En algunas páginas y vídeos de forma muy
prematura se transmite una idea originada por algunos grupos NEO-NAZIS que al
ser de tendencias anti-judías están difundiendo la falsa idea de que el “Jehová”
del Antiguo Testamento es una especie de Dios Pagano o entidad destructora maligna oscura.
La argumentación no
resiste el más mínimo análisis y coge a quienes son fáciles de sorprender.
¿Cómo consideraba Dios los sacrificios humanos? El Dios de los Judíos reclama
constantemente contra el culto al demonio infanticida: "No des hijo tuyo
para ofrecerlo por fuego a Moloc; no contamines así el nombre de tu Dios"
(Levítico 18:21). O bien: "Cualquier varón de los hijos de Israel, o de
los extranjeros que moran en Israel, que ofreciere a alguno de sus hijos a
Moloc, de seguro morirá; el pueblo de la tierra lo apedreará. Y yo pondré mi
rostro contra el tal varón y lo cortaré de entre su pueblo, por cuanto dio de
sus hijos a Moloc, contaminando su santuario y profanando mi santo Nombre...
con todos los que se prostituyeron con Moloc" (Levítico 20:2-5).
Cuando el Rey Josias dicta
una severa orden de prohibición de cualquier tipo de sacrificios humanos en el
valle de Hinom, el lugar se usaría de ahí en adelante sólo como basurero y depósito
de desperdicios, pero también recibiría los cuerpos muertos de animales y de
criminales que habían sido ejecutados sin sepultura. Pero esto no significa de
forma alguna que el nuevo uso signifique una perpetuación oculta del sacrificio
de niños.
Jesús mismo habló y se refirió así al Jehová del Antiguo Pacto:
"Jesús le dijo: Amarás a JEHOVÁ tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu
alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el
segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo". Cristo validó
la esencia de la Ley y mostró al Jehová (Padre de la Nación) como ahora un Dios
(Padre del Individuo). El no anuló al Jehová del antiguo pacto, sino que lo
exaltó y añadió luz sobre ese concepto. Jesús sabía que el Pueblo Judío era la
plataforma para hablar del Abba, puesto que ellos habían logrado la idea del
único Dios por largo tiempo.
Por eso dijo: “Ustedes
adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la
salvación se origina de los judíos.
No obstante, la hora viene, y ahora es, en que los verdaderos adoradores
adorarán al Padre con espíritu y con verdad, porque, en realidad, el Padre
busca a los de esa clase para que lo adoren”. –Juan 4: 22, 23
Lo que debemos tener claro
es que el conocimiento de Dios se ha elaborado más bien sobre un CONCEPTO y no
la manifestación efectiva de Dios. Lo que notamos en las Escrituras Hebreas es
un CONCEPTO de Dios aplicado a esa Era en particular. En aquella Era la guerra
y conquista militar era una realidad así como la esclavitud, la poligamia y
otras situaciones cotidianas que existían antes de la promulgación de ese
entendimiento parcial y limitado de Dios, pero efectivo y válido en esa época. Los
escritores de las Escrituras Hebreas solo plasmaron a Dios en cuanto a su
realidad, a sus patrones mentales. Los patrones mentales del hombre moderno son
otros. Hoy no te vas a duelo mortal si eres agraviado, pero en esa época era
justo, honesto y legítimo. La aparición de “Dios” en esas épocas solo normó y
se adaptó a esas circunstancias.
Por esa razón, es un error
analizar la Biblia preguntándose porque un Dios de amor permitió la guerra
santa o tantas situaciones aparentemente violentas (violentas para la mente
moderna, pero perfectamente legítimas y justas para esas mentes).
Más bien, se trataba de un Concepto de Dios, de “ver a Dios” en la realidad de esos días. Lo destacable es que el pueblo judío en esa Era fue la única civilización de mantener una continuidad teológica sobre un Dios Único. Jesús exaltaría ese concepto al hablar ahora que Dios no es solo único, sino que también es un Padre Universal, un Padre del Individuo.
Más bien, se trataba de un Concepto de Dios, de “ver a Dios” en la realidad de esos días. Lo destacable es que el pueblo judío en esa Era fue la única civilización de mantener una continuidad teológica sobre un Dios Único. Jesús exaltaría ese concepto al hablar ahora que Dios no es solo único, sino que también es un Padre Universal, un Padre del Individuo.