Es interesante que según
el Zohar judío, este declaraba que no debíamos imaginar que antes de las
“túnicas de piel” hechas por Dios, Adán y Eva estaban completamente desnudos.
Por el contrario, su atavío original, consistía de luz, en consonancia con la
pureza de su paraíso terrenal. En hebreo, las palabras para luz y piel son homónimas;
ambas se pronuncian “or” pero se escriben diferente, luz con alef y piel con
ayin. Esa semejanza lingüística permitió al Zohar remontarse: por haber pecado,
Adán y Eva tuvieron que sufrir el que sus vestidos de luz celestial fueran
reemplazados por “túnicas de piel”, las cuales simplemente protegían pero ya no
iluminaban. Fuera del paraíso, ya no había consuelo ni seguridad ni sabiduría
(Zohar II, 229a-b). La luz etérea, que alcanzaba a cubrir a todo lo humano,
había mermado. Por lo tanto, en realidad no era que "estaban desnudos sin nada"
sino que "estaban vestidos con luz". Cómo veremos, quedaron "desnudos" realmente después de pecar, al degradar o perder esa vestidura de luz (que impregnaba su cuerpo).
Adán y Eva en la película "Noé" |
Esto queda manifestado con
el director de la película “Noé”, Darren
Aronofsky, quién precisamente representó a Adán y Eva como seres de luz. Esto
es porque las antiguas tradiciones judías habían heredado textualmente el
significado más preciso del término “estaban desnudos” como “estaban con luz” y
habían hecho comentarios al respecto (aunque con un grado de distorsión):
“Cuando nuestro padre Adán
vivía en el Jardín de Edén estaba vestido, como todos en el cielo, con vestidos
hechos de una luz superior. Cuando fue expulsado del Jardín de Edén y obligado
a someterse a las necesidades de este mundo, ¿qué sucedió? Dios, dicen las
Escrituras, hizo para Adán y su esposa túnicas de piel y les vistió; antes de
esto vestían túnicas de luz, de la luz más alta, de la luz que había en el
Edén”. - Zohar II
Esto es interesante, ya
que da a entender que Adán venía del cielo. Aunque obviamente con la distorsión
del gnosticismo, el autor Adolphe Franck comentó en el siglo XIX:
“Antes de ser seducidos
por la astucia de la serpiente, Adán y Eva no solo no necesitaban un cuerpo,
sino que ni siquiera tenían un cuerpo; es decir, no eran terrenos”.
Y más atrás tenemos ésta
cita:
“Adán y Eva en origen
poseían cuerpos sutiles, luminosos y, por así decirlo, espirituales. Pero
cuando vinieron aquí, los cuerpos se volvieron oscuros, grasos e indolentes” –
Ireneo de Lyon, Contra Heresias, I, 30,9.
Claramente las citas
anteriores tienen inexactitudes con la realidad, pero están fundamentadas en
que de hecho, los cuerpos de Adán y Eva despedían luz y venían de los "cielos":
(834.7) 74:6.5 Despedían
los cuerpos de Adán y Eva una luz trémula, pero siempre vestían ropa en
conformidad con la costumbre de sus asociados. Si bien usaban muy poca por el
día, vestían una capa a partir del atardecer. Data de los días de Adán y Eva el
origen de la aureola tradicional que rodea las cabezas de los supuestos hombres
sagrados y dignos de alabanzas. Puesto que se opacaban en gran parte las
emanaciones de luz de sus cuerpos debido a la ropa, no se distinguía sino el
resplandor radiante en torno a su cabeza. Los descendientes de Adansón siempre
retrataban de este modo su concepto de los individuos que se tenían por seres
extraordinarios en cuanto al desarrollo espiritual.
Ahora bien, me llama la atención estos textos del Génesis:
Ahora bien, me llama la atención estos textos del Génesis:
“Y
Jehová Dios siguió llamando al hombre y diciéndole: “¿Dónde estás?”. Por
fin él dijo: “Oí tu voz en el jardín, pero tuve miedo porque estaba desnudo, y
por eso me escondí”. A lo que dijo él: “¿Quién te informó que estabas
desnudo? ¿Del árbol del que te mandé que no comieras has comido?”. – Gén.
3:9-11
¿Cómo
es posible que Adán no supiera que estaba desnudo? Es extraño, porque antes se
declara que ellos tenían conciencia de su desnudez:
“Y
ambos continuaban desnudos, el hombre y su esposa, y sin embargo no se
avergonzaban” - Gén. 2:25
Para
resolver esto la pregunta de Jehová es la clave. Notemos lo que involucra:
“¿Quién
te informó que estabas desnudo? ¿Del árbol del que te mandé que no comieras has
comido?”.
Sin
embargo, si analizamos la conversación con la “serpiente”, notaremos que en
ninguna parte ésta le informa a Adán sobre su desnudez. Más bien el asunto en
cuanto a “abrir los ojos” es este:
“Porque
Dios sabe que en el mismo día que coman de él tendrán que abrírseles los ojos y tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo”. – Gén.
3:5
Por
lo tanto, la “abertura de ojos” implicaba el entendimiento de que ellos también
eran seres gloriosos y que podían sentirse a la altura de Dios, y por ende,
usar la ciencia del bien y el mal.
El
tentador en el fondo les dice: “al hacer esto ustedes se darán cuenta de su
verdadera naturaleza. Ustedes son dioses gloriosos. Pueden usar la ciencia del
bien y el mal”.
Entonces
sí es verdad que estaban desnudos, pero se trataba del hecho de que ellos no tenían vestiduras humanas. En
realidad ellos no estaban desnudos antes de caer en pecado. Ellos quedaron
desnudos después de pecar. La
Biblia nos enseña en los salmos, específicamente el Salmo 104:1-2 nos muestra lo referente a la vestimenta de
Dios. Dice la Biblia:
“Bendice,
alma mía, a Jehová. Jehová Dios mío, mucho te has engrandecido; Te has vestido
de gloria y de magnificencia”.
Presten
atención ahora al versículo 2:
“El
que se cubre de luz como de vestidura, que extiende los cielos como una
cortina”.
Según
el texto, ¿Cuál es la vestidura de Dios? Dice que “el que se cubre de luz como
vestidura”
En
ese sentido, cuando la Biblia dice que Dios está vestido de vestiduras blancas,
en realidad son vestiduras de Luz. La
misma luz que cubría a Adán y Eva. Entonces cuando en Génesis 2:25 se nos dice
que estaban desnudos, lo que nos está diciendo el texto es que ellos estaban
desprovistos “desnudos” de vestiduras humanas, y no se avergonzaban porque
estaban cubiertos de la vestidura de Dios, en pocas palabras, la Gloria de Dios
los cubría.
En
el Salmo 8:3-5 dice:
“Cuando
veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste,
Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre,
para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, Y lo coronaste de
gloria y de esplendor…”
El
contexto del pasaje nos habla de la creación de Adán y Eva, pues el texto dice
más adelante que su misión era señorear, y dominar la tierra, la misma orden
que vemos en Génesis 1:28. Pero lo interesante del texto es el hecho de que
ellos estaban coronados de gloria, ¿Cuál gloria? La Gloria de Dios, y en ese
sentido, no estaban desnudos sino vestidos de gloria.
Dios
cubrió a Adán y Eva de esplendor con un manto glorioso de luz. Cuando
Jesús fue transfigurado en Mateo 17:2 la Biblia nos revela que el vestido que tenía Jesús era
blanco como la luz. En pocas
palabras, eran vestiduras de luz la que
tenía puesta Jesús. De igual manera, Adán y Eva estaban cubiertos con la gloria
de Dios, en su estado de perfección y santidad antes de pecar. Hablamos desde
la perspectiva interna bíblica.
La
historia del Génesis nos muestra que
cuando ellos pecan, la Gloria de Dios se va y ellos AHORA SÍ SE DAN CUENTA QUE
ESTABAN DESNUDOS.
El
manto de luz se fue y ahora se dieron cuenta que estaban ¿qué? Que estaban
desnudos. Es decir el pecado y la falta los desvistió del manto de luz. Perdieron su condición Divina al pretender realizar una afirmación innecesaria de la misma (en independencia de los planes Divinos) en base a las mentiras del ángel traidor.
El "manto de luz" era realmente su propia naturaleza celestial que hacia brillar su piel y que comenzó a mermar al ser reducidos a la condición mortal. Por lo tanto, lo que resalta el Génesis no es que usaran algo de ropa literal (ya que los Documentos nos dicen que usaban una poca ropa), sino que su "ropaje" o naturaleza celeste fue perdida.
El "manto de luz" era realmente su propia naturaleza celestial que hacia brillar su piel y que comenzó a mermar al ser reducidos a la condición mortal. Por lo tanto, lo que resalta el Génesis no es que usaran algo de ropa literal (ya que los Documentos nos dicen que usaban una poca ropa), sino que su "ropaje" o naturaleza celeste fue perdida.
Los Documentos de
alguna forma nos presentan esto ya que declaran como estos seres magníficos fueron reducidos de su condición casi divina y eterna a la carne
mortal:
(845.3)
75:7.3 A la pareja edénica se le comunicó que se habían degradado al estado de
los mortales del reino; que, de ese momento en adelante, habrían de portarse
como hombre y mujer de Urantia, con miras al futuro de las razas del mundo como
su propio futuro.
(845.4)
75:7.4 Mucho antes de partir Adán y Eva de Jerusem, sus instructores les habían
explicado minuciosamente las consecuencias de cualquier desvío significativo de
los designios divinos. Yo, personalmente y repetidas veces, les había
advertido, tanto antes como después de su llegada a Urantia, que el descenso a
la condición de la carne mortal sería el resultado indudable, el castigo
seguro, el cual, indefectiblemente resultaría por contumacia en la ejecución de
su misión planetaria. Sin embargo, es esencial comprender el estado de la
inmortalidad de la orden material de la filiación para comprender con claridad
las consecuencias que resultaron de la falta de Adán y Eva.
(849.4)
76:3.1 Resultaba realmente patético observar a esta magnífica pareja reducida a
la condición de la carne ordinaria del reino; mas conllevaron su calidad
disminuida con gracia y entereza.
En conclusión notamos que las traducciones e interpretaciones posteriores que hablan de una desnudez total o literal de Adán y Eva son una mala transmisión y comprensión de los conceptos que hemos analizado. En una próxima entrada analizaremos el asunto de la llamada “Serpiente”.
En conclusión notamos que las traducciones e interpretaciones posteriores que hablan de una desnudez total o literal de Adán y Eva son una mala transmisión y comprensión de los conceptos que hemos analizado. En una próxima entrada analizaremos el asunto de la llamada “Serpiente”.