Como se
consideró en la entrada anterior, el creyente puede ser un aporte en los
asuntos sociales y políticos como individuo, y hay abundantes casos en la
Biblia que lo destacan. Un caso notable es el de Cornelio:
“Ahora
bien, en Cesarea había cierto varón de nombre Cornelio, oficial del ejército de
la banda italiana, como se le llamaba, hombre devoto y que temía a Dios
junto con toda su casa, y hacía muchas dádivas de misericordia al pueblo y hacía
ruego a Dios continuamente. Como alrededor de la hora nona del día vio
claramente, en una visión, que un ángel de Dios entraba a donde él estaba, y le
decía: “¡Cornelio!”. El hombre lo miró con fijeza y, atemorizándose,
dijo: “¿Qué hay, Señor?”. Le dijo: “Tus oraciones y dádivas de misericordia han
ascendido como recuerdo delante de Dios” – Hechos 10:1-4
Cómo
analicé hace mucho tiempo, es posible que Cornelio estuviera orando a Dios tal como él lo entendía. Cornelio no era un
converso al judaísmo, lo cual hace destacable que Dios le respondiera mediante
un ángel, dado las cualidades internas que él manifestaba. Además, el era un
centurión romano, un cargo público de autoridad militar en aquella ciudad que
era un reflejo pequeño de Roma, enclavada en Palestina. Cesarea llegó a ser la
residencia oficial de los procuradores romanos que gobernaban Judea.
Es notable
que Cornelio y su casa mientras escuchan a Pedro reciban el Espíritu Santo
antes de ser bautizados, mientras aún escuchaban la prédica de Pedro:
“Mientras
Pedro todavía estaba hablando acerca de estos asuntos, el espíritu santo cayó
sobre todos los que oían la palabra. Y los fieles que habían venido con Pedro
que eran de los circuncisos estaban asombrados, porque la dádiva gratuita del
espíritu santo también estaba siendo derramada sobre gente de las naciones. Pues
los oían hablar en lenguas y engrandecer a Dios. Entonces Pedro respondió: “¿Puede
alguien negar el agua de modo que no sean bautizados estos, que han recibido el
espíritu santo igual que nosotros?”. - Hechos 10:44-47
Concluimos:
- Dios ve el corazón de la persona, no
importa su culto formal.
- A Cornelio no se le condiciona la
recepción del Espíritu Santo y el Bautismo, a que primero y antes “haga cambios”,
que dejase su cargo de oficial de la banda Italiana.
- No hay ninguna indicación para suponer que Cornelio tuvo que dejar su
cargo público. Todo indica que para Pedro, el asunto estaba completo y terminado, el hecho de recibir el Espíritu era indicación que no había ningún requisito adicional que los hombres tendrían que imponer.
“Con eso,
mandó que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo. Entonces ellos le
solicitaron que permaneciera algunos días” – Hechos 10:48. Cornelio recibe el Espíritu y se bautiza con ese cargo de militar. De hecho, tampoco Dios lo había objetado antes, puesto que recibió la visita del ángel. La clave entonces, no era su trabajo seglar en sí mismo, la cuestión era otra.
Algo similar
ocurre con el Funcionario de Candace, que era un Ministro de Hacienda, el cual
en ninguna parte del relato recibe de Felipe la admonición de dejar su cargo
político. Al contrario, “este siguió su camino” a su gobierno, estando ya
bautizado.
Dionisio
Byler, teólogo y escritor menonita y profesor de Biblia y griego en la Facultad
de Teología SEUT de El Escorial comentó con acierto:
“Los
oficiales romanos heredaban su posición, y lo hacían prestando un juramento
sagrado al César, por tanto, el abandono de las armas era aceptar un martirio
prematuro. Por eso en los primeros siglos la Iglesia Primitiva mantuvo “cierta
flexibilidad”, donde se aceptaba que los militares no renunciasen a su cargo sino
que lo hiciesen solamente cuando se encontraban ante la necesidad próxima de
matar al prójimo”.
“Lo que
nunca se aceptó durante siglos, fue que un cristiano que no era militar,
aspirase posteriormente a serlo. Un cristiano bautizado que aceptaba las armas
del César era excomulgado inmediatamente”.
¿Notamos la
diferencia? Los cristianos no solicitaban que el creyente como “aspirante al
bautismo” tuviera que renunciar a su función ya sea militar, política o civil para “cumplir los requisitos” para bautizarse. Ellos no venían a modificar
el orden de los asuntos y la sociedad humana. Entendían que el nuevo creyente
desde su actividad previa podía lograr cierto bien en la sociedad de sus días
aplicando los nuevos principios cristianos.
A menudo
hay quiénes hacen ésta cita: “Los primeros padres de la Iglesia, entre ellos
Tertuliano y Orígenes, afirmaban que los cristianos no podían quitar la vida
humana, un principio que les impedía servir en el ejército romano” (The
Encyclopedia of Religion). Pero reiteramos que era para aquellos que ya eran cristianos, no para quiénes con
anterioridad estando en sus cargos aceptaban el Evangelio. Estos desde su
función estatal podían seguir siendo cristianos sin problemas.
El hecho de
que el cristianismo no venía a destruir ningún orden secular y social, y
tampoco lo solicitaba a sus miembros como requisito queda patente en estas
palabras de Pablo:
"Que
cuantos sean esclavos bajo yugo sigan considerando dignos de plena honra a sus
dueños, para que nunca se hable perjudicialmente del nombre de Dios ni de la
enseñanza. Además, los que tienen dueños
creyentes, no menosprecien a estos, porque son hermanos. Al contrario, que sean
esclavos con mayor prontitud, porque los que reciben el provecho de su buen
servicio son creyentes y amados" - 1 Tim. 6:1-2.
Notad que
Pablo no solicita eliminar la esclavitud como algo que "violaba
principios" o era algo que era parte del “mundo de Satanás” dentro del
cristianismo. Más bien, solicita darle un
nuevo enfoque. Así, un cristiano puede ser un “siervo público”, pero dar a
ese servicio un nuevo enfoque.
El ser
cristiano no implicaba suprimir actividades o costumbres ya establecidas por la
sociedad humana en cada época. Un creyente se expresó así: “El Apóstol Pablo
decía de los Magistrados y de las Autoridades: ‘porque no hay Autoridad sino de
parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas’. Así que no se
trata de la profesión, cargo político, ni de portar un arma #, sino de la
manera en que se administra justicia, sabiendo que de toda injusticia habremos
de dar cuenta delante de Dios, especialmente aquellos que estamos en
autoridad”.
#Nota: Es
interesante que los apóstoles como costumbre social de sus días portaban espadas,
posiblemente para defensa personal por los asaltos en los caminos, etc. Jesús
nunca criticó el que portaran armas. De hecho, sorprendentemente les dijo:
“También
les dijo: “Cuando los envié sin bolsa y sin alforja y sin sandalias, no les
faltó nada, ¿verdad?”. Ellos dijeron: “¡No!”. Entonces les dijo: “Mas ahora, el
que tiene bolsa, tómela, así mismo también la alforja; y el que no tiene espada venda su prenda de vestir exterior y compre
una”. – Lucas 22:35-36
Solo una
vez criticó esta costumbre cuando Pedro sacando su espada hirió a Malco:
"Entonces
Simón Pedro, dado que tenía una espada, la desenvainó e hirió al esclavo del
sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. El nombre del esclavo era Malco. Jesús, sin embargo, dijo a Pedro: “Mete la espada en [su] vaina. La
copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber?” – Juan 18:10,11
Entonces
notamos que Jesús no trató de suprimir una costumbre tan arraigada de sus días
en sus apóstoles nombrados y consagrados. Más bien, trató de disuadirles que evitaran
la violencia. El portar o no un arma no era el quid del asunto, ya que hasta
con una piedra alguien puede matar a otro. El más bien se enfocó en evitar nuestros sentimientos y pensamientos de odio.
El guardia
civil creyente de nuestros días expresa cómo no sintió la necesidad de dejar su
profesión al convertirse: “Como cita el Apóstol Pablo: 'Cada uno en el estado
en que fue llamado, en él se quede'. De hecho, el ser cristiano me ha ayudado a
ser, si cabe, aún más justo y cordial en el trato con los ciudadanos. Nunca he
leído en las Escrituras ningún reproche hacia la profesión de policía o
militar, sino más bien alguna exhortación a ser honrado y justo”.
Ser
"parte del mundo" no implica salirse a nivel personal de las
actividades humanas. Podemos "dar a César lo de César" y a "Dios
lo de Dios". El mundo realmente es el conjunto de prácticas malignas que
dañan al resto.
Jesús como
opción personal no eligió el camino político ya que su misión no era esa, pero
cada creyente puede optar a realizar servicio público con sus ideales
espirituales al igual que José, Daniel, Mardoqueo, Ester, Cornelio, el Etiope,
la Casa de César, etc.
“¿Crees tú,
rey Agripa, a los Profetas? Yo sé que crees”. Pero Agripa dijo a Pablo:
“En poco tiempo me persuadirías a hacerme cristiano”. A esto Pablo dijo:
“Desearía de Dios que, fuera en poco tiempo o en mucho tiempo, no solo tú, sino
también todos los que me oyen hoy llegaran a ser tales hombres como lo que yo
también soy, a excepción de estas cadenas”. – Hechos 26:27-29
¿Qué efecto
habría en el mundo si los dirigentes humanos fueran inspirados por recursos espirituales?
“Cuando el que gobierna sobre la humanidad es justo, gobernando en el temor de Dios, entonces es como la luz de la mañana, cuando brilla el sol, una mañana sin nubes”. (2Sa 23:3, 4.)
“Cuando el que gobierna sobre la humanidad es justo, gobernando en el temor de Dios, entonces es como la luz de la mañana, cuando brilla el sol, una mañana sin nubes”. (2Sa 23:3, 4.)