El termino Anunaki es el
nombre de un grupo de deidades sumerias y akadias relacionados con los Annuna
(los “cincuenta grandes dioses”). Estos llegaron hace 450.000 años y eran seres
altos de unos 3 metros de altura, de piel blanca, cabellos largos y
barba, quienes se habrían asentado en Mesopotamia. Claramente lo anterior es
una referencia a los 100 de Caligastia descritos en los Documentos de Urantia.
(744.1) 66:4.2 La
tendencia de los mortales a considerarlos como dioses obstaculiza gravemente la
buena influencia de tales maestros extraplanetarios; pero, aparte de la técnica
de su aparición en la tierra, los cien de Caligastia —cincuenta hombres y
cincuenta mujeres— no recurrieron a métodos sobrenaturales ni a manipulaciones
sobrehumanas. El grupo corpóreo, no obstante, era sobrehumano.
Claramente éstas “cincuenta
parejas” del séquito llegado a la Tierra, eran los “cincuenta grandes dioses” Anunakis.
Muchos siglos después la
literatura apocalíptica judía recogía en parte ésta historia con la historia de
Enoc y los Vigilantes. El Libro de Enoc menciona un total de 200 ángeles caídos
que enseñan conocimientos a los humanos. Esta cantidad de 200 también tiene una
explicación. Los Documentos nos dicen:
(742.7) 66:2.7 Por
consiguiente, los Portadores de Vida seleccionaron a cincuenta varones y cincuenta hembras de la posteridad de Andón y
Fonta, que representaban la supervivencia de las mejores variedades de aquella
raza única. Con una o dos excepciones, estos andonitas que tanto contribuyeron
al progreso de la raza no se conocían entre sí. Provenían de lugares separados
por grandes distancias. Mediante la dirección coordinada de los Ajustadores del
Pensamiento y la conducción seráfica se juntaron en el umbral de la sede
central del Príncipe. Aquí los cien
sujetos humanos se pusieron al cargo de la comisión de voluntarios
sumamente capaces de Avalón que dirigió la extracción material de una porción
del plasma vital de estos descendientes andónicos. Este material viviente, a su
vez, se transfirió a los cuerpos materiales hechos para uso de los cien miembros jerusemitas del
séquito del Príncipe. Entretanto, estos ciudadanos recién llegados de la
capital del sistema se mantuvieron en el sueño del transporte seráfico.
(742.8) 66:2.8 Estos
sucesos, juntamente con la creación concreta de los cuerpos especiales para los
cien de Caligastia, dieron origen a
numerosas leyendas, gran parte de las cuales se confundieron más tarde con
las tradiciones posteriores acerca de la instalación planetaria de Adán y Eva.
(745.5) 66:4.15 Cabe por
explicar que, al contribuir los cien
andonitas su plasma de germen humano a los miembros del séquito del
Príncipe, los Portadores de Vida introdujeron en sus cuerpos mortales el
complemento de los circuitos del sistema; y así pudieron continuar viviendo
junto con el séquito, siglo tras siglo, desafiando a la muerte física.
Los cien nativos de la
tierra más los cien de Caligastia fueron considerados seres divinos, y son el
origen de los 200 vigilantes descritos posteriormente y de forma distorsionada
en el libro de Enoc. Notamos que la historia de los Anunakis y lo Vigilantes tiene su origen en estos sucesos. Múltiples historias en diferentes veredas contienen los sucesos narrados en los Documentos.