Las Revelaciones de Juan más
que un libro de profecías sobre el futuro, nos revelan aspectos interesantes que
ocurren en el universo local. Hay muchos elementos verdaderos salpicados en
medio de otros asuntos reciclados de las profecías judías.
La muchedumbre en el mar de cristal
Sobre los graduados de los
primeros siete mundos de estancia se nos cuenta en los Documentos:
(539.3) 47:10.1 La
recepción de una nueva clase de graduados de los mundos de estancia es la señal
para que todo Jerusem se reúna en un comité de bienvenida.
(539.4) 47:10.2 Juan el
Revelador vio una visión de la llegada de una clase de mortales en avance desde
el séptimo mundo de estancia a su primer cielo, las glorias de Jerusem.
Registró: «Y vi como si fuese un mar de cristal entremezclado con fuego, y vi a
aquellos que habían logrado la victoria sobre la bestia que originalmente los
habitaba y sobre la imagen que persistía a través de los mundos de estancia y
finalmente sobre la última marca y huella, de pie en el mar de cristal, con las
arpas de Dios, cantando la canción de la liberación del temor y de la muerte». (Hay
una comunicación espacial perfeccionada en todos estos mundos; y recibes estas
comunicaciones en cualquier parte mediante el «arpa de Dios», un dispositivo
morontial que compensa la inhabilidad de ajustar directamente el mecanismo
sensorial morontial inmaduro a la recepción de las comunicaciones espaciales).
Los Documentos señalan que
efectivamente el “mar de cristal” existe en Jerusem, y aquí es donde ocurre esa
llegada de los mortales graduados. Ahora notemos la escritura del Apocalipsis y
comparémosla con la cita clarificada de los Documentos:
“Y vi lo que parecía ser
un mar vítreo mezclado con fuego, y, de pie al lado del mar vítreo, a los que
salen victoriosos de la bestia salvaje y de su imagen y del número de su
nombre, y estos tenían arpas de Dios” – Revelación 15:2.
Notamos que Urantia nos
aclara que lo que Juan escuchó realmente es esto:
“Y vi como si fuese un mar
de cristal entremezclado con fuego, y vi a aquellos que habían logrado la
victoria sobre la bestia que
originalmente los habitaba y sobre la imagen que persistía a través de los
mundos de estancia y finalmente sobre la última marca y huella, de pie en el
mar de cristal, con las arpas de Dios, cantando la canción de la liberación del
temor y de la muerte”.
Se nos aclara que la
llamada “bestia salvaje” es realmente una alusión a la “herencia de la bestia”
que poseemos y que es desechada de nuestro ser al transitar en nuestro
perfeccionamiento por los mundos de estancia (Hebreos 12:23).
La Bestia Salvaje
Lo anterior indica que la “bestia”
es realmente nuestra herencia de origen animal que debe ser purgada mientras
ascendemos al Padre. De alguna forma, hasta la misma Biblia enlaza nuestro
estado con el de las bestias:
“Yo, yo mismo, he dicho en
mi corazón, tocante a los hijos de la humanidad, que el Dios [verdadero] va a
seleccionarlos, para que vean que ellos mismos son bestias” – Eclesiastés 3:18
Sobre el séptimo mundo de
estancia se nos dice:
(538.6) 47:9.1 La
experiencia en esta esfera es el logro que corona la carrera postmortal
inmediata. Durante tu estadía aquí recibirás instrucción de muchos maestros,
todos los cuales cooperarán en la tarea de prepararte para la residencia en
Jerusem. Toda diferencia discernible entre los mortales que provienen de los
mundos aislados y retardados y los sobrevivientes que provienen de esferas más
avanzadas y esclarecidas se virtualmente oblitera durante la estadía en el
séptimo mundo de estancia. Aquí se te purgará de todo resto de herencias
desafortunadas, de un medio ambiente insalubre, y de tendencias planetarias no
espirituales. Los últimos restos de la «marca de la bestia» se erradican.
Los Documentos de Urantia
señalan que la “marca de la bestia” tendría que ver con nuestra herencia animal
que es eliminada al lograr el séptimo mundo de estancia.
Ahora bien, hay algo
interesante en el asunto del famoso 666 y la “marca de la bestia”. Primeros
leamos Apocalipsis:
“Y pone bajo obligación a todas las personas —los pequeños y
los grandes, y los ricos y los pobres, y los libres y los esclavos— para que a
estas se dé una marca en su mano derecha o sobre su frente, y para que
nadie pueda comprar o vender salvo la persona que tenga la marca, el nombre de
la bestia salvaje o el número de su nombre. Aquí es donde entra la
sabiduría: El que tenga inteligencia, calcule el número de la bestia salvaje,
porque es número de hombre; y su número es seiscientos sesenta y seis”. –
Revelación 13:16-18
En primer lugar se dice
que todas las personas, todos
estamos marcados en el sentido de realizar las actividades humanas como
comprar, vender, etc; en las cuales vemos rasgos contrarios al fruto del Espíritu
de Dios. Este mundo comercial fomenta la parte más material, más bestial y
animal de nosotros, orientada al pecado y el egoísmo . Podemos borrar parte de esa marca,
comenzando con nuestra liberación espiritual. Ahora bien, notad que se dice que
ésta marca es “número de hombre”. En otras palabras, la marca implica la
condición de hombre. Ahora notemos un detalle en el número 666.
El papiro Oxyrhynchus 4499,
uno de los más antiguos del Apocalipsis señalaría que la cifra no es 666 sino
616. Varios estudios recientes parecen corroborar esto. ¿Y que relación puede
guardar esta cifra con los Documentos?
Es interesante que ellos
declaren lo siguiente:
(559.3) 49:0.3 Satania
misma es un sistema no terminado que contiene tan sólo 619 mundos habitados. Estos planetas están numerados en forma de
serie de acuerdo con su registro como mundos habitados, como mundos habitados
por criaturas volitivas. Así pues Urantia ha recibido el número 606 de Satania,
lo cual significa que es el mundo 606 de
este sistema local en el cual el largo proceso de evolución de la vida culminó
en la aparición de seres humanos.
Pensemos que Juan está observando una clase de graduación que llega a Jerusem. Esto significa que observó a representantes de origen animal humano de 619 mundos. Es posible que haya pensado en las cifras 606 y 619 y esto sea el origen del 616, la correcta cifra de la marca de la bestia. En otras palabras, 616 mundos con la impronta del origen bestial humano, en la que finalmente muchos de sus graduados borran esa marca. Esta asociación de cifras parece evidente.
Pensemos que Juan está observando una clase de graduación que llega a Jerusem. Esto significa que observó a representantes de origen animal humano de 619 mundos. Es posible que haya pensado en las cifras 606 y 619 y esto sea el origen del 616, la correcta cifra de la marca de la bestia. En otras palabras, 616 mundos con la impronta del origen bestial humano, en la que finalmente muchos de sus graduados borran esa marca. Esta asociación de cifras parece evidente.