Los Documentos revelan que
no todos los seres inteligentes reciben un Ajustador del Pensamiento. Hay
muchos ángeles y otras órdenes de seres que no los tienen, aunque sin duda
experimentan otra fase de filiación más desconocida para nosotros.
Parece ser que el ingreso
en el espacio tiempo y en la materia de un mundo como el nuestro hacen necesario
la dependencia de Dios a través de un
Ajustador del Pensamiento, un Modelador divino de nuestra mente, mientras ésta
transita por ésta vía difícil de existencia humana material.
(1016.1) 93:2.7 Este
Melquisedek encarnado recibió a un Ajustador del Pensamiento quien residió en
su personalidad superhumana como monitor del tiempo y mentor de la carne,
acumulando de este modo experiencia e introducción práctica a los problemas de
Urantia y a la técnica de residir en un Hijo encarnado, cosa que permitió que
este espíritu del Padre funcionara tan valientemente en la mente humana del
Hijo de Dios, Micael, cuando más adelante, apareció en la tierra en semejanza
de la carne mortal. Éste fue el único Ajustador del Pensamiento que funcionara
en dos mentes en Urantia, pero ambas mentes eran divinas a la vez que humanas.
Jesús al nacer como hombre
en la Tierra, recibiría el mismo Ajustador del Pensamiento que habitó con
Melquisedek. Esta conexión o puente con la Divinidad en un ser antes divino y luego material, haría
que Jesús fuera un “sacerdote a la manera de Melquisedek”.
Sabemos entonces que
Melquisedek y Jesús dependieron de Dios en su aventura en la Tierra. Pero, ¿qué
sucede con los cien de Caligastia?
Es interesante que ellos
antes de venir a la Tierra eran seres moronciales resucitados de un origen
humano, y poseían Ajustador en su capacitación moroncial. Recordemos que el
Ajustador nos acompaña durante nuestra vida moroncial.
(744.8) 66:4.9 A pesar de
que este grupo tenía ciudadanía provisional en Jerusem, hasta este momento, aún
no se habían fusionado con sus Ajustadores del Pensamiento; y cuando se
ofrecieron de voluntarios y se aceptaron para el servicio planetario de acuerdo
con las órdenes descendentes de la filiación, sus Ajustadores se separaron de
ellos. Estos jerusemitas, sin embargo, eran seres sobrehumanos —tenían almas de
crecimiento ascendente. Durante la vida mortal en la carne, el alma es de
estado embrionario; nace (resucita) en la vida morontial y experimenta el
desarrollo a través de los mundos morontiales sucesivos. Y las almas de los
cien de Caligastia, de este modo, se expandieron mediante las experiencias
progresivas de los siete mundos de estancia hasta el estado de ciudadanía en
Jerusem.
Ellos ya habían
experimentado la convivencia con un Ajustador en su vida material previa(su primera vida en la carne como humanos) y en
su vida moroncial. Ahora sus almas ascendentes obtendrían un nuevo ángulo de
vida al habitar en la materia sin un Ajustador por un lapso de tiempo. Ellos ya estaban graduados en la Guía de un
Ajustador en la materia. Ahora tendrían un nuevo tipo de capacitación. Ahora eran sobrehumanos, más similares a los ángeles.
En cambio, Melquisedek y
Jesús en su existencia prehumana no habían tenido Ajustador. Parece ser que
además de ser Guías en el Tiempo, los Ajustadores provocan una compensación en los
seres que existen en el universo. En el caso de los cien, fueron probados de
una forma diferente, al nivel de los ángeles y otros seres que no tienen
Ajustador. Los que fueron leales, al regresar a Jerusem, volvieron a reunirse
con sus Ajustadores para reanudar su camino a la fusión con ellos.
En caso de Adán y Eva, éstos
eran seres de origen sobrehumano de una orden superior que vive en Jerusem y
que no poseen Ajustador. Durante su estadía en la Tierra conservaban esa
capacidad al desafiar al tiempo mediante el árbol de la vida. Eran como
atemporales viviendo en la materia (de forma similar a los cien). Sin embargo,
Adán y Eva, al perder su inmortalidad, recibieron la Guía de los Ajustadores
para vivir lo que quedara de su existencia en el tiempo:
(852.1) 76:5.2 Adán y Eva,
como ciudadanos de Jerusem, no tuvieron Ajustadores del Pensamiento, tampoco
moró en ellos un Ajustador cuando funcionaban en Urantia en el primer jardín.
Pero poco después de su reducción al estado de mortales, se volvieron
conscientes de una nueva presencia dentro de ellos, y se dieron cuenta de que
la condición humana, juntamente con el arrepentimiento sincero, habían hecho
posible que un Ajustador morara dentro de ellos. A Adán y Eva les animó sobremanera
durante el resto de su vida saber que un Ajustador moraba en su interior;
sabían que habían fracasado en cuanto Hijos Materiales de Satania, pero también
sabían que aún les quedaba abierta la carrera al Paraíso con carácter de hijos
ascendentes del universo.
Así que notamos que los
Ajustadores nos ayudan plenamente en la condición humana, en ésta travesía dura
en el viaje difícil de la existencia material. Y es importante que Jesús decidió
compartir con nosotros ésta aventura extrema, también con humildad recibió un
morador de Dios para depender de él y guiarlo al igual que nosotros en esta
condición plenamente humana.