domingo, 17 de abril de 2016

Guía para los nuevos lectores de los Documentos de Urantia - capítulo 3

Relación con la Biblia


Los Documentos de Urantia hacen muchas citas positivas de las Escrituras Bíblicas. Sin embargo, el libro de Urantia no está basado en la Biblia, pero es consistente con sus enseñanzas espirituales.  El libro de Urantia y la Biblia están completamente de acuerdo en la defensa de las realidades espirituales de esperanza, fe, amor, gracia, vida eterna y todas las demás significativas enseñanzas espirituales. Una tercera parte de los Documentos de Urantia está destinada a la vida y enseñanzas de Jesús y es sin duda una poderosa contribución a nuestro entendimiento de los textos bíblicos. En los Documentos se muestra a Jesús como un Hijo divino de Dios, el hacedor del grande y extenso universo en el cual vivimos, pero también se describe detenidamente su experiencia humana tan importante para nosotros. Esto sin duda amplía nuestra comprensión del horizonte bíblico previo.

Los Documentos de Urantia se expresan en general de forma muy respetuosa y positiva sobre el material espiritual de los llamados libros bíblicos. Sobre los libros proféticos como Isaías hay palabras de elogio, también se habla que los Evangelios han cambiado el mundo, y que el Apocalipsis fué una gran revelación. Ahora, veamos otro ejemplo citando directamente de los Documentos:

(1060.3) 96:7.3 Ninguna colección de escritos religiosos expresa la devoción y las ideas inspiradoras de Dios con tanta riqueza como el Libro de los Salmos. Y sería muy útil si, al leer esta maravillosa colección de literatura de adoración, se considerara la fuente y cronología de cada himno separado de alabanza y adoración, recordando que ninguna colección individual cubre una gama tan grande de tiempo. Este Libro de los salmos es el registro de los conceptos variantes de Dios de los creyentes en la religión de Salem en todo Levante y abraza el entero período desde Amenemope a Isaías. En los salmos, Dios está descrito en todas las fases de concepción, desde la idea burda de una deidad tribal al ideal vastamente ampliado de los hebreos más recientes, en los que Yahvé está retratado como un gobernante amante y un Padre misericordioso.

Esta declaración del Libro de Urantia expresa admiración, respeto y reverencia especial por parte de los Reveladores hacia los Salmos de la Biblia como una porción maravillosa de literatura religiosa en el mundo. Sobre ésta colección de cánticos se dice aún:

(1060.4) 96:7.4 Cuando se lo considera así, este grupo de salmos constituye la colección más valiosa y útil de sentimientos de devoción jamás reunida por el hombre hasta los tiempos del siglo veinte. El espíritu adorador de esta colección de himnos sobrepasa al de cualquier otro libro sagrado del mundo.

Tanto la Biblia como los Documentos de Urantia recogen información de sucesos externos y son narrados según sus perspectivas. A medida que recibimos mayores revelaciones, éstas nos amplían el horizonte anterior.

Un libro puede ser una fiel representación de las más altas realidades, pero él no es la realidad misma; de otra manera, la verdad no puede ser un libro. El mapa de ruta no es el camino.

Con respecto a la doctrina de la infalibilidad de las escrituras, El libro de Urantia enseña que todas las cosas que pasan a través de las mentes y manos de los hombres llegan a ser en mayor o menor grado humanas y que ningún libro, incluido El libro de Urantia, contiene la Verdad Final. Y esto lo hemos vislumbrado en capítulos anteriores. Ya sea en la forma de diferentes traducciones, supresión o cambio de términos, en la formación de catálogos para agrupar los libros, y en la incorporación de capítulos y versículos, muchos documentos pasan por manos humanas.

Las revelaciones de la verdad, como la Biblia y El libro de Urantia, proceden de Dios, pero ninguna revelación se acerca a la del mismo Padre, la cual si sería la completa. Más aún, Dios no detuvo su revelación de si mismo a sus hijos terrenales en la primera centuria de nuestra era. Deberíamos honrar las escrituras sagradas, pero sin cometer el error de cuasi idolatría de hacer de ellas objeto virtual de adoración; algo que Dios nunca intentó hacer. Dios es la fuente de la verdad, no lo es un libro, la tinta sobre el papel, ya sea la Biblia, El libro de Urantia o cualquier otro escrito. Las realidades pueden ser hechas vivas en la medida que tienen conciencia en nuestra mente.

Con ésta madurez se anima a los lectores con formación bíblica anterior a emprender el análisis de los textos de Urantia.