de los hombres rojos, la serpiente ha sido reverenciada.

Los hebreos creían en una especie de dualismo en que YAVEH también enviaba espíritus malos como lo ilustra el caso de Saúl y su tormento (1 Samuel 16:14).

Esta especie de “respeto” a la serpiente y asociación con espíritus o divinidades en toda la cultura de Palestina fue clave y definitiva en la narración sintetizada que crearon los sacerdotes durante el exilio al no utilizar la expresión original que era “ser de luz”, “ser ardiente” o “ser de fulgor”, y entonces decidir usar “serpiente”.

Estoy convencido que el líder de ese equipo de sacerdotes era Esdras. Y él fue clave para demonizar completamente a la serpiente, con el objeto de disuadir a los hebreos de las generaciones posteriores de la idolatría y evitar los malos ejemplos de la época de Ezequías (de hecho es posible que Esdras la utilizara en parte como criatura simbólica, como veremos más adelante). No olvidemos que esa época es la era del regreso a Jerusalén, y urge la necesidad de cohesionar la identidad nacional.

(838.3) 74:8.11 Cuando los sacerdotes judíos retornaron a Jerusalén, ya habían terminado su relato escrito sobre el principio de las cosas. Pronto afirmaron que esta narración era una historia recién descubierta sobre la creación, escrita por Moisés. Pero los hebreos contemporáneos de alrededor de 500 a. de J.C., no consideraron que estas escrituras fueran revelaciones divinas; las consideraron de forma muy similar a como los pueblos posteriores consideran las narraciones mitológicas.

Esto es cierto sobre todo para esa primera generación de sacerdotes y lectores de las crónicas de la creación. Sin embargo, las personas de las épocas futuras  no lo considerarían así.

Pero, ¿por qué los Escritores de las Escrituras Griegas Cristianas siguieron hablando de la “serpiente”?

La clave de la historia está en esa traducción al griego de las Escrituras Hebreas:

(838.4) 74:8.12 Este documento espurio, las presuntas enseñanzas de Moisés, vino a conocimiento de Ptolemeo, el rey griego de Egipto, quien lo mandó traducir al griego por una comisión de setenta eruditos para su nueva biblioteca en Alejandría. Así se integró este relato a aquellas escrituras que, posteriormente, llegaron a formar parte de las colecciones ulteriores de las «escrituras sagradas» de las religiones hebrea y cristiana. Y estos conceptos durante mucho tiempo influyeron profundamente en la filosofía de muchos pueblos occidentales que se identificaron con estos sistemas teológicos.

(838.5) 74:8.13 Los maestros cristianos perpetuaron la creencia en la creación de la raza humana por un acto de volición, lo cual influyó directamente en la formación de la hipótesis de una edad de oro pasada de arrobo utópico y en la teoría de la caída del hombre o superhombre que explicara la condición menos utópica de la sociedad.

Sin embargo, a pesar de que Pablo y los Evangelistas habían leído la versión griega del Génesis con la traducción "serpiente" del animal, parece ser que, a diferencia de nosotros, ellos comprendieron o discernieron que la "serpiente" era una especie de figura representativa llamada Hipocatastasis o Implicación.

Por ejemplo, Pablo sabía que a Dan se le denomina del mismo modo (“serpiente”) en Génesis 49:17; ni puede significar un animal cuando a Nerón se le llama un “león” (2 Timoteo 4:17), o cuando Herodes es llamado una “zorra” en Lucas 13:32; o cuando a Judá se le denomina  “un cachorro de león”. Pedro mismo llama a Satanás un "león rugiente" (1 Pedro 5:8). Es exactamente la misma figura que se emplea cuando a la “doctrina” se denomina “levadura” en Mateo 16:6. Eso muestra que algo más profundo y más real se entiende en la verdad que conlleva. Si así se emplea una Figura de lenguaje, es con el propósito de expresar la verdad de una manera más impresionante; y se entiende que sea una figura de algo mucho más real que la letra de la palabra. Cuando Pablo habla de la “serpiente que engañó a Eva” en 2 Corintios 11:3 claramente la  denomina “un ángel de luz” en el versículo 14. Se observa, en esto, una exposición de que no se trata de una serpiente literal, sino de un glorioso ser brillante, aparentemente un ángel, que en las Escrituras Hebreas fue traducido como “serpiente” que tenía el doble lenguaje de “brillante”.

Claramente en Génesis en ningún momento se dice que la Serpiente era Satanás, pero parece patente que todos los escritores cristianos comprendieron el simbolismo o doble juego de palabras:

“Y prendió al dragón, la serpiente original, que es el Diablo y Satanás, y lo ató por mil años” – Revelación 20:2.

Aquí notamos que claramente la expresión “dragón” es simbólica. Y es evidente que “serpiente original” también lo es, ya que ámbos términos griegos  (drákon) son intercambiables ya que un dragón era un ser con forma de serpiente y claramente un reptil en el mundo del Apocalipsis haciendo alusión a lo mismo. Además se dice que tanto el dragón como la serpiente son o representan al Diablo. Con esto queda manifiesto que la figura de la Serpiente es simbólica.

Esto lo podemos comprobar con el mismo Génesis y los comentarios alusivos de Pablo al mismo:

Cuando en el vers. 15 de Génesis 3 se le dice a la “serpiente”  “tú le herirás en el talón”, está claro que no significa su literal calcañar o talón de carne y sangre, sino los sufrimientos simbólicos del elegido.

Cuando dice en el mismo versículo, “él te herirá en la cabeza” eso significa algo más que un cráneo de hueso, un cerebro y cabeza de una culebra literal.

Significa que todos los planes del complot de Satanás, todos sus propósitos, van a ser un día finalmente deshechos y destruidos, para que nunca más sean un obstáculo para Dios.

Pablo sin duda hace eco de éste entendimiento del Génesis cuando dice que esto se llevará a cabo cuando Satanás “sea aplastado debajo de nuestros pies” (Romanos 16:20). Y aquí, una vez más, no significa nuestros propios pies literalmente, sino algo mucho más real.

Sucede lo mismo con las demás Figuras empleadas en el vers. 14 de Génesis 3:

“Porque has hecho esta cosa, tú eres la maldita de entre todos los animales domésticos y de entre todas las bestias salvajes del campo. Sobre tu vientre irás, y polvo es lo que comerás todos los días de tu vida”.

¿Significa realmente que la serpiente es un animal maldecido por Dios? Lo dudo, pero aceptar la literalidad implícita de que realmente estaba envuelta una serpiente como instrumento de Satanás llevaría a ese problema. Además, Dios siguió elogiando a las serpientes como en el caso de Dan, la serpiente de cobre y hasta Jesús pide que los cristianos sean como cautelosos serpientes. Realmente, creo que el simbolismo es claro.

En cambio, si se haría patente que la maldición no es a la serpiente entre las bestias, sino a un ángel de luz entre los seres llameantes.

“Sobre tu vientre irás, y polvo es lo que comerás todos los días de tu vida”

Si hubiese un ser real, implicaría un castigo literal de Dios a la bestia, un absurdo que implicaría mutilar las extremidades al reptil (tal como algunos creen).

Esta figura describe a los ojos de nuestro entendimiento la escena de humillación final de Satanás; ya que la postración es y ha sido siempre la más elocuente señal de sujeción. Cuando se dijo, “nuestra alma está abatida hasta el polvo” (Salmos 44:25) eso denota la más profunda postración y profunda sumisión que no podrían de otra forma ser tan bien expresadas en palabras literales.

Igual ocurre la frase “polvo comerás”.  Esto no es verdad en sentido literal ya que las serpientes no tienen una dieta de polvo. Mas bien nos expresa la continua y constante desilusión, fracaso y mortificación que le aguarda; como cuando de los caminos mentirosos se dice que son como panes de mentira, los cuales al principio son “sabrosos para el hombre, pero después su boca se llena de cascajos.” (Proverbios 20:17). Eso no significa “cascajos” literales, sino algo bien más desagradable. Significa una desilusión tan grande que sería preferible y deseable  que fuesen el “cascajo” literal. Igual que cuando los cristianos son reprendidos por “morderse y comerse” unos a otros (Gálatas 5:14, 15), significa algo más penoso que las palabras literales empleadas en la Figura puedan querer decir. Cuando Sus enemigos lamerán el polvo  (Salmo 72:9) no lo harán doblando sus rodillas y usando sus lenguas literales; sin embargo llegarán a estar tan postrados y tan efectivamente derrotados, que ningunas otras palabras podrían literalmente describir su  verdadera postración y subyugación.

Si todo esto es claro, es porque la figura de la serpiente en todo el cuadro no es literal.

La conclusión es evidente:

Originalmente se narraba un diálogo entre la luminosa Eva (ver entrada anterior sobre la “desnudez”  de Adán y Eva) y un ser de luz sabio y poderoso. Luego con el paso del tiempo la expresión se intercambió por otra de sonido similar y fue parte de las tradiciones orales que ya hablaban de una serpiente animal. Y los redactores de la época del exilio hicieron uso de esa figura matizándola con tintes simbólicos. Pero los maestros cristianos supieron comprender y diferenciar claramente el lenguaje simbólico envuelto. Muy diferente de lo que ha ocurrido con las generaciones modernas de lectores, algunos de los cuales han tachado de mítica e inverosímil toda la historia, dado por no separar ciertos elementos (no todos) de la narración como parte de un género pictórico.

Adán y Eva efectivamente fueron reales, y no es imposible que un ser espiritual se hubiese valido de una serpiente, pero a la luz de todo el cuadro, parece más sensato y verosímil que esa "serpiente" era realmente un "ángel de luz", un ser "resplandeciente". Cuando se reduce todo el relato a una literalización extrema, se corre el riesgo de crear un mito del cual los escépticos han hecho ríos de tinta. Al parecer, el problema ha sido generado en la Edad Media y por las generaciones posteriores de creyentes.

Actualmente algunos han intentado dar a entender que la serpiente era un ser reptiliano, un ente físico extraterrestre de aspecto reptil con el cual Eva tuvo relaciones sexuales. Esto es también una distorsión de los hechos y nos llevaría a forzar todo el relato, pensando que los reptilianos fueron castigados siendo mutilados en sus extremidades y solo comen polvo, lo cual los interpretes de los aliens tampoco aceptan.