El Libro de Urantia
aclara que los seres humanos actuales no son descendientes del simio
actual. En realidad, tanto los primates modernos como el hombre
moderno son dos líneas diferentes que se separaron de un ancestro común más
antiguo. Ambos nuevos linajes aparecieron súbitamente:
(700.2) 61:6.1 En la septuagésima generación de este orden de vida surgió repentinamente un grupo nuevo de animales superiores. Estos mamíferos intermedios nuevos, que casi doblaban el tamaño de sus predecesores y contaban con una capacidad cerebral proporcionalmente aumentada, acababan de establecerse bien cuando aparecieron repentinamente los primates, la tercera mutación vital. (Al mismo tiempo, una evolución retrógrada dentro de la raza de los mamíferos intermedios dio origen a la descendencia símica; y desde aquel día hasta la fecha, la rama humana ha avanzado por evolución progresiva, en tanto que las tribus símicas se han estancado o, de hecho, han retrocedido.) - Urantia Book
(700.2) 61:6.1 En la septuagésima generación de este orden de vida surgió repentinamente un grupo nuevo de animales superiores. Estos mamíferos intermedios nuevos, que casi doblaban el tamaño de sus predecesores y contaban con una capacidad cerebral proporcionalmente aumentada, acababan de establecerse bien cuando aparecieron repentinamente los primates, la tercera mutación vital. (Al mismo tiempo, una evolución retrógrada dentro de la raza de los mamíferos intermedios dio origen a la descendencia símica; y desde aquel día hasta la fecha, la rama humana ha avanzado por evolución progresiva, en tanto que las tribus símicas se han estancado o, de hecho, han retrocedido.) - Urantia Book
Cuando
hace más de una década se presentó la secuencia del Genoma Humano, se descubrió
algo interesante con respecto a los simios, cuando también se realizó un
estudio sobre su genoma:
“Los humanos han sido mucho más activos insertando fragmentos
reiterativos dado que se han encontrado 7.000 específicos de esta
especie frente a 2.300 en los chimpancés. La relevancia de esta
diferencia desde el punto de vista funcional se desconoce.
En lo que se refiere a zonas
bien conocidas del paisaje genómico, los chimpancés macho parecen estar
pagando molecularmente las consecuencias de sus prácticas sexuales,
particularmente de la alta competencia para ganar los favores de las hembras, y
por ende asegurar la transmisión de su ADN, que les obliga a producir mucho más
esperma que sus parientes más evolucionados. El resultado es que su
cromosoma Y está acumulando mutaciones que inhabilitan algunos
de sus genes. Por el contrario, los humanos han desarrollado un sistema para
eliminar los errores. "Parece que el Y humano está
haciendo mejor trabajo de preservación de sus genes de lo que se esperaba",
asegura David Page, el investigador del Howard Hughes Medical Institute que ha
liderado los trabajos de comparación”. - El país.com
¿Cómo posible que una publicación llamada el El Libro de Urantia (que
se originó en los años treinta) hiciera una declaración tan precisa con
respecto al problema genético de las razas de los simios? Solo hace pocos años
se realizó la secuencia del genoma del chimpancé (fué publicado en Nature). La información provista en estas últimas entradas reafirma el asombro
que provoca el Libro de Urantia como una Revelación para
la Humanidad.
Ahora bien, es bueno detenerse y reflexionar en los casos de involución
que, aunque pocos en el reino animal, han sido suficientes para generar algunos
impactos.
Los Documentos nos dan a entender que tanto el ancestro común de los
simios modernos como el hombre, era mucho más evolucionado que los simios
actuales. En otras palabras, hubo una involución, y los llamados monos actuales
serían algo así como una degradación-retroceso de un ancestro superior. De hecho, se nos comenta además:
62:3.11 (706.2) Contemporáneamente con el nacimiento de estos primates gemelos, otra pareja — un macho y una hembra particularmente retrasados de la tribu de los mamíferos intermedios, una pareja que era mental y físicamente inferior —también parieron gemelos. Estos gemelos, un macho y una hembra, eran indiferentes a la conquista; sólo se ocupaban de la consecución de sustento y, puesto que no comían carne, al poco tiempo perdieron todo interés en la caza. Estos gemelos retrasados fueron los fundadores de las tribus símicas modernas. Sus descendientes buscaron las regiones meridionales más calurosas con sus climas benignos y abundancia de frutas tropicales, en donde han continuado hasta la fecha en forma muy parecida a aquellos días, excepto aquellas ramas que se aparearon con los tipos anteriores de gibones y monos, deteriorándose considerablemente como consecuencia.
62:3.12 (706.3) De este modo se ve fácilmente que el hombre y el mono están emparentados sólo porque los dos descendieron de los mamíferos intermedios, una tribu en la cual ocurrieron los nacimientos contemporáneos y la subsiguiente segregación de dos parejas de gemelos: la pareja inferior destinada a producir los tipos modernos de mono, babuino, chimpancé y gorila; la pareja superior destinada a continuar la línea de ascenso que llegó a ser, por evolución, el hombre mismo.
62:3.11 (706.2) Contemporáneamente con el nacimiento de estos primates gemelos, otra pareja — un macho y una hembra particularmente retrasados de la tribu de los mamíferos intermedios, una pareja que era mental y físicamente inferior —también parieron gemelos. Estos gemelos, un macho y una hembra, eran indiferentes a la conquista; sólo se ocupaban de la consecución de sustento y, puesto que no comían carne, al poco tiempo perdieron todo interés en la caza. Estos gemelos retrasados fueron los fundadores de las tribus símicas modernas. Sus descendientes buscaron las regiones meridionales más calurosas con sus climas benignos y abundancia de frutas tropicales, en donde han continuado hasta la fecha en forma muy parecida a aquellos días, excepto aquellas ramas que se aparearon con los tipos anteriores de gibones y monos, deteriorándose considerablemente como consecuencia.
62:3.12 (706.3) De este modo se ve fácilmente que el hombre y el mono están emparentados sólo porque los dos descendieron de los mamíferos intermedios, una tribu en la cual ocurrieron los nacimientos contemporáneos y la subsiguiente segregación de dos parejas de gemelos: la pareja inferior destinada a producir los tipos modernos de mono, babuino, chimpancé y gorila; la pareja superior destinada a continuar la línea de ascenso que llegó a ser, por evolución, el hombre mismo.
Hace poco un equipo científico secuenció el genoma completo de 75 chimpancés
y bonobos. Las muestras incluyen simios de varios zoos europeos y especímenes
salvajes de 10 países africanos. “Es de largo el mayor estudio genético que se
ha hecho nunca de los grandes simios, comparable en escala al de los mil
genomas humanos”, resalta Tomás Marqués-Bonet, investigador ICREA y
vicedirector del Instituto de Biología Evolutiva (UPF-CSIC), quien ha liderado
el trabajo. El estudio demuestra que hubo cruces entre las dos especies. Hace
medio millón de años, los bonobos tuvieron sexo con el grupo originario de los
actuales chimpancés centrales y orientales. El segundo cruce sucedió hace unos
200.000 años.
Parece ser que la mezcla indiscriminada entre especies ha provocado problemas genéticos y dicha degradación, tal como apunta Urantia Book.
En otro Documento,
se comenta que los llamados hongos también son una involución de un tipo de
flora que no alcanzó a provocar fotosíntesis y transformarse en planta. Esto ha sido el origen de los cuerpos posteriores llamados virus y bacterias.
La
especie humana actual, tan diversa en tamaños, colores y formas, es una especie
de degradación de la genética adanita, la cual se mezcló prematuramente con las razas nativas.