Lo he dicho decenas de
veces. Los Documentos no son un libro de características proféticas, ni menos
catastrofista. No obstante, tampoco niegan lo anterior, puesto que muchos de
los escritos de los videntes pueden ser imágenes aleatorias de personas que
tuvieron cierta información parcial que ahora llamamos profética. Téngase
presente como advertencia que este análisis lo hago desde esa vereda interna.
En el Evangelio de Lucas se
interpola a la narración de Jesús sobre Jerusalén, ciertas porciones que al
parecer ofrecen cierto material que estaría conectado:
“Entonces pasó a decirles:
“Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá grandes
terremotos, y en un lugar tras otro pestes y escaseces de alimento; y habrá
escenas espantosas, y del cielo grandes señales”. – Lucas 21: 10,11
Notamos que convergen en
la descripción:
-
Guerras
-
Grandes
Terremotos
-
Pestes
-
Hambrunas
-
Escenas
espantosas
-
Grandes
Señales del cielo
Tal como analicé alguna
vez, el redactor de éste Evangelio no consideraba que éstos eventos fuesen
hechos que ocurriesen por largas décadas como una “señal compuesta”, sino que
principalmente tienen que cumplirse en lo que los creyentes entienden como “gran
tribulación”. La razón estriba en que aunque los creyentes hablan de las
pestes, terremotos y hambrunas, no pueden identificar con claridad que son “las
escenas espantosas” y las “grandes señales en el cielo”. Haz el ejercicio, pregúntale a un pastor, clérigo, anciano, etc; lo que entiende por las "grandes señales en el cielo". Lo interesante, es que aparentemente (como lo entienden algunos), esos eventos serían previos a la tribulación, pero no obstante, éstos últimos no son identificables con claridad. ¿No es cierto?
Si éstos son rasgos “distintivos”
para identificar de esa “señal”, ¿por qué los grupos de creyentes no tienen
claridad sobre éstos últimos dos puntos? ¿Es que acaso no se han manifestado?
¿No será que todo el pasaje indica una manifestación final y simultánea de esos
fenómenos?
De hecho, Mateo comenta:
”Porque se levantará
nación contra nación y reino contra reino, y habrá escaseces de alimento y terremotos
en un lugar tras otro. Todas estas cosas
son principio de dolores de angustia”. – Mateo 24:7,8
Estos eventos serían el
principio de esa “tribulación grande”. Y Lucas agrega más detalles sobre estos
eventos:
”También, habrá señales en
el sol y en la luna y en las estrellas, y sobre la tierra angustia de naciones,
por no conocer la salida a causa del bramido del mar y [de su] agitación, mientras
que los hombres desmayan por el temor y la expectación de las cosas que vienen
sobre la tierra habitada; porque los poderes de los cielos serán sacudidos”- Lucas
21:25-26.
Notamos que aquí se
detalla que son los fenómenos celestiales que irían asociados a los terremotos,
guerras, hambrunas, pestes y escenas espantosas.
Primero se indica que el Sol estaría involucrado,
la Luna y las estrellas, lo cual parece un evento cósmico que afecta a la
Tierra. Notamos que esto “genera angustia de naciones” y se menciona algo que
al igual que todo lo anterior puede ser literal: el “bramido del mar y [de su]
agitación”, ya que “los poderes de los cielos serán sacudidos”.
Parece ser que una gran
perturbación cósmica y sideral afecta al Sol, la Luna y la Tierra, ésto genera “grandes
terremotos”, la gente observa “el bramido del mar y su agitación”, lo cual
alude a grandes tsunamis e inundaciones por éstos mismos terremotos. Esto causa
guerras entre las naciones, hambrunas y pestes. ¿Por qué catástrofes simultáneas
causarían guerras? Es el mismo efecto de los saqueos en una ciudad en menor
escala. Al no poder recibir la ayuda precisa entre naciones, éstas se lanzarán
unas contra otras para obtener recursos, energía, etc. Por esa razón, la
hambruna y las pestes se extienden causando una “gran tribulación” sin
precedentes.