jueves, 12 de abril de 2018

¿Qué es hacer la voluntad del Padre?


Una de las cosas más complicadas que ha tratado de explicar la religión durante siglos es la definición de la “voluntad de Dios”. ¿Qué es la “voluntad de Dios”? Teólogos de todas las corrientes han intentado responder esto. Para los Lectores de la Quinta Revelación puede ser desconcertante tratar de entender las declaraciones de Jesús antes de morir en torno a “hacer la voluntad del Padre”. La teología tradicional explica que eso se refería al destino de sacrificio en una muerte atroz que el Padre de alguna forma demandaba para su Hijo. ¿Cómo entonces podemos entender la expresión “que se haga tu voluntad”?  Los Documentos arrojan poderosa luz:

"La voluntad de Dios es el camino de Dios, el asociarse con la elección de Dios frente a cualquier alternativa potencial. Hacer su voluntad, por lo tanto, es la experiencia progresiva de llegar a parecerse cada vez más a El, y Dios es el origen y el destino de todo lo que es bueno y bello y verdadero. La voluntad del hombre es el camino del hombre, la suma y substancia de lo que el mortal elige ser y hacer. La voluntad es la deliberada elección de un ser autoconsciente, que llega a una decisión y a una conducta basada en una reflexión inteligente".1431

La Voluntad de Dios es que en la Tierra se manifieste la expresión de El en torno a la Verdad, Belleza y Bondad en cualquier circunstancia que tengamos que vivir aunque sea penosa y difícil.

Cuando Jesús pedía en Getsemaní que se hiciera la “voluntad del Padre” no se refería a la demanda de un Dios para un cruento sacrificio humano. Más bien se refería a que se mantuviese el deseo de Dios, la voluntad de éste que radicaba en no perder las virtudes divinas de Bondad, Belleza y Verdad. Él no quería perder la conexión con Dios en medio de esas difíciles horas, el deseaba mantener esa asociación Divina con el Padre en medio del valle de la muerte. Así podemos entender como ante los sufrimientos más grandes jamás repudío la voluntad de Dios, siguió mostrando bondad, belleza y verdad incluso ante sus acusadores y ejecutores, y en todo el proceso hacia el Golgota. Su dignidad no perdida,  y asociación con Dios, fue una demostración de que el deseo de Dios de que el comportamiento de Bien de Jesús era realmente la Voluntad de Dios.

Jesús no quería ceder a las reacciones humanas puramente basadas en el miedo, la venganza o la injuria que habrían brotado en una persona de término medio. Más bien, poco después de su sublime oración demostró anclarse aún más a la voluntad de Dios en las horas finales:

- Demostró bondad al sanar a Malco, uno de aquellos que le estaban arrestando en el jardín.

- Demostró una belleza de carácter al mantenerse digno y estoico frente a sus acusadores y maltratos.

- Demostró verdad al no negar la naturaleza de su mensaje y relación con Dios y al responder acertivamente y de forma precisa ante sus enjuiciadores, tanto el Sanedrin como Pilatos.

- Volvió a mostrar Bondad al solicitar el perdón de sus ejecutores, dar esperanza al criminal colgado a su lado, y pedir por el cuidado de su madre.

Y puede que existan otros detalles en su pasión y muerte que ahora se me escapan. 

“hacer la voluntad de Dios no es ni más ni menos, que una exhibición de la disposición de la criatura a compartir la vida interior con Dios, con el mismo Dios que ha hecho posible esa vida de valor y significado interior de la criatura”. “La imitación de Dios, es la clave para la perfección, hacer su voluntad es el secreto de la sobrevivencia y de la perfección en la supervivencia". 1221.

Jesús compartió su vida con Dios y logró imitarle aún más en las horas finales. Entonces rogó en Getsemaní que el sufrimiento y tribulación que iba a vivir no le alejara de Hacer la Voluntad de Dios en medio de las circunstancias difíciles, no deseaba sucumbir a la voluntad humana que le hubiese alejado de la dignidad divina. Su ejemplo radica en que el compartir la vida interior con Dios nos puede volver estables y equilibrados, bondadosos y sublimes aún en medio de circunstancias difíciles. 

Las personas suelen reaccionar mal ante el sufrimiento, pero lograr la sincronocidad con Dios nos vuelve moníliticos e incluso dulces ante las tormentas de la vida.

La tarea del Ajustador no consiste en hacernos más fácil la vida, sino más bien en acompañarnos para sugerirnos una conducta acorde a la verdad, belleza y bondad, y así atravesar junto al Padre, el "valle de lágrimas". Al Hacer la voluntad del Padre, nunca nos sentiremos solos. El nos guiará para hacer lo más noble, sensato y amoroso aún en medio de la oscuridad.